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Las críticas a Montero hurtan el urgente debate sobre una educación que proteja a menores de la violencia sexual

Expertas en derechos de la infancia lamentan que el ruido político y mediático desvirtúe el fondo de un debate necesario y urgente, que lleva años e incluso décadas de retraso.

Irene Montero
La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante su comparecencia en la Comisión de Igualdad del Congreso. Javier Lizón / EFE

El linchamiento político que está sufriendo la ministra de Igualdad, Irene Montero, por parte de los partidos de la derecha oculta y hurta a la sociedad un debate necesario y profundo sobre la educación afectivo y sexual de los menores en nuestro país. Tanto Vox como Ciudadanos han pedido la dimisión de la ministra, e incluso el partido de la ultraderecha habla de que se suprima el propio ministerio de Igualdad. 

El debate parlamentario ha rebajado al barro y parece admitir cualquier argumento. Además, ha sido amplificado por diversos medios de comunicación. El diario ABC, por ejemplo, titulaba una noticia este viernes así: Montero desata una enorme polémica al abrir la puerta a permitir sexo consentido en la infancia. Otros hablaban directamente de que la ministra potencia la pederastia.

El miércoles pasado, Montero compareció a petición propia ante la Comisión de Igualdad del Congreso. Fue una larga intervención con preguntas de los distintos grupos representados en la Cámara Baja. Mientras se trataba el tema de la ley del aborto, que se encuentra en trámite parlamentario en esa misma comisión, una frase de la ministra fue sacada de contexto mientras respondía a la representante de Vox, Lourdes Méndez. Montero dijo textualmente: "Todas las niñas, los niños, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren y que eso es una forma de violencia, tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento". Apenas 20 segundos de una explicación más amplia que duró más de tres minutos y dentro de una intervención total que se desarrolló durante casi tres horas.

Si bien la frase no es afortunada, la literalidad de toda la intervención deja claro que se estaba refiriendo a la ley del aborto y a la defensa de que las menores de 16 y 17 años pudieran abortar sin necesidad de consentimiento paterno y que es necesario en nuestro país una educación afectivo-sexual desde la infancia en los colegios.

Expertas en derecho de la infancia lamentan que el ruido desvirtúe un debate necesario y urgente

Las expertas en derechos de la infancia consultadas por este diario lamentan que el ruido político y mediático desvirtúe el fondo del debate. Un debate necesario y urgente que lleva años, incluso décadas de retraso. Recalcan que uno de los objetivos principales de la educación afectivo-sexual en las escuelas es reducir el riesgo de niños, niñas y adolescentes a sufrir agresiones sexuales y dar a los menores las herramientas para detectarlos, denunciarlos y comprender que son prácticas que no deben ser consentidas. 

"Creemos que este tema se está utilizando como arma política, como ocurre con muchos otros temas sociales, pero debe estar lejos de esta polémica porque desvirtúa el fondo del debate. Es necesario llegar a consensos, centrarse en lo que implica una educación afectivo-sexual y tener claro que se trata de un derecho de niños y jóvenes. Tienen derecho a recibirla porque necesitan conocer sus cuerpos, su autonomía, que entiendan lo que es el consentimiento y que la afectividad y la sexualidad están íntimamente ligadas", explica a Público Carmela del Moral, responsable de Políticas de Infancia en Save the Children en España. 

Esta experta abunda en que es imprescindible que los niños y niñas puedan identificar qué es abuso y que cuando lleguen a la edad adulta tengan relaciones de una forma segura, basadas en la igualdad y que encaren su vida con información y con un desarrollo sexual sano. "Evidentemente esta educación tiene que estar adaptada a su nivel de desarrollo", subraya.

No se trata de casos anecdóticos. Según datos del Ministerio de Interior, uno de cada dos denuncias (es decir, el 50%) tiene a un menor como víctima. El alcance real de esta violencia es aún opaco, puesto que se estima que se denuncia tan solo un 15% de lo que en realidad ocurre. Según datos de la Unión Europea, uno de cada cinco menores sufren agresiones sexuales y las investigaciones de Save the Children desvelan que aproximadamente en el 84% de los casos los agresores son personas conocidas de su entorno más cercano. 

Unos datos "altamente preocupantes", afirma Del Moral, que reclama que se necesita dotar a los menores con herramientas que les permitan detectar, prevenir y poder reaccionar rápido, para evitar un trauma mayor.

"¡Quitad vuestras sucias manos de los niños!"

Para Violeta Assiego, experta en derechos humanos y ex directora general de derecho de la infancia, es cuanto menos curioso que Santiago Abascal utilice en diversos tuits contra la ministra Irene Montero la frase "Quitad vuestras sucias manos de los niños". "Sobre todo porque lo que persigue la educación afectivo-sexual es que nadie ponga las manos sobre los niños y las niñas y que éstos sean capaces de entender lo que les pasa, poder frenarlo y que no los pongan en peligro", dice.

La frase de Abascal no es casual ni nueva. Tal como recuerda Assiego, se ha escuchado en los foros ultraconservadores y contra el feminismo en diversos países. Se trata de una campaña bien organizada que recorre América Latina, Estados Unidos y diversos países europeos de la mano de grupos ultrarreligiosos y partidos de extrema derecha. "Estos grupos ignoran la amplia literatura científica y los estudios de expertos".

Violeta Assiego: "La educación afectivo-sexual no es un invento de Irene Montero, es una obligación de España"

"La educación afectivo-sexual no es una invención de Irene Montero. Es una obligación de España tras firmar la Convención del niño y otras y está contenida en muchas leyes desde hace años", recalca Assiego. De hecho, la ley contra la violencia de género de 2004, la ley de Igualdad aprobada en 2007, la ley contra la violencia en la infancia de 2021 e incluso la última ley de Educación, contienen la necesidad de una educación afectivo-sexual en las distintas etapas. 

"Pero es cierto que en las leyes no se ha mencionado la obligatoriedad. No se ha dado ese enfoque de lo importante que es en relación a los derechos sexuales y reproductivos de niños y niñas. Esto ahora lo quiere enderezar la ley del aborto, puesto que la ley de Educación incluye la posibilidad de incorporarla, pero ha dejado mucho margen de ambigüedad", explica Assiego.

"Se habla de si Irene Montero potencia la pederastia para no hablar de lo importante. Ignoro la propuesta de los grupos de ultraderecha sobre los abusos a menores o la violencia sexual, más allá de las propuestas punitivas y de la cadena perpetua, que va contra los derechos humanos. Hay comunidades como Catalunya y Navarra que tienen una propuesta curricular interesante sobre educación afectivo-sexual", añade. 

"Existe miedo a dar educación sexual porque afirman que es mejor no hablar de este tema. Pero el entorno está educando cada día. Los menores reciben mensajes de grupos de amigos, del entorno cultural, de las series. Y no se nos olvide la pornografía, a la que acceden de media a los 11 años. Una pornografía que es violenta, machista, no tiene en cuenta el uso de preservativos, las enfermedades de transmisión sexual, que erotiza la violencia, ni tiene en cuenta el consentimiento. No se puede criminalizar la sexualidad adolescente cuando es entre iguales y consentida. Es necesario darles herramientas para que puedan identificar cuándo es una forma de violencia", concluye Del Moral. 

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