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Los jóvenes LGTBI, desamparados por la sanidad pública ante el mayor riesgo de padecer problemas de salud mental 

Con seis psicólogos por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los 18 de la media europea, denuncian que España deja a estas minorías indefensas frente a la depresión o a la ansiedad.

Pareja LGTBQ+.
Una pareja LGTBQ+. Pexels

El colectivo LGTBI se enfrenta a diario a la estigmatización, el aislamiento, la humillación, el acoso y la violencia verbal y física. Se trata de un grupo social que lidia con un ambiente hostil y todos los problemas que conlleva a nivel mental. Aunque la pandemia haya aumentado este tipo de enfermedades, es una lacra que existe desde hace tiempo.

Así lo certifica un estudio de la Universitat de Jaume I realizado a universitarios españoles antes del confinamiento. La investigación alerta de que las minorías sexuales muestran una mayor prevalencia de problemas psicológicos (10,3%) que los heterosexuales (3,5%). Ansiedad, depresión, ideación suicida o trastornos alimentarios son algunos de los problemas que tienen que enfrentar.

El portavoz de Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (ANPIR), Javier Prado, explica que las presiones hacia la heteronormatividad y las diversas formas de violencia que sufre la población LGBTIQ+ "lo convierten en un subgrupo de riesgo para problemas de estrés, como son los trastornos emocionales y los problemas de salud mental".

Xacobe Fernández, psicólogo clínico del Hospital Universitario de A Coruña, asegura que las personas del colectivo LGTBI "viven todos los días en peligro". "Por ejemplo, el asesinato de Samuel visibiliza claramente algo con lo que el colectivo vive a diario: miedo a que les agredan y maten por no ser personas normativas", lamenta. Un informe del Ministerio de Interior retrata que en 2020 hubo 277 delitos de odio registrados por la orientación sexual o la identidad de género.

Trastornos alimentarios

La asociación Just Likes Us alerta de que los jóvenes LGTBI tienen tres veces más probabilidad de sufrir un desorden alimentario respecto a sus semejantes heterosexuales.

Javier es de las personas del colectivo consultadas por Público y cuenta que padeció anorexia de tipo restrictiva cuando empezó su primera relación con un chico por la presión social que sintió al no tener "un cuerpo normativo". "Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) en chicos son un tema tabú pero existen. Creo que también existe un culto a la imagen muy exagerado y las redes sociales no ayudan", explica.

Los jóvenes LGTBI tienen tres veces más probabilidad de sufrir un desorden alimentario

Alrededor del 24% de las chicas bisexuales y gay sufrieron o sufren esta problemática, frente al 18% de los chicos bisexuales y gay. Además de un 22% de los transexuales.

Por otro lado, Íker cuenta haber dejado de comer sin tener sobrepeso "solo para permanecer delgado". "Hay que normalizar todos los tipos de cuerpo, para que aquellos que quisieran adelgazar lo hicieran solo por salud", propone.

Nina, aparte de depresión crónica y trastorno del pensamiento, ha padecido trastornos de la alimentación como bulimia, anorexia y vigorexia: "He tenido crisis de hormonas y estoy cansada de que me hipersexualizen por mi feminidad como persona trans".

Depresión y ansiedad

Conforme crecen se enfrentan al miedo de ser rechazados tanto por su familia como por su entorno social. En el caso de la etapa de colegio o instituto, los episodios de acoso escolar son habituales. En algunas ocasiones optan por reprimir su orientación o identidad de género por miedo a correr peligro, lo que puede derivar en tristeza, impotencia y frustración.

Una investigación reciente apunta que ser adolescentes no heterosexuales dispara la probabilidad de ser víctima de acoso o ciberacoso. Además, tienen significativamente más depresión y ansiedad social que el resto.

En este sentido incide uno de los entrevistados. Íker sufrió acoso escolar y en su hogar sintió rechazo por parte de su familia. Su madre se enteró cuando le miró el móvil y vio que tenía novio. "Me llamó depravado sexual, se jactó de haber violado mi intimidad. Caí en depresión", lamenta. 

