El lunes por la noche, Pilar Castillejo (Ripollet, 1969) aterrizó en el aeropuerto del Prat después de haber sido detenida por el Estado de Israel como integrante de la Global Summud Flotilla, y dos días más tarde se reincorporaba al Parlament de Catalunya, donde actualmente ejerce como presidenta del grupo de la CUP. Nos encontramos con la diputada anticapitalista para hablar de su experiencia en la flotilla, la situación en Palestina o cómo ve el plan de paz impuesto por Donald Trump, y también abordar algunos de los temas que marcan la política catalana. 

¿Cómo está?   

Tengo una sensación muy extraña. Durante mucho tiempo he vivido una situación que parecía una vida distinta. De repente, recuperas la normalidad y es raro adaptarte a un cambio tan grande en tan poco tiempo

¿Con qué se entretenía durante las semanas en el barco? Porque son muchas horas… 

Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la astronomía. Tenía muchas horas de vigilancia por la noche y podía observar las constelaciones, ver la estrella polar quieta mientras el resto giraba a su alrededor. Poder mirar el cielo tanto tiempo ha sido de las cosas que más he disfrutado. 

¿En qué pensaba más? 

Era importante no perder de vista hacia dónde íbamos. Las cosas que pasaban eran duras y daban miedo, pero mantener claro el objetivo ayudaba a recordar por qué hacíamos esto. 

"Mantener claro el objetivo ayudaba a recordar por qué hacíamos esto" 

Se ha anunciado un plan de paz en la Franja de Gaza, liderado por Donald Trump, que comienza con el alto el fuego. 

Creo que es importante. La flotilla ha hecho que la gente gritara muy fuerte, y ese grito ha llegado a los despachos a los que tenía que llegar. Pero no hemos llegado a una solución del problema histórico en Palestina. Lo que he visto es más bien un acuerdo comercial entre Washington y Tel Aviv, como un reparto colonial, sin tener en cuenta ni a Palestina ni a los palestinos. Todo se ha usado como excusa para hacer un negocio redondo para el capital y para los intereses del imperialismo. Te hace pensar en qué mundo estamos viviendo. 

El acuerdo ha sido aceptado por todas las partes. ¿Cómo se llega realmente a un acuerdo de paz justo para Palestina?   

Después de dos años de asesinatos, bombardeos y hambre, si te ponen sobre la mesa una carta con un acuerdo, es normal que lo aceptes. Pero ese acuerdo no se ha hecho en igualdad de condiciones. La parte palestina no ha estado realmente en la mesa de negociación, han sido masacrados. Esto es una rendición más que un acuerdo. Es clarísimo que lo que ha ocurrido es un genocidio. Nadie ha protegido a la población civil. ¿Y ahora resulta que Trump recibe elogios por su "papel por la paz"? Es absurdo. 

"Es absurdo que Trump reciba elogios por su 'papel por la paz'"  

¿Cree que detrás del apoyo al pueblo palestino también hay una oposición anticapitalista? ¿Un rechazo a un sistema que ahora asesina abiertamente para expandirse?   

Claramente. No solo defendemos al pueblo palestino, sino el tipo de humanidad que queremos. ¿Queremos un mundo donde se pueda asesinar para hacer negocio? ¿O un mundo donde la dignidad de las personas cuente? La extrema derecha, como Vox y Aliança Catalana, admira a Israel por su modelo militar, racista e imperialista. Así que sí, también es una movilización contra ese modelo. 

Ahora que ha vuelto al Parlament, ¿qué le han generado los posicionamientos de los partidos?   

Es importante forzar a Junts a moverse. PP, Vox y Aliança Catalana no se moverán, son la derecha. Pero Junts vive en una ambigüedad, y hay que hacer que se muevan hacia el mundo de los derechos. Cuando entré en la sala se pusieron en pie; entiendo que hay un cierto reconocimiento, y eso hay que trabajarlo. 

 "Hay que hacer que Junts se mueva hacia el mundo de los derechos"   

¿Pero cree que es posible mover a Junts?   

