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El 'sudoku' del Congreso: cómo sentar a Abascal sin perjudicar a Arrimadas

Los grupos negocian el reparto de los escaños en el hemiciclo y Vox pide el lugar que ha ocupado Ciudadanos en las últimas legislaturas. El PP podría acabar teniendo que decidir el lugar de las dos formaciones en la Cámara.

Imagen del hemiciclo desde el denominado 'gallinero' / REUTERS

El reparto de los escaños del hemiciclo, como cualquier reparto, dejará satisfechos a unos grupos y acabará perjudicando a otros. En esta legislatura las dos formaciones que pugnan por 'mejores asientos' en la Cámara son Vox y Ciudadanos. Dada la aritmética actual del Congreso, casi cualquier distribución pasa por favorecer a los de Abascal en detrimento de los de Arrimadas, y viceversa.

Los grupos negocian desde hace días el reparto de las sillas del hemiciclo, como ocurre al inicio de todas las legislaturas. En la distribución, que sale de un acuerdo entre los grupos, pesan criterios como la visibilidad, la cercanía a la tribuna de oradores o, incluso, las mejores posiciones para salir en los planos de televisiones y fotografías.

Los escaños más cotizados son los de las primeras filas y los del centro, aunque históricamente los grupos mayoritarios de la izquierda y de la derecha (PSOE y PP) han copado ya un sector en el hemiciclo y buscan repetir los mismos asientos legislatura tras legislatura.

Los asientos que generan más rechazos son los que están ubicados en el denominado gallinero, la zona más alta y rezagada de la Cámara que, además, está separada por grandes columnas. El gallinero es la ubicación que todos los diputados quieren evitar y donde se han ubicado aquellos partidos con peores resultados electorales o que no han sido capaces de alcanzar acuerdos con el resto de grupos parlamentarios.

En esta ocasión, la pugna por evitar el gallinero le corresponde a Ciudadanos. En la pasada legislatura, la distribución de los escaños acabó con Vox en esta ubicación, aunque su situación no duró demasiado, debido a la repetición electoral y a que apenas se celebraron Plenos durante este ciclo político.

Los diputados de ultraderecha, que ahora tienen 52 escaños y son la tercera fuerza la Cámara Baja, ya han avanzado que no están dispuestos a recaer de nuevo en el gallinero y, más concretamente, han planteado que quieren ocupar el espacio en el que se han ubicado los parlamentarios de Cs en las últimas legislaturas, en el centro del hemiciclo, y a la izquierda del PP. 

Fuentes de Vox argumentan que "si nos fijamos en los precedentes del Congreso en cuanto a la distribución de escaños, esa posición es la que han ocupado las formaciones que han sido tercera fuerza en la Cámara. No entenderíamos que se aplicara un criterio distinto con nosotros ahora".

Sin embargo, esta petición afecta a los de Inés Arrimadas por dos razones: se quedarían sin su sitio habitual en el hemiciclo y, además, solo tienen 10 escaños con los que negociar una posición frente a partidos como PSOE, PP, Vox, Unidas Podemos o, incluso ERC, que tiene tres escaños más que la formación naranja. Ciudadanos deberá pugnar en las negociaciones por no acabar en el denostado gallinero, pero necesitará el apoyo de otros grupos, como el Popular.

La Mesa decidió en la legislatura fallida

Según aseguran fuentes parlamentarias, los socialistas (el grupo con más escaños) ha presentado varias propuestas de distribución del hemiciclo, aunque ninguna ha generado un consenso tan amplio como para ser la definitiva, por lo que se siguen negociando las distintas posibilidades. Lo que es seguro es que PSOE y Unidas Podemos ocuparán la posición de anteriores legislaturas (el sector izquierdo y parte del sector central de la Cámara), aunque los de Pablo Iglesias han perdido escaños.

También tienen prácticamente garantizada la misma ubicación los diputados del PNV, que suelen ocupar las dos primeras filas del sector central de las bancadas. Con los 52 escaños de la ultraderecha será prácticamente imposible que los de Abascal acaben recalando en el gallinero o en posiciones muy alejadas de las primeras filas, aunque un pacto del PP con Ciudadanos podría "empeorar" su ubicación.

En la pasada legislatura los de Abascal pidieron sentarse a la derecha del PP, pero los conservadores rechazaron rotundamente esta propuesta. Fuentes parlamentarias recuerdan que cualquier distribución que se lleve a cabo "deberá salir de un amplio consenso", por lo que insisten en que se llegará al máximo acuerdo posible "de todos" antes de decidir el reparto.

En la legislatura fallida, ante la falta de acuerdo de los partidos, tuvo que ser la Mesa del Congreso la que procediera con el reparto de los escaños.

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