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Memoria histórica Un grupo de arqueólogos estudiará las condiciones en las que vivían los presos y trabajadores en el Valle de los Caídos

Aunque las casas y las chabolas en las que vivieron los obreros y sus familias fueron derruidas a finales de los años 50 el equipo del CSIC va a a excavar en los terrenos donde se levantaron los poblados para "conocer in situ la vida de los que levantaron el Valle"

Obras Valle de los Caídos
Una imagen tomada durante las obras de construcción del Valle de los Caídos.

Un equipo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) coordinado por el  arqueólogo Alfredo González-Ruibal va a a estudiar in situ a partir de finales de abril los poblados que albergaron a los presos y obreros –tanto voluntarios como presos políticos– que trabajaron en la construcción del Valle de los Caídos, según informa el diario El País.

Aunque las casas y las chabolas en las que vivieron los obreros y sus familias fueron derruidas a finales de los años 50, cuando el monumento se inauguró en 1959, el equipo del CSIC, formado por nueve arqueólogos y un historiador, va a a excavar en los terrenos donde se levantaron esas viviendas para "conocer in situ la vida de los que levantaron el Valle", según ha explicado Alfredo González-Ruibal.

Según El País, "el CSIC ya cuenta con los permisos de excavación de Patrimonio Nacional y espera obtener en breve la autorización del Ministerio de Cultura y Deporte. Está previsto que los trabajos se inicien el 26 o 27 de abril y que a mediados de mayo se hayan alcanzado ya las estructuras constructivas del poblado que se oculta en el subsuelo".

Durante los casi 20 años que duraron los trabajos de construcción del Valle de los Caídos intervinieron unos 20.000 trabajadores. Para alojarlos se levantaron cuatro poblados. Cada uno de ellos llevaba el nombre de la constructora que lo había terminado: Agromán, Banús y Huarte. Y en medio de ellos, se encontraba el llamado "Poblado Central" que es por donde empezarán las excavaciones. 

Según los cálculos de los expertos, cada poblado alojaba a unos 1.000 o 1.500 habitantes por año, sin contar las numerosas chabolas que rodeaban el complejo y donde también habitaban los presos, algunos con sus familias. 

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