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PSOE y UP negocian el alcance social de los Presupuestos tras atar su plan fiscal

Tras varios días, y noches, de negociación, ambos partidos dan carpetazo al capítulo de ingresos de las cuentas públicas. El desbloqueo de estas nuevas medidas encarrila la negociación de los PGE, que podría resolverse en los próximos días.

María Jesús Montero
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, este jueves en la sede del Ministerio. Fernando Villar / EFE

Noche larga, mañana intensa. El cierre de la negociación del plan fiscal de los Presupuestos Generales de 2023 ha seguido el guion de todo proceso negociador que se aproxima a su final: una carrera cuyos últimos metros discurren al lado de un precipicio; cualquier paso adelante acerca mucho a la meta, pero también aumenta el riesgo de caer al vacío.

Un síntoma de lo críticas que llegaron a ser las últimas horas de la negociación fue lo que sucedió en la mañana de este jueves, instantes antes del cierre del acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos. Los equipos de Hacienda y los del espacio confederal negociaron el miércoles hasta bien entrada la noche (las ojeras de sus protagonistas delataban la velada de números, cálculos e intensos debates sobre fiscalidad).

El mismo jueves por la mañana, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció que se había producido un acuerdo entre los dos socios del Gobierno en materia de impuestos. La noticia saltó como un resorte tras varias semanas en las que las conversaciones habían estado encalladas.

Sin embargo, el recorrido del anuncio del acuerdo, aunque intenso, fue corto, ya que escasos minutos después de que Montero pronunciase estas palabras en los pasillos del Congreso de los Diputados, desde Unidas Podemos se apresuraron en desmentirlo: "A estas horas no hay acuerdo en materia fiscal".

Las dos partes coincidían en que el pacto estaba muy cerca, pero dar pasos al lado del precipicio requiere de templanza, seguridad y cautela, y en el espacio confederal insistían en que, por pequeños que fueran, en la mañana del miércoles todavía quedaban escollos por cerrar.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, salió también a los pasillos de la Cámara Baja para dar un último aviso y dejar claras sus prioridades: "Si en el día de hoy alcanzamos un acuerdo sobre cuatro cuestiones (IRPF, impuesto a las grandes fortunas, Impuesto de Sociedades y rebaja del IVA a los productos de higiene femenina), "estaríamos en condiciones de cerrar la parte de ingresos públicos (de la negociación presupuestaria)".

A la hora a la que Díaz hizo estas declaraciones, desde el Ministerio de Hacienda ya habían convocado una rueda de prensa a las 11.30 para hablar sobre las negociaciones de Presupuestos y aspectos tributarios. Apenas unos minutos antes de que comenzara esta rueda de prensa, el acuerdo no estaba cerrado, y algunas voces apuntan a que la insistencia de Montero por salir a dar explicaciones con un pacto debajo del brazo fue lo que acabó dando un pequeño, pero importante, último empujón a un plan fiscal que estaba muy avanzado.

En el Ejecutivo han acordado partir la negociación de los Presupuestos Generales de 2023 en varias mesas y capítulos. En primer lugar, el objetivo fundamental era cerrar el capítulo de ingresos, esto es, la fiscalidad y los impuestos, el plan avanzado este jueves.

Tras alcanzar este pacto, el PSOE y Unidas Podemos se concentrarán en dos foros: la mesa presupuestaria (para cerrar el capítulo de gasto de los Presupuestos) y la mesa para cerrar las medidas que no son esencialmente presupuestarias pero que son prioridades para el espacio confederal.

En el primer foro se negociarán las medidas de protección social y para paliar los efectos de la inflación y de la situación económica. Aquí se abordarán cuestiones como la ley de familias, con la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad, y la renta universal por crianza, una norma trabajada en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

También se negociarán las diferentes partidas, entre las que destaca la de Sanidad, un apartado al que Unidas Podemos da una prioridad absoluta. El espacio confederal pide una financiación muy importante para este área con el objetivo de paliar el daño causado por el impacto de la emergencia sanitaria del coronavirus y blindar un sistema muy deteriorado en los últimos años.

En otra mesa paralela a la presupuestaria se avanzará en el desbloqueo de la ley de vivienda en el Congreso de los Diputados. El objetivo de Unidas Podemos es no solo el de que la norma salga adelante, sino el de incorporar otras medidas durante su tramitación, con el fin de garantizar la prohibición de los desahucios de familias vulnerables sin alternativa habitacional, o el de emplear las viviendas vacías de la Sareb para ampliar el parque público de vivienda social.

Entre las prioridades para el espacio confederal también está la derogación de la ley mordaza, uno de los compromisos del acuerdo de coalición que rubricaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Satisfacción y contraposición de modelo con el PP

Ambas fuerzas políticas no ocultaron su satisfacción por el paquete de medidas presentado. La fuerza morada considera que su "sello político" está bien representado en aspectos como el impuesto a las grandes fortunas o el aumento del IRPF a las rentas altas, especialmente. 

En las filas socialistas destacan, a modo ya de nuevo lema político, que la "justicia fiscal es básica para la justicia social". Y contraponen el modelo "desorientado" del PP de Alberto Núñez Feijóo porque consideran que hasta los conservadores europeos asumen los postulados socialdemócratas en materia fiscal. En Moncloa destacan la importancia del contenido de las medidas de un paquete que califican de "serio, solvente y revelador políticamente". 

"Para lo único que muestra decisión el PP es para seguir bajando los impuestos a los millonarios", ejemplifican desde el PSOE.  Acusan también al líder de los populares de ser incapaz de dar una opinión concreta sobre el paquete fiscal. "¿Es tan complicado decir si se está a favor de bajar el IVA a los productos de salud menstrual? No fue capaz", afirman las fuentes consultadas.

Las aguas bajan más calmadas en Moncloa y en Ferraz tras unos días un poco revueltos tras la decisión del presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, de bajar el IRPF a rentas inferiores a 60.000 euros. El anuncio chocaba con la estrategia del Gobierno sobre las bajadas de impuestos. El Ejecutivo cree que su posición ha quedado "meridianamente clara" con el nuevo paquete fiscal. 

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