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Rubalcaba da fuelle a Griñán

Viera presionó para entrar en la Ejecutiva, pero se queda fuera de ella y del Comité Federal

A. AVENDAÑO / R. BOCANEGRA

“Pintan bastos”, decía un destacado socialista ayer en el sevillano Hotel Renacimiento, cuando ya casi todas las delegaciones habían partido y el PSOE andaluz se quedaba de nuevo a solas frente al espejo. Ya no hay más tiempo para remontar las encuestas que dan la victoria al PP andaluz. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y el movimiento de los últimos días ha dejado un partido en el que, quizás, demasiada gente está pensando en pegar un codazo al compañero más que en convencer a sus conciudadanos de las bondades de renovar la fe socialista en las urnas. Los líderes sí hicieron las llamadas de rigor a la unidad.

Ese mismo dirigente había apostado por Rubalcaba, es decir, había ganado el Congreso, y, sin embargo, lejos de la euforia, consideraba que el resultado del mismo no había sido bueno para el PSOE andaluz. Aunque Rubalcaba le ha cambiado en menos de 24 horas la cara de perdedor a su líder, José Antonio Griñán, al darle fuelle nombrándolo presidente del partido, la resaca de los enfrentamientos precongresuales y congresuales, hacen pensar a varios dirigentes que el resultado del 38º congreso, en clave puramente andaluza, no ha sido el deseado, dado el incendio generado.

El partido afronta ya la elaboración de las listas al Parlamento. Susana Díaz, la secretaria de Organización, se encargará de elaborarlas y tendrá que asumir fuertes presiones. Las perspectivas electorales del PSOE andaluz son muy malas y existe, por primera vez, un riesgo real de perder el Gobierno. Eso lleva a mucha gente, que en otras condiciones no daría la batalla, a darla esta vez, en previsión de que el próximo invierno sea más frío sin Ejecutivo y, por tanto, más templado en el Parlamento.

Además, debido a la victoria de Rubalcaba, en contra de las tesis de Díaz, que jugó muy fuerte sus cartas a favor de Chacón, no es improbable que esos socialistas que se sintieron excesivamente presionados para posicionarse a favor de la dirigente catalana preparen ahora su particular revancha y presenten batalla. Será dura en Sevilla, Cádiz, donde ya su secretario general ha postulado a Luis Pizarro, enfrentado a Griñán, como cabeza de cartel, y en Jaén, aquí sólo si Gaspar Zarrías se empeña en sacar a la consejera de Presidencia, Mar Moreno, de las listas.

Díaz, sin embargo, no dará su brazo a torcer. Andalucía, tras una negociación de muchas horas, logró conservar su cuota de presencia territorial en la nueva dirección e imponer algunas de sus tesis. De los seis andaluces en el federal, sin incluir al presidente ni a Zarrías, dos son afines a Griñán, aunque una de ellas apostara por Rubalcaba, y otros dos a Zarrías. “Perdimos el Congreso, pero ganamos la Ejecutiva”, se consolaron en la dirección regional.

El asunto Viera

El líder del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, no logró entrar en la Ejecutiva, a pesar de que, según distintas fuentes, presionó duro y casi hasta el alba para conseguirlo, pero Rubalcaba no cedió a sus peticiones. Según el entorno de Viera, su renuncia se produjo después de que Óscar López, secretario de Organización de Rubalcaba, le llamara de madrugada y le dijese: “José Antonio, el presidente [en referencia a Griñán] no quiere que vayas al federal. Si se insiste, se levanta de la negociación”. Viera, que en el periodo precongresual llegó a acusar a la dirección regional de prácticas “ilegales” e “inmorales”, dio tras esta llamada un paso atrás “por responsabilidad”.

Tampoco Viera entró en el Comité Federal, donde sí están sus siete homólogos provinciales. En su entorno, aseguran que fue por decisión propia. Otras fuentes afirman que Rubalcaba tampoco quiso tenerlo allí. Viera no acudió a escuchar el discurso que lanzó por la mañana el nuevo líder, tras la toma de posesión de la Ejecutiva. Lo hizo, según fuentes de su entorno, porque se encontraba mal y el médico le recomendó reposo. Lo hizo, según otras fuentes, por el enfado que agarró tras perder esta batalla.

Aunque Manuel Chaves declaró ayer que ha salido “con mucho gusto” de la presidencia del partido porque “saber salir y saber entrar” y sus “ambiciones están colmadas”, la realidad es que su entorno transmitió que el expresidente andaluz estaba disgustado con Griñán, quien le sustituyó en el cargo.

El expresidente de la Junta de Andalucía cede por tercera vez a Griñán un cargo, después de la presidencia de la Junta de Andalucía y la secretaría general del PSOE andaluz. “Me parece muy bien que Griñán sea el presidente del partido, añadió Chaves.

Gaspar Zarrías resumió así el sentir de Chaves: “Griñán es presidente del PSOE por la generosidad de Chaves”. Más allá del puesto, al expresidente le molestó que Griñán dijese que lo sustituía porque los estatutos del PSOE le impedían renovar en el puesto al llevar tres mandatos. Les pareció poco elegante y generoso y esperaban algo más de cariño.

 

 

 

 

 

 

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