Por su parte, Javier estaba en un colegio concertado y religioso donde él era "el único gay". "Toda esa etapa influyó después en mi adolescencia. Nos cerramos para que no nos insulten. Todo ello se tradujo en mi caso en ansiedad, falta de autoestima y dificultad para crear vínculos sociales", recuerda.

Desde el servicio de psicología de Federación Estatal LGTB (FELGTB), Alejandro Alder, cuenta que sufrir bullying "generará heridas emocionales" como el rechazo, el abandono y la humillación. "Si nacemos en un ambiente hostil, estamos más expuestos a ansiedad, la depresión", declara.

Genaro empezó a sufrir acoso escolar con 12 años, cuando aún no había desarrollado su sexualidad. "Es una etapa que no representa quién soy, pero que forma parte de en quien me he convertido. Antes era alegre y animado, desde que sufrí todo eso lloro poquísimo", señala.

El suicidio, principal causa de muerte

El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte para los jóvenes y ya es problema de salud pública. En 2019 se quitaron la vida 309 personas de entre los 15 y 29 años, según datos de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio.

Los jóvenes  homosexuales y bisexuales tienen un riesgo mayor de intentar suicidarse

Dentro de los adolescentes, los LGTBI tienen peores perspectivas. En esta etapa se juntan varios factores que disparan las conductas autolíticas (un acto suicida cuyo resultado no implica la muerte). Según un estudio realizado en ocho países, entre los que se incluye a España, prueba que jóvenes bisexuales y homosexuales tienen un riesgo mayor de intentar suicidarse.

Además, puede aumentar un 40% el riesgo de intentos de suicidio o ideas suicidas. Esto lo hace un grupo social extremamente vulnerable que necesita atención psicológica. Las autoridades recomiendan pedir ayuda ante cualquier pensamiento autolítico. FELGTB indica que existe un servicio llamado Línea Arcoiris para cualquier duda o ayuda que pueda necesitar el colectivo.

La primera relación sexual con un hombre de Nina fue con un varón mucho mayor que ella que se creó un perfil falso y la violó. Se intentó suicidar en 2018 y cada año por esas fechas resurgen pensamientos suicidas.

Demandas de más recursos para la psicología pública

Todos los entrevistados se muestran decepcionados con el servicio de salud mental de la sanidad pública. Cuando la necesitaron, no respondió. Los jóvenes se quejan de que la única forma que tengan para recibir terapia sea pagar a un psicólogo privado y la Asociación Nacional de Psicólogos y Residentes (ANPIR)  reclama más recursos.

La explicación que dan desde ANPIR es que actualmente existen poco más de 2.800 psicólogos públicos especialistas en psicología clínica salud en toda España. Con una media nacional de seis psicólogos por cada 100.000 habitantes cuando la europea es de 18, deja a estas minorías indefensas si no tienen los recursos económicos.

Con una media nacional de seis psicólogos por cada 100.000 habitantes cuando la europea es de 18, deja a estas minorías indefensas si no tienen los recursos económicos

Las comunidades que dan mayor importancia a esta rama son Catalunya y Navarra, con 18 y 11 psicólogos por cada 100.000 personas, respectivamente. Por el contrario, Galicia y Andalucía están a la cola con menos de 3,5 psicólogos. Un hecho que explica que España ya se encuentra entre los líderes europeos en consumo de psicofármacos, como los ansiolíticos y los antidepresivos.

"La frecuencia de visitas es muy pobre (3-4 al año).  Los tratamientos psicológicos, como mínimo, para problemas de ansiedad o depresión, necesitan de 6-9 sesiones y una periodicidad más intensiva. Es como si le prescribieran tomar antibióticos durante nueve días para corregir una infección y solo le diéramos antibióticos para cinco días y cruzásemos los dedos para que todo saliera bien", ironiza el psicólogo Javier Prado.

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