El ecologismo, la puerta de entrada de los jóvenes a los movimientos sociales
Aunque las movilizaciones estudiantiles en defensa del clima han recibido críticas por una supuesta falta de contenido político, los activistas han demostrado un férreo compromiso con otras causas y con la crisis ecosocial.
Madrid-
En agosto de 2018, una estudiante sueca de apenas 15 años dejó de asistir a la escuela para influir en el resultado de unas inminentes elecciones generales en el país. Su objetivo era reclamar a los partidos un mayor compromiso para combatir la crisis medioambiental. Ella era Greta Thunberg y de esta forma nacía un movimiento de estudiantes que exigían a los responsables políticos alrededor de todo el planeta aumentar las medidas frente al colapso climático. Aunque este ecologismo joven a menudo ha sido criticado como naif, la evolución política de Thunberg demuestra que ha sido la puerta de entrada para una formación política más profunda.
En ocasiones, quienes no participan en el activismo ecologista pueden verlo como "una preocupación por la huella individual o los productos bio y eco de los supermercados, que se acaba confundiendo con un privilegio adquisitivo", explica a Público Alberto Coronel, uno de los portavoces de Rebelión Científica. "Pero ese ecologismo de supermercado nunca ha estado tan alejado del ecologismo de las calles", argumenta.
La coordinadora del Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático, Gemma Teso, explica a este medio que las primeras protestas por el medio ambiente tienen lugar tras las devastadoras guerras mundiales y la posterior Guerra de Vietnam. "El movimiento ecologista ha sido siempre un movimiento pacifista", destaca.
Juantxo López (Alianza Verde): "El ecologismo es una vía de entrada a considerar la importancia de lo colectivo"
"El ecologismo parte de la defensa de lo común", describe a este diario Juantxo López de Uralde, coordinador federal de Alianza Verde. "Cuando empiezas a militar y a defender el medio ambiente te das cuenta de que compartes mucho con las demás luchas. El ecologismo puede ser una vía de entrada a considerar la importancia de lo colectivo", añade.
"La crisis climática está atravesada por todos los sistemas de opresión", declara por su parte Martina Di Paula, activista de Juventud por el Clima. Los más jóvenes pueden sentirse interpelados por esta causa "porque nos afecta a todas. El mundo en el que nacimos no es el mundo que vivimos ahora. Además, viene acompañada de todas las crisis cíclicas y es una muestra más de que el futuro es incierto", añade.
La nueva oleada ecologista pos-15M
La investigadora Gemma Teso indica a Público que el 15M supuso "un rechazo a la gobernanza basada en los partidos políticos". Si bien esto no se da en el ecologismo, "es verdad que las grandes organizaciones tienen una estructura con la que los jóvenes no se sienten conectados porque no llamaban tanto a la acción", añade.
Esto cambia con Thunberg, que "hace algo tan sencillo como sentarse con una pancarta a visibilizar su desacuerdo", una forma de protesta que se extiende como la pólvora por todo el mundo, afirma Teso a este diario. "Las movilizaciones por el clima son como una llama que prende con una juventud que ya tenía un descontento, pero que les faltaba canalizarlo", aclara.
Alberto Coronel, ecologista: "Figuras como Greta Thunberg han tenido una influencia decisiva para cierta generación"
Por otro lado, "las generaciones que han nacido en el siglo XXI tenían ocho años en la crisis económica de 2008", recuerda Coronel. "Elles no han tenido experiencia de la España pujante, del mito del desarrollo y el boom económico. Se han formado e identificado en un escenario de crisis. Toda su experiencia y su construcción como personas políticas y su madurez ha coincidido con un panorama de estancamiento", destaca.
La emergencia medioambiental "es la amenaza más universal y descuidada", señala el portavoz de Rebelión Científica. "Figuras tan icónicas como Greta Thunberg han tenido una influencia decisiva para cierta generación", valora. No obstante, el ambientalista matiza que si el ecologismo atrae a los jóvenes es porque "las luchas que han tenido una mayor universalidad son las que siempre han desencadenado unos movimientos sociales y nuevas generaciones".
Los lazos de la lucha climática
Las últimas imágenes de la activista sueca en las manifestaciones propalestinas y el contenido de sus discursos demuestran una profundidad en el pensamiento ecologista que va más allá de reclamar a los gobiernos que cumplan con los objetivos acordados en el Acuerdo de París. "Lo que está pasando en Gaza también es un problema de extractivismo, de ocupación de tierras y, por tanto, una disputa por el territorio", describe Di Paula a este medio.
En este sentido, Teso explica a Público que la conservación de las ballenas ha sido un emblema histórico de Greenpeace. "Es la reivindicación del derecho a existir de otra especie. Si se protesta por conservar la naturaleza de la que formamos parte, ¿cómo no se va a luchar por el derecho a existir de otro pueblo?", enfatiza.
"Durante mucho tiempo ha habido una determinada construcción del ecologismo que ha sido parcial, es decir, que se ha tratado como un tema específico del cuidado del medio ambiente desconectado de los temas sociales", indica Coronel por su parte. Sin embargo, "cada vez se comprende más que la crisis social y la crisis ecológica son las dos caras de la misma moneda de la desigualdad planetaria", destaca.
"La crisis climática nos afecta a todas, pero no a todas nos afecta por igual", subraya Di Paula. La acuciante crisis de la vivienda es otro de los grandes frentes del ecologismo, una situación de vulnerabilidad que afecta, sobre todo, a las personas más precarizadas. "Nos cuestionamos para quiénes están hechas las ciudades y cómo son cada vez menos habitables, tanto en cuestiones climáticas como de accesibilidad", incide la activista de Juventud por el Clima.
Por su parte, Uralde matiza que siempre han existido tensiones entre las diferentes familias del ecologismo. "Algunas están más comprometidas con la lucha anticapitalista y otras que se autodenominan más bien conservacionistas", explica. "Al final, incluso si entras por cuestiones que pueden parecer políticamente muy alejadas, te acabas encontrando con intereses económicos que tratan de imponerse a la defensa de lo común y se convierten en luchas enormemente políticas", concluye.
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