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Racismo Investigan como delito de odio el arresto en el metro de un chico negro por no llevar bien puesta la mascarilla

Los testigos que grabaron la escena aseguran que el arrestado fue al único al que llamaron la atención de todo el vagón a pesar de que muchos otros no llevaban bien puesta la mascarilla, y el incidente termina con un violento arresto. 

Imagen del momento de la detención del joven en el metro de Valencia.
Varios miles de personas se han manifestado contra el racismo ante la embajada de Estados Unidos en Madrid. / ADP

EFE

La Fiscalía de València ha abierto diligencias de investigación por un posible delito de odio tras el incidente ocurrido el pasado fin de semana en Metrovalencia, cuando dos vigilantes de seguridad detuvieron a un hombre de origen guineano por la fuerza, y le amonestaron por no llevar bien puesta la mascarilla, a pesar de que en el vagón había otra gente que también iba con la mascarilla puesta a medias. 

Varios pasajeros grabaron la escena, que se ha vuelto viral en las redes sociales, provocando numerosas reacciones de repulsa. 

El joven guineano ha acudido este jueves, acompañado de miembros de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), a la Fiscalía para ofrecer su versión sobre los hechos. Desde Som Xarxa declaran que el joven "asegura haber sido atacado dos veces, en dos trayectos distintos, por diferentes guardias de seguridad con la excusa de no llevar la mascarilla bien puesta". Además relata que los vigilantes le siguieron y se dirigieron solo a él cuando "había mucha gente que estaba con la mascarilla bajada". Añade que cuando le pidieron que se subiera la mascarilla, lo hizo.

La fiscal delegada de delitos de odio en Valencia, Susana Gisbert, ha informado de que ha comenzado los procesos legales para una investigación de oficio que ayudará a esclarecer los hechos, ante la posible comisión de un delito de odio.

Cabe recordar que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ya había abierto un expediente y seguirá recopilando documentación al respecto. Ha asegurado que se tomarán las medidas necesarias y que se pondrán a disposición de la Fiscalía y le facilitarán toda la documentación de la que dispongan, si así lo requiere.

Alternativa Sindical, que representa a los vigilantes privados del metro, aseguran que no se trata de un delito de odio, y alegan que los vigilantes que se vieron involucrados en el suceso ya han presentado denuncias contra el joven, al que solo detuvieron tras "agredirles e insultarles". 

Movimiento antirracista

El incidente ha provocado una enorme polémica en redes sociales y contundentes respuestas contra el racismo institucional, entre ellas la del movimiento antirracista de Valencia, Som Xarxa, que ha convocado una concentración en la parada del metro de Colón de la capital valenciana, en la plaza Los Pinazo, para condenar los hechos.

La protesta está convocada a instancias del colectivo Uhuru (Libertad en swahili) que forma parte de las Comunidades Negras Africanas y Afrodescendientes en València (CNAACV) y del movimiento #BlackLivesMatters.

Los asistentes han lanzado proclamas como "Basta ya de racismo criminal", o "No al racismo", con la que el propio joven ha concluido su intervención. Igualmente, han mostrado carteles en los que se podía leer proclamas como 'Stop perfil racial' o 'Tu silencio también es opresión'.

Una de las integrantes de Uhuru, Gabriela Nuru, ha señalado durante la manifestación: "Lo que ha pasado con esta persona es una injusticia. Le están achacando cosas que él no ha hecho, él se estaba defendiendo de unos guardias y de dos civiles que de forma totalmente descabellada se sumaron a la agresión y le están intentando culpar de la situación, como si hubiera sido su culpa".

El joven negro que fue retenido por vigilantes de seguridad de Metrovalencia y otros dos pasajeros el pasado fin de semana ha indicado que durante el incidente fue "apretado por el cuello" y ha afirmado que "no ha hecho nada malo", puesto que el resto de personas en el vagón llevaban la mascarilla igual de baja que él. 

Asimismo, desde Uhuru han reivindicado el cierre de los Centros de Internamento de Extranjeros (CIE) y la derogación de la ley de extranjería, que "niega el acceso a una vida digna y pone todas las trabas posibles para que una persona extranjera pueda llegar a considerarse un igual, y le mantiene en una segunda clase de forma indefinida".

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