¿Cómo actuar ante un golpe de calor o insolación?

Las insolaciones o los golpes de calor son dos de los trastornos por altas temperaturas más frecuentes. En principio, son fáciles de detectar. Los primeros indicios suelen ser síntomas neurológicos como mareo, somnolencia, desorientación, problemas para caminar, temblores o, incluso, convulsiones.

Aunque las insolaciones normalmente suelen ser leves, pueden afectar con mucha intensidad especialmente en niños y personas mayores, hasta el punto de poner en riesgo su vida. Este trastorno puede elevar de forma incontrolada la temperatura y desembocar en un fallo multiorgánico.

Lo ideal es siempre acudir a un servicio de urgencias

Cuando se reconocen en una persona o en uno mismo cualquiera de los síntomas de una insolación o golpe de calor, lo más conveniente es siempre acudir a un servicio de urgencias o al puesto de socorro si se está en la playa o en una piscina. Pero, si por cualquier razón esto no fuera posible, hay que llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible, colocarla en una posición para favorecer la respiración y que pueda entrar aire e hidratarla. Si pierde el conocimiento, habría que llamar inmediatamente a un centro sanitario.

Para prevenirlo, conviene evitar la exposición directa al sol, sobre todo en las horas centrales del día, y usar cremas de protección solar. No quedarse en sitios cerrados como puede ser el coche. Así como beber abundantes líquidos, pero sin necesidad de forzarse.