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Bicihangar 'Jaulas' para aparcar las bicicletas en el centro de Madrid

El proyecto "Bicihangar" cumple dos meses con una buena aceptación entre los ciclistas que circulan por el centro de la capital. Sus promotores aseguran que tienen peticiones como para llenar diez módulos.

Interior del bicihangar, con varias bicicletas aparcadas. Foto Ayuntamiento de Madrid.

Manuel Tapia Zamorano

El proyecto Bicihangar, que permite a los ciclistas que circulan por el centro de Madrid aparcar sus vehículos de forma fácil y segura, ha cumplido dos meses de vida en los que, según sus promotores, ha quedado demostrado que la iniciativa ha tenido una buena aceptación entre los usuarios.

Pablo Rosa, uno de los promotores del proyecto y fundador de Don Cicleto, una red de aparcamientos para biciletas, ha explicado a este diario que los "bicihangares" han despertado el interés de los usuarios. "En este tiempo", apostilla, "hemos recibido peticiones, a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas, como para llenar diez módulos".

El proyecto Bicihangar permite a los ciclistas que circulan por el centro de Madrid aparcar sus vehículos de forma fácil y segura

El pasado 19 de febrero, el delegado de Economía y Hacienda y concejal del distrito de Centro, Jorge García Castaño, inauguró el primer "bicihangar", ubicado en la calle Calatrava, 35, muy cerca de la puerta de Toledo.

Basadas en una aplicación móvil y un sistema electrónico de control de acceso para su apertura, estas "jaula para bicis" responden, según sus diseñadores, a las necesidades de los actuales y potenciales ciclistas en las zonas más densas de la capital.

El "bicihangar", que puede alojar hasta seis bicicletas, ha sido diseñado por Madame Cicleta, que presentó el prototipo dentro de MARES, un proyecto de transformación urbana a través de iniciativas de economía social y solidaria, de la creación de empleo de cercanía y de calidad y de la promoción de otro modelo de ciudad.

Problemas con el cierre

Pablo Rosa reconoce que al principio estas instalaciones tuvieron un fallo con el cierre mecánico, que funcionaba con electroimanes. Para subsanarlo, los técnicos recurrieron a otro sistema más robusto y efectivo que no ha vuelto a dar problemas.

Los vecinos de la calle Calatrava y su entorno también han visto con buenos ojos la instalación de estos contenedores de bicicletas. El responsable de Don Cicleto explica que cuando se desplaza a la zona para inspeccionar el "bicihangar" muchas personas se acercan a él para preguntarle por el habitáculo. "Quieren saber qué es y para qué sirve, y cuando se lo explicamos dicen que les ha parece muy bien y que habría que poner más en Madrid".

El "bicihangar" de la calle Calatrava parece haberse salvado también, al menos por el momento, de los actos vandálicos. "Sólo hemos observado algún intento de apertura esporádico y unas pequeñas pintadas", indica Pablo Rosa.

Un usuario del bicihangar se dispone a guardar su bibicleta. Foto Ayhuntamiento de Madrid.

Un usuario del bicihangar se dispone a guardar su bibicleta. Foto Ayhuntamiento de Madrid.

Este primer prototipo de aparcamiento de bicicletas en la capital mejora la oferta que ya funciona en otras ciudades europeas como Londres, Bruselas o Dublín, gracias a una tecnología de acceso propia: control, registro y seguros automáticos a través de una aplicación que permite el uso de manera ágil y compartida en una red de usuarios.

En cuanto al perfil de usuario del servicio, Pablo Rosa dice que el mayoritario corresponde a personas que suelen utilizar la bicicleta para desplazarse al centro y que no disponen de una casa con ascensor o lo suficientemente grande como para dejar el vehículo en ella.

"Modernitis"

Otros usuarios esporádicos son los que Rosa califica de "modernitis", aquellos que disponen de una bicicleta cara y "chula", y no quieren correr el riesgo de que se la roben cuando circulan por Madrid.

Cada "bicihangar" cuesta alrededor de 5.000 euros y el Ayuntamiento ha ofrecido a sus diseñadores instalar otros módulos en los barrios de Malasaña o Santa María de la Cabeza.

En este sentido, Pablo Rosa señala que su modesta empresa ha tenido que asumir todo el coste del módulo, lo que ha significado para ellos un gran esfuerzo económico.

En el País Vasco, subraya el fundador de Don Cicleto, hay empresas que llevan a cabo proyectos similares, principalmente en Vitoria, pero cuentan con la ayuda de la Agencia de la Energía de la comunidad, que les ha subvencionado con 200.000 euros.

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