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El PP cierra el ciclo del 28M incapaz de imponerse a Vox en las negociaciones

La extrema derecha le ha doblado el brazo al PP consiguiendo entrar en cuatro de los cinco gobiernos autonómicos para los que eran imprescindibles.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una rueda de prensa tras la reunión con el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una rueda de prensa tras la reunión con el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE. Jesús Hellín / Europa Press

Tras el 28 de mayo el Partido Popular se ha ido amarrando al poder autonómico de la mano de Vox abriéndole las puertas de hasta cuatro de los cinco gobiernos en los que su apoyo era imprescindible. A diferentes ritmos y con más o menos discreción, uno a uno, a Carlos Mazón, María Guardiola, Jorge Azcón y Fernando López Miras les han torcido el brazo —y con ellos a Génova— ante a la exigencia irremplazable de la extrema derecha en las mesas de negociación: tener responsabilidades de gobierno.

El acuerdo alcanzado in extremis en la Región de Murcia era el único que le quedaba al PP para cerrar el ciclo del 28M. López Miras tensó la cuerda hasta el final, negándose desde el principio a gobernar en coalición y amagando con volver a repetir las elecciones, pero Vox ganó también esta última partida, entre otras cosas, porque el tablero que dibujaron las elecciones generales no le da al PP la fuerza negociadora que esperaban.

Fuentes próximas a López Miras defendían antes del 23J la dilatación de las conversaciones con Vox dando por hecho que después de las generales estarían más débiles y reducirían sus exigencias. La primera parte se ha cumplido, porque los de Santiago Abascal —que este martes se reunirá con Alberto Núñez Feijóo para abordar su investidura— han perdido 19 escaños en el Congreso, pero las expectativas del PP han quedado tan lejos de lo esperado que también ellos tienen menos fuerza negociadora.

Y, como sucedió en País Valencià, Aragón y con más claridad en Extremadura, desde Génova empujaron al dirigente murciano a abrazarse a Vox para formar gobierno. Aunque uno de los principales mantras de Feijóo como presidente del PP es la política de "manos libres" a sus líderes territoriales, lo cierto es que los pactos autonómicos con la extrema derecha también han estado tutorizados desde Madrid.

Fricciones en el PP y "errores de bulto"

La ausencia de una estrategia centralizada y definida de los mismos, evidentes desde la misma noche electoral para algunos dirigentes de peso del PP que critican la insistencia del partido en que podrían gobernar en solitario, ha envuelto a los populares en un ruido constante durante los últimos tres meses y ha provocado fricciones y cambios a nivel interno.

Si en un principio fue Elías Bendodo, coordinador general del PP, el interlocutor de Génova con Vox, tras el pacto de gobierno de Carlos Mazón en País Valenciá —que no gustó nada a la dirección de Feijóo—, es el gallego Miguel Tellado, vicesecretario de organización y hombre de confianza del líder conservador, quien está al frente. Fuentes de la dirección del partido señalan "errores de bulto" en las primeras negociaciones y ponen en valor la discreción con la que Jorge Azcón y López Miras han sellado sus alianzas con la extrema derecha. 

También los de Abascal pidieron otras vías de comunicación con la dirección nacional del PP tras el pacto valenciano. 

Por su parte, y a pesar de la crisis orgánica que atraviesan, en Vox la maquinaria negociadora está engrasada con Kiko Méndez Monasterio a la cabeza. Exmiembro del grupo ultraderechista Alianza por la Unidad Nacional y sin cargo oficial dentro del partido, Méndez Monasterio cultiva buenas relaciones con dirigentes del PP.

Hasta tal punto esto es así que Vox le ha impuesto al PP su condición de entrar en el gobierno cuatro comunidades autónomas y cientos de municipios. Solo en Illes Balears han aceptado quedarse fuera del Ejecutivo, aunque abriéndoles la puerta del Consell de Mallorca.

Así, con Murcia cerrando el balance final del 28M, bajo la presidencia de Feijóo el PP ha sumado cuatro gobierno autonómicos más con la extrema derecha — con Castilla y León ya son cinco— y otro más en solitario, pero con Vox como muleta. "Donde hemos necesitado a Vox pues lo hemos tenido que hacer también, claro", resumía este lunes el vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper.

Así han quedado los gobiernos autonómicos y municipales tras los pactos PP-Vox:

País Valencià

En el Govern de la Generalitat Valenciana, presidido por el popular Carlos Mazón, Vox se ha hecho con la vicepresidencia primera y las consejerías de Justicia e Interior, Cultura y Agricultura. Es el torero retirado Vicente Barrera, de Vox, quien ocupa el cargo de vicepresidente y consejero de Cultura.

Extremadura

A pesar de ser el más polémico, el pacto de María Guardiola con Vox en Extremadura es el que menos competencias ha otorgado a la extrema derecha. Los de Abascal ostentan una consejería de nueva creación, como es la de Gestión Forestal y Mundo Rural, que tiene las competencias de infraestructuras rurales, control de incendios, patrimonio natural, caza, pesca y toros.

Aragón

Como en el del País Valencià, el pacto entre PP y Vox en Aragón asume buena parte de la ideología ultra. El popular Jorge Azcón es el presidente y la extrema derecha ocupa la vicepresidencia, en manos de Alejandro Nolasco, y dos consejerías más: Agricultura y Ganadería por un lado y  Despoblación, Desarrollo Territorial y Justicia por otro.

Murcia

En Murcia, Vox ha aceptado el ofrecimiento de Fernando López Miras y se hará cargo de la Consejería de Fomento y de la de Seguridad, Interior y Emergencias, esta última con rango de vicepresidencia.

Illes Balears

La popular Marga Prohens gobierna en solitario en Illes Balears, pero Vox le arrancó un acuerdo programático de 100 puntos y cargos en los Consells insulares de Mallorca y Menorca.

Grandes ayuntamientos

A nivel local, el PP gobierno ahora mismo hasta en 140 ayuntamientos con Vox. En algunos de ellos los populares han cedido a la extrema derecha las competencias de cultura, como en Burgos, o de familia, como en Elche. En otras, como Ciudad Real, Talavera de la Reina u Orihuela, acordaron eliminar la concejalía de Igualdad. Valladolid, Toledo o Guadalajara son otras de las grandes ciudades en las que gobiernan PP y Vox tras el 28M. 

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