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PP y PSOE Casado utiliza la renovación de las instituciones del Estado para reclamar una vuelta del bipartidismo

La ausencia de citas electorales a corto plazo y la necesidad de presentarse como un partido "de Estado" frente a Vox han llevado a la dirección del partido a tender la mano a Sánchez, a quien piden que rompa con Unidas Podemos.

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el líder del PP, Pablo Casado, junto al rey Felipe VI y otros miembros del Ejecutivo en el Congreso.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el líder del PP, Pablo Casado, junto al rey Felipe VI y otras personalidades en el Congreso. EFE

Cuando Pablo Casado se hizo con el liderazgo del Partido Popular en 2018 aseguró que aspiraba "a volver a un modelo bipartidista imperfecto, en el que el PSOE y el PP garanticen la alternancia y la estabilidad política en España". Una idea que ha repetido de manera intermitente —en función del público al que se dirigía — en estos dos últimos años. "Yo añoro el bipartidismo español, España iba bastante mejor con una alternativa anglosajona de partidos de Estado que daban estabilidad, certidumbre y la alternancia que quiere ahora boicotear Iglesias", dijo en una entrevista en El Mundo el pasado mes de diciembre.

El líder de los populares ha vuelto a recuperar este discurso esta semana después de llegar a un acuerdo con el Ejecutivo de coalición para renovar la cúpula de Radio y Televisión Española (RTVE) y a la espera de pactar el resto de instituciones del Estado, como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que el PP de momento mantiene bloqueado.

En una intervención —que ya llevaba escrita— desde la tribuna del Congreso, Casado planteó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la necesidad de que PSOE y PP colaboren para "ensanchar" el espacio de la "moderación política" con el fin de volver al modelo bipartidista que durante décadas dominó la vida política española, y solicitó al socialista una suerte de colaboración para aislar a sus competidores a derecha a izquierda, Vox y Unidas Podemos.  

Lo cierto es que a diferencia de otras ocasiones en las que Casado dirige sus ataques casi exclusivamente hacia Sánchez, en esta ocasión Casado centró sus críticas en la formación que dirige Pablo Iglesias. El líder del PP pidió a Sánchez cesara del Gobierno a los morados, a los que acusó de atacar "a la monarquía, a la Justicia, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a la prensa libre, a los que defienden la autodeterminación, jalean a ETA y cuestionan la calidad de nuestra democracia".

La insistencia de Casado por revivir el fantasma de un bipartidismo fuerte llega tras su derrota histórica en Catalunya, donde el PP obtuvo tres diputados de los 148 que se repartían. Sin embargo, en el multipartidismo del Parlament —en el que están representadas nueve fuerzas políticas— reside la prueba de que el objetivo de Casado no es recíproco en la ciudadanía. Tampoco en el Congreso, en el que PSOE y PP son las formaciones con más representación, pero entre ambos apenas suman el 60% del total de escaños de la Cámara Baja, un porcentaje muy alejado del que tenían hace una década.

Casado veta a Podemos y vuelve a bloquear el CGPJ

Con la vista fija en aislar a Unidas Podemos, el líder del PP ha trazado una suerte de cordón sanitario y se niega a que los de Iglesias tengan voz y voto en la elección de vocales para el Consejo General del Poder Judicial. Este viernes se ha reunido con el comité de dirección del partido, y allí ha trasladado que el PP no permitirá que Victoria Rosell, actual delgada del Gobierno para la violencia de género, ni José Ricardo de Prada, uno de los jueces que hizo caer a Rajoy en 2018, formen parte del órgano de Gobierno de los jueces.

El líder de la oposición se ha reafirmado en estos vetos ante su cúpula directiva al mismo tiempo que ha defendido que el PP "quiere sentar las bases con el PSOE para reforzar la independencia del Poder Judicial como una cuestión de principios". Tanto los vocales como el presidente del órgano de Gobierno de los jueces se nombran cada cinco años y deben acordarse por tres quintos del Congreso —210 votos—, por lo que es necesaria la colaboración del PP.

Sánchez no quiere desairar a su socio de Gobierno y ha pedido al PP que "abandone el bloqueo", rectifique ante esa política de veto y camine por la vía del diálogo. En una comparecencia en Moncloa este viernes ha señalado que nunca en democracia se han renovado los órganos institucionales cuando el partido conservador estaba en la oposición y ha puesto en valor el acuerdo alcanzado en RTVE después de quince años sin consenso.

El PP se reivindica como partido "de Estado" frente a Vox

Las fuentes consultadas en el PP por Público dan por sentado que se llegará a un acuerdo la próxima semana y explican que el cambio de posiciones de Casado —que ha postergado más de dos años la renovación del CGPJ— se debe a la ausencia de citas electorales a corto plazo y a la necesidad de dar una imagen de "seriedad" y "estabilidad", presentándose como un partido "de Estado" frente a Vox después de que los ultraderechistas les sorpassaran por primera vez en una autonomía, doblándoles en votos y triplicando sus escaños.

La intención de la dirección nacional del partido es diferenciarse de Vox por ese camino, el de los pactos. "No solo tenemos que ser oposición, eso es fácil, necesitamos ser alternativa", señala una voz de la dirección del Congreso a este diario. Sin embargo, hay quien teme que Casado no sea capaz de mantener un discurso sólido frente a la ultraderecha, especialmente si los de Santiago Abascal comienzan a ganar terreno a su costa y si les ponen en aprietos en las comunidades autónomas en las que gobiernan gracias a su apoyo.

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