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Elecciones ¿Por qué Vox quiere elecciones en Madrid, Andalucía y Castilla y León? No, no es para frenar el "asalto" de la izquierda

El partido ultra aprovecha las mociones de censura y exige que se celebren comicios anticipados para pescar votos en el río revuelto de las urnas, conscientes de que podría aumentar su cuota de poder y entrar en los Gobiernos autonómicos.

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha pedido la convocatoria de elecciones anticipadas en Castilla y León, Madrid y Andalucía.
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha pedido elecciones en Castilla y León, Madrid y Andalucía. C. Moya / Efe

La moción de censura presentada por el PSOE y Ciudadanos en la Región y en el Ayuntamiento de Murcia le ha servido a Vox para dar la voz de alarma y llamar a la convocatoria de elecciones anticipadas en Castilla y León, Madrid y Andalucía (tres Comunidades gobernadas por el PP), con la expectativa de pescar votos en el río revuelto de las urnas y resultar beneficiado en unos hipotéticos comicios.

Aunque en los ejecutivos autonómicos del PP figuran consejeros de Ciudadanos, el apoyo de Vox resulta necesario para gobernar en plazas tan importantes como Madrid o Andalucía. Una subida del partido ultra en unas elecciones podría aumentar su peso en los parlamentos y, si fuese acompañado por un batacazo de Cs, sería clave para que los populares pudiesen seguir al mando de las regiones.

Lo que Vox podría hacer pasar como un freno al "asalto" de la izquierda en realidad sería una táctica para medrar en las citadas autonomías (como sucedió recientemente en Catalunya) y aumentar su influencia o su cuota de poder. Además de figurar como un salvador de las patrias regionales, se aprovecharía de los roces de Ciudadanos con el PP, que han llevado al partido naranja a apoyar mociones de los partidos progresistas.

También podrían entrar en los Gobiernos que ahora apoyan o contemplan desde la barrera de los hemiciclos, puesto que en Castilla y León el PP y Ciudadanos no dependen de la formación de Santiago Abascal. En esta región, además, se da la circunstancia de que el vicepresidente autonómico, Francisco Igea, no tiene una buena relación con la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, unas desavenencias que favorecen a Vox.

Los ultras desean a toda costa que haya elecciones en Madrid, donde las mociones de censura presentadas por el PSOE y Más Madrid (que han contado con el voto favorable de Cs en la Mesa de la Asamblea) todavía dependen de que se desenmarañe la madeja burocrática y jurídica, puesto que su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, tomó ventaja al dimitir, disolver la cámara y convocar comicios antes de que fuesen presentadas las mociones.

Ambas fueron apoyadas por el PSOE y por Ciudadanos, aunque algunos diarios llegaron a difundir que la formación ultra le había dado el visto bueno a la de Más País en la Mesa de la Asamblea, una información que fue desmentida por el partido y rectificada por los medios. "Por supuesto que Vox ha votado no a las mociones de censura a Ayuso [...]. Jamás permitiremos que la izquierda meta sus manos en la vida de los madrileños", manifestó el grupo parlamentario a través de Twitter.

Una hipotética entrada en los gobiernos de Vox podría implicar la imposición de algunas de sus polémicas medidas, como el pin parental. Y, ante la posibilidad de que se vaya a las urnas, la portavoz ultra en la parlamento regional, Rocío Monasterio, ha dejado claro que su partido está "preparado" para la cita tras la "traición" de Cs. "Todo esto comienza con la traición de Cs en Murcia y en un momento que no procedía. Nosotros apoyamos a Ayuso para que convocara elecciones porque queremos que no entre la izquierda", ha declarado Monasterio, quien sí podría terminar entrando...

Tras la presentación de la moción de censura en Murcia, Abascal advirtió de que hará "lo imposible" para evitar que la izquierda gobierne en el Ayuntamiento y en la Región, al tiempo que cargó contra un Cs en horas bajas, de ahí que su mayor caladero de votos se encuentre en la formación naranja. Por ello la ha convertido en el objeto de sus críticas (por imprevisibles, por poco fiables, por "desleales"…), aunque también achacan al PP su incapacidad de poner freno a "la izquierda más radical".

Por supuesto, en medio del fuego cruzado Vox apunta también hacia los socialistas, aunque con un ojo puesto en Ciudadanos por establecer pactos "con el PSOE de la ruina", en palabras del líder ultra, quien exige la convocatoria de elecciones en las regiones "en riesgo de ser asaltadas por el socialismo y en contra de la voluntad de las urnas", consciente de que una futura voluntad los favorezca. Abascal, dado que las citadas Comunidades están en manos del PP, alude a las instituciones "secuestradas" por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Y, aunque piden elecciones, descargan la responsabilidad en Ciudadanos. "Si el Gobierno [andaluz] está permanentemente tensionado y con la amenaza de poder romperse por los problemas internos de una fuerza que parece condenada a la extinción, una convocatoria de elecciones no será culpa de Vox, sino de otra formación", ha dejado claro Alejandro Hernández, portavoz ultra en el Parlamento de Andalucía, una región donde el presidente de la Junta es, a su juicio, "incapaz de poner orden". Juanma Moreno, sin embargo, ha descartado la convocatoria electoral.

Poco importa que el PP defienda que la estabilidad está garantizada y constate su buena relación con Cs. Es más, el portavoz popular andaluz, José Antonio Nieto, considera que "Vox busca su beneficio propio" y define la estrategia que está llevando a cabo el partido ultra: "Me da igual quien pierda si yo gano". Nieto ha insistido en que el PP no atraviesa una crisis en Andalucía, más allá de un debate interno que estima lógico. Pero eso poco le importa al partido ultra, que primero llegó para salvar España y, ahora, la España de las autonomías.

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