No lo sé. Pero si no creyera que los cambios son posibles, no haría muchas cosas. La sociedad catalana apoya claramente la libertad del pueblo palestino, y es importante que Junts se posicione. Tenemos que intentarlo. 

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Ahora llegas como presidenta del grupo parlamentario tras la marcha de Laia Estrada. ¿En qué fase están como CUP?   

Ahora nos estamos acabando de recolocar, pero estamos bien. Aunque seamos un grupo pequeño, hemos podido mover cosas. Estamos demostrando que tenemos fuerza, y creo que eso se ha evidenciado bastante. 

Esta semana se ha producido el debate de política general. ¿Cómo ve el país?   

El PSC intenta llevarnos a un estado de normalidad, de gestión pura y dura, pero creo que no es el momento de limitarnos a gestionar. Hay cambios profundos que hacer en una sociedad cada vez más empobrecida, con graves problemas de transporte público, de movilidad, con la pobreza estancada y sin mejora. También vemos cómo perdemos soberanía, con ataques a la lengua y a la escuela catalana. Esa supuesta normalidad que quiere imponer el PSC no refleja la realidad del país. Desde la izquierda independentista debemos mover conciencias, porque la situación no es normal: hay que luchar por la soberanía y por unas condiciones materiales dignas. El modelo económico del PSC es el mismo que el de Junts, y no es sostenible ni a medio ni a largo plazo. 

 "La supuesta normalidad que quiere imponer el PSC no refleja la realidad del país"   

Ahora comentaba la semejanza del modelo económico con Junts. ¿Ven posible un escenario de cambio de socios del PSC?   

Nosotros lo vimos desde el principio. Comparamos los programas del PSC y de Junts y, más allá de algunos matices pequeños, tienen modelos económicos y sociales muy parecidos. El PSC hace una política muy de derechas. Lo preveíamos y ahora se está viendo. 

Después del debate de política general decía que el país necesita grandes cambios. ¿Está la izquierda independentista preparada y fuerte para afrontar esos retos?   

Estamos en un momento en que hemos perdido parte de la confianza de la gente, porque no alcanzamos los objetivos planteados, y eso tiene un coste. Ahora estamos reformulando nuestro modelo de sociedad, nuestro modelo económico, y defendemos que hay que continuar con el embate por la independencia. No podemos conformarnos con una amnistía o pequeños gestos. Creemos que tenemos claro el modelo de país; estamos en proceso de compartirlo, explicarlo y recuperar la confianza. Estamos trabajando para volver a tener la fuerza necesaria. 

Quiero preguntarle por algunas propuestas concretas. Al principio de semana, Junts propuso que hicieran falta 10 años de empadronamiento para acceder a vivienda protegida. Es evidente que es una propuesta que compite con Aliança Catalana. ¿Qué piensan?   

Junts se equivoca muchísimo. Esta propuesta responde a una lógica de miedo, por la pérdida de voto hacia Aliança Catalana. Lo que hacen es derechizarse aún más y reforzar el discurso de la extrema derecha. Junts no puede hacer políticas de apartheid. 

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El president Illa ha propuesto la construcción de más de 210.000 viviendas, de las cuales entre un 40 y un 50% serían públicas. El año pasado se anunciaban 50.000. ¿Con esto se resuelve el problema de la vivienda?   

 "Ya se ha visto que construir más vivienda no ha hecho bajar los precios"   

Son promesas vacías. No sabemos cuándo se construirán esos pisos ni cómo. Además, ya se ha visto que construir más vivienda no ha hecho bajar los precios, al contrario. El problema no es solo de cantidad, sino de cómo se accede. La vivienda debe ser un derecho, y no puede seguir lógicas de mercado. Esta propuesta no soluciona nada. 

¿Qué temas quieren poner sobre la mesa en los próximos meses, tanto en el Parlament como a nivel nacional?   

Para nosotros son claves temas como la lengua catalana, porque representa nuestra soberanía. Vemos que sufre ataques crecientes, especialmente con las sentencias sobre la escuela. Y tenemos que hablar del modelo económico.