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Johan Carballeira faldas Alumnos y alumnas de institutos gallegos acuden con faldas en protesta contra quienes les discriminan por su vestimenta

Profesores, estudiantes y trabajadores de dos institutos y un colegio de Bueu, en Pontevedra, acuden con falda a sus centros cada día 4 de cada mes bajo el lema #aroupanontenxénero.

Los estudiantes llevan falda en el evento para visibilizar la igualdad. - CEDIDA
Los estudiantes llevan falda en el evento para visibilizar la igualdad. CEDIDA

Desde hace seis meses, las alumnas del Instituto de Educación Secundaria (IES) Johan Carballeira, en la localidad pontevedresa de Bueu, acuden cada día 4 de cada mes al centro vestidas todas con falda. La afirmación, así contada, parecería que no contiene noticia alguna. Pero sucede que el lenguaje que usamos sigue lastrado por años de heteropatriarcado. Al igual que las chicas, los alumnos varones, y las personas que no se incluyen en ninguna de esas dos categorías también visten con falda.

El 27 de octubre del 2020, Mikel, un joven de Euskadi, acudió a su instituto con falda. Sus profesores lo sacaron de clase y lo llevaron a un psicólogo que le preguntó si se sentía una mujer y le insinuó que se quitara la prenda. Él se negó, y sus padres le castigaron por ello. Mikel contó su historia en un vídeo que se hizo viral y que desató un movimiento juvenil en toda España. Ocho días después, miles de alumnas protestaron contra la agresión a su compañero acudiendo con falda a sus colegios e institutos.

Las estudiantes del Johan Carballeira –el instituto toma el nombre de un poeta, periodista y alcalde de la localidad, que cuenta hoy con 12.000 habitantes, asesinado por los fascistas en 1937– también lo hicieron. Pero decidieron que la protesta no debería quedar ahí. Por eso se han decidido a repetirla todos los día 4 de cada mes. El movimiento, etiquetado en las redes sociales como #aroupanontenxénero (#laropanotienegénero), empieza a tener eco, y el pasado martes se les unieron sus compañeras del IES Illa de Ons y del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Plurilingüe A Pedra, también en Bueu.

"Después de la primera protesta pensamos que se nos quedaba pequeño. Aquello no podía quedar en el olvido y había que seguir", dice Lía Menduíña Otero, una de las promotoras de la iniciativa junto a sus compañeras Paula Montejano, Iria Estévez y Samella Clara Honorato. Estudian Primero de Bachillerato, y su profesor de Física y Química, Miguel Quiroga, las ha ayudado a organizarse y a ponerse en marcha para defender algo tan esencial como que ninguna de ellas ni ninguno de sus compañeros pueda ser discriminada o marginado por vestir prendas que el heteropatriarcado atribuye a un sexo determinado.

Cuando se les pregunta cómo han alcanzado ese nivel de concienciación siendo tan jóvenes –Primero de Bachillerato se estudia con 16 años– ofrecen una respuesta de adultos. "Siempre nos ha interesado el tema de la diversidad y de la igualdad, no sólo de género. Así que nos hemos ido informando y formando sobre el tema con lo que teníamos a mano", afirma Samella.

Acto celebrado por los tres institutos en Bueu (Pontevedra). - CEDIDA
Acto celebrado por los tres institutos en Bueu (Pontevedra). CEDIDA
Menduíña: "Siempre nos hablan de la necesidad de aprender matemáticas, historia (...) Pero no de algo como la igualdad"

Este año, según explica Iria, el Johan Carballeira instauró la asignatura de Igualdad de Género en Primero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), como materia evaluable. "Debería existir en todos los colegios e institutos", subraya Iria. "Siempre nos hablan de la necesidad de aprender Matemáticas, Historia, Lengua... Pero no de algo tan importante como la igualdad, y no sólo de género", añade Lía.

El pasado martes, organizaron un acto conjunto con sus compañeras del IES Illa de Ons y del CEIP A Pedra abierto a todo el pueblo, y al que acudió el alcalde de Bueu, Félix Juncal, del BNG, con varios miembros de la Corporación Municipal. "La juventud siempre nos transmite que hay gente que viene detrás de nosotros y que intenta cambiar esta sociedad patriarcal, luchando por un mundo más justo desde la transgresión y el inconformismo", dijo ese día el regidor.

Poco a poco las instituciones gallegas se van incorporando a esa intuición que las jóvenes de Bueu tienen tan clara. En noviembre del 2018, a iniciativa de la diputada Luca Chao, quien formaba entonces parte de Podemos, el Parlamento de Galicia aprobó por unanimidad una moción que instaba a la Xunta a implantar "todas las medidas pertinentes" para evitar que los colegios con uniforme obliguen a las niñas a usar falda, de forma que esta sea una opción que las propias alumnas elijan, sin que nadie se lo imponga.

El martes pasado en Bueu, pese a la presencia del alcalde, las protagonistas del acto fueron las alumnas de los tres centros escolares del pueblo. Algo que Miguel subraya que debe mantenerse. "A veces pensamos que la opinión de un adulto tiene más valor que la de un menor de edad, y estas chicas están demostrando que eso no es así", señala Miguel.

Convencer a la sociedad de que nadie debe sufrir discriminación no es tarea fácil

A pesar de todo, convencer a la sociedad de algo tan elemental como que ninguna chica ni ningún chico deben sufrir discriminación alguna por vestir, hablar, gesticular, mostrarse o comportarse como les dé la gana no es fácil. "Hay padres que ponen alguna pega. Se han criado en un ambiente distinto al nuestro y les parece mal que una mujer se vista con ropa de hombre, o al revés, pero en general nos apoyan", explica Iria.

Entre sus compañeros hay alguno que se ha negado secundar la protesta. "Pero es más porque no han entendido de qué va esto más que porque se opongan", cuenta Paula. De hecho, han constatado que hay muchos otros que salieron de casa sin falda, probablemente por vergüenza a pasearse por la calle con ella, pero que se la pusieron al llegar al centro o la pidieron allí.

#Aroupanontenxenero ha empezado a crecer y quién sabe si acabará generalizándose. Seguro que ayuda a acabar algún día con ese uso discriminatorio del lenguaje que nos hace pensar intuitivamente a la inmensa mayoría de las adultas que sólo cuando empleamos el género masculino para referirnos al resto del mundo incluimos en él a todos nuestros congéneres.

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