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Los médicos gallegos amenazan con una huelga para reclamar mejoras laborales y salariales

La Xunta, que el próximo 12 de febrero se enfrenta a una manifestación contra los recortes, los convoca a una reunión este martes en Santiago para intentar frenar las movilizaciones en defensa de la sanidad pública.

30/1/23 El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en una videollamada con un paciente de ELA.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en una videollamada con un paciente de ELA. — Xunta de Galicia

El sindicato O'mega, mayoritario entre los médicos de la sanidad pública de Galicia, ha empezado a celebrar asambleas en los hospitales de la comunidad para decidir si convocan una huelga para forzar a la Xunta a que atienda sus reclamaciones. Según su secretario general , Manuel Rodríguez, el paro, que se sumaría a las huelgas de médicos de Madrid, Catalunya, Andalucía y País Valencià, entre otras comunidades, tendría carácter indefinido.

La sanidad gallega se encuentra en una situación crítica tras años de recortes, con colapsos en la atención primaria y en las urgencias de numerosos hospitales; con listas de espera quirúrgicas, para pruebas diagnósticas y para atención especializada que superan los tres meses en numerosas especialidades, y con los profesionales denunciando falta de medios y exceso de carga de trabajo.

A eso se une el malestar de muchos facultativos que también trabajan en la sanidad privada y que desde hace más de una década exigen a la Xunta un complemento específico que reconoce las condiciones particulares de algunos puestos por su dificultad técnica, responsabilidad, peligrosidad o incompatibilidad. La administración sanitaria les exige renunciar a ese plus, que puede superar los 10.000 euros anuales, si no tienen dedicación exclusiva.

"Existen muchos motivos para ir a la huelga", asegura María Pazo, portavoz de O'mega en Santiago, quien alerta del descontento de los médicos ante la negativa del Servizo Galego de Saúde (Sergas) a atender sus "numerosas reivindicaciones".

Las asambleas empezaron este lunes y se prolongarán durante esta semana y comienzos de la que viene. Si deciden finalmente ir a la huelga es probable que los paros se produzcan en fechas muy próximas al 12 de febrero. La plataforma SOS Sanidade Pública, formada por organizaciones sociales, profesionales, sindicales y políticas, ha convocado para ese día una nueva manifestación en Santiago para denunciar los recortes y el caos del sistema gallego de salud.
Para tratar de frenar el aumento de la contestación social, el Sergas ha convocado a los médicos a una reunión este martes en Santiago, aunque no ha facilitado información sobre si les hará algún tipo de propuesta para tratar de frenar su movilización.

El Gobierno que preside Alfonso Rueda se ha enfrentado en los últimos meses al colectivo médico, que lleva años denunciando, que la fuga de profesionales a la sanidad privada, a otras comunidades autónomas y a otros países por las malas condiciones salariales y laborales que les ofrece la Xunta.

El pasado noviembre, el Colegio de Médicos de Pontevedra ya había presentado una denuncia en el juzgado de lo Penal acusando a la Administración gallega de poner en peligro la salud de los pacientes y de los médicos, anunció que no volvería a sentarse con la Xunta hasta que Rueda no releve al equipo que encabeza el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña.

La ruptura ocurrió poco después de que el propio presidente defendiera el envío de enfermeros a los puntos de atención continuada (PAC) que se hubieran quedado sin médico, una medida que los colegios médicos recibieron "atónitos". Ante la falta de profesionales, el Sergas también anunció hace unos días que recurriría a internos residentes (MIR) para cubrir otras vacantes en Atención Primaria, y que preparaba una instrucción para que sus galenos con dedicación exclusiva pudieran trabajar también en hospitales privados.

"Parches" y "ocurrencias"

La oposición califica esas medidas de "parches" y "ocurrencias", y exige a la Xunta soluciones estructurales. El pasado domingo, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, aseguró que el Gobierno del PP estaba "demoliendo la sanidad pública" y que se ha convertido "en un peligro para la salud de los gallegos y las gallegas", a las que animó a participar en la manifestación del 12F.

Para algunos médicos que defienden la sanidad pública, sin embargo, la huelga de los facultativos no está justificada si se ciñe únicamente a la reclamación del complemento específico que reclaman sus compañeros. "Los médicos que trabajan en la sanidad pública sólo deben trabajar en ella, pero para eso hace falta que estén bien tratados y bien pagados", asegura Pedro Soler, exsubidrector médico del Instituto Nacional de la Salud y exgerente de varios hospitales en Galicia, y quien recuerda que hay médicos adjuntos operando en hospitales de Galicia con salarios "de 1.800 euros al mes".

"Esas medidas no van a acabar con la fuga de profesionales", añade Soler, que vincula la movilización de O'mega con la cercanía de las elecciones sindicales en el Sergas, que se celebrarán el próximo mes de mayo. También alerta de la privatización de la sanidad en Galicia desde el primer gobierno de Alberto Núñez Feijóo. "Desde entonces, todos los hospitales privados familiares de Galicia, salvo uno, se han vendido a las grandes multinacionales que hacen negocio con la salud"

Quienes defienden que todos los médicos reciban el complemento específico, en cambio, sostienen que se trata de una cuestión de justicia. Es el caso del ginecólogo vigués Casimiro Obispo, portavoz de la Asociación de Médicos Marginados del Sergas. "Hacemos el mismo trabajo, trabajamos las mismas horas, estamos sometidos a las mismas obligaciones, pero cobramos menos porque dedicamos nuestro tiempo libre a ejercer nuestra profesión donde consideramos", señala, recordando que sólo Asturias y Galicia mantienen ese régimen de incompatibilidades.

La asociación prepara un recurso contencioso-administrativo contra el Sergas en el que más de 300 médicos que compaginan la medicina privada con la pública reclaman a la Xunta el complemento específico que disfrutan sus compañeros, y que les abone los atrasos que les corresponden.

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