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‘Santander for the Seas’: por un Mediterráneo con cachalotes y posidonia, y sin basura

El programa de Banco Santander apadrina este año tres nuevos proyectos: un área segura para el cachalote mediterráneo, la conservación de la posidonia en Baleares y el reciclaje de plásticos en el Levante.

Santander for Seas
Santander for Seas.

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Fundación Banco Santander acaba de cerrar una nueva edición, ya la tercera, de Santander for the Seas, el programa de mecenazgo con el que la entidad apoya la protección y la recuperación de especies y hábitats marinos. Con una dotación total de 450.000 euros (150.000 para cada proyecto), se trata de la mayor iniciativa privada para la conservación de nuestros mares y océanos. Como en anteriores ocasiones, la Fundación apadrinará tres proyectos.

El primero de ellos, Moby Mummy, de la Asociación Tursiops, está centrado en la protección del cachalote mediterráneo a través de tres acciones principales: delimitar el alcance de la recién descubierta área de cría de la especie en el norte de la isla de Menorca y elaborar un mapa de zonas críticas en ella, basado en datos de navegación y presencia de cachalotes; llevar toda la información recabada a la Administración y solicitar la creación de un Área Marina Protegida que preserve toda la zona; y maximizar el impacto mediante la inclusión de las navieras en la guardia custodia y la sensibilización social. "Los cachalotes son clave en la lucha contra el cambio climático al ser una especie inversora del ciclo de la materia en el océano, favoreciendo el crecimiento del fitoplancton, que reduce los niveles de CO2", ha explicado Txema Brotons, director científico de Tursiops.

Otro de los seleccionados es Upcycling the oceans, de Fundación Ecoalf. Su objetivo es potenciar la economía circular con el reciclaje de residuos plásticos marinos para darles una segunda vida. Este proyecto lleva desde el año 2015 limpiando los océanos: desde entonces ha logrado involucrar a más de 2.500 pescadores (mayoritariamente arrastreros), que juntos han conseguido extraer más de 1.000 toneladas de basura de nuestros mares que de otra manera hubieran permanecido en el fondo para siempre. Upcyling the Oceans está orientado a desarrollar una solución contra la basuraleza que rodea las Áreas Marinas Protegidas del Levante español, mediante la creación de alianzas entre el sector pesquero, la comunidad científica y tecnológica, la industria y la población civil, según señala la directora de Ecoalf, Andrea Ruzo.

Por último, la Fundación Blue Life completa la terna de entidades seleccionadas en la tercera edición de Santander for the Seas. Su propósito es restaurar las praderas de posidonia oceánica, fuente de biodiversidad en las Islas Baleares, que cuentan con una superficie aproximada de 650 km2. "La posidonia oceánica es una planta acuática endémica del Mediterráneo, considerada la especie más longeva de la biosfera, con 100.000 años de antigüedad y proporciona un hábitat crucial para una gran variedad de especies marinas, además de contribuir a la regulación del clima y la calidad del agua", afirma Óscar Caro, presidente de esta fundación.

Recuperación del patrimonio natural

Santander for the Seas forma parte del programa global de Recuperación de Patrimonio Natural que Fundación Santander, vinculada al banco cántabro, desarrolla desde hace cerca de dos décadas para proteger especies emblemáticas de tierra, mar y aire, como el oso pardo, las praderas marinas o el quebrantahuesos. "Ponemos en marcha esta nueva iniciativa destinada a ayudar a la mejora de la vida marina. Marismas, praderas marinas, arrecifes, especies centinela, etc. son algunos de los ecosistemas que tenemos identificados, y sabemos que necesitan nuestra atención. La conservación, la protección, la restauración y la mitigación del cambio climático se convierten en escenarios prioritarios para nosotros", señaló Borja Baselga, director de la Fundación, en la presentación de esta iniciativa.

En su opinión, "la grave situación que estamos viviendo nos conciencia aún más de la necesidad de cuidar el entorno en el que vivimos, de incrementar la ayuda para la conservación del gran tesoro de nuestro patrimonio natural, nuestros mares y océanos, cuyo calentamiento y pérdida de biodiversidad contribuye a la degradación de nuestro futuro como especie".

Muchas especies, hábitats y ecosistemas marinos han sufrido disminuciones catastróficas y el cambio climático está socavando aún más la productividad y la biodiversidad de los océanos. No obstante, científicos y expertos defienden su reversibilidad y numerosos estudios sugieren que podría lograrse una recuperación sustancial de la abundancia y funciones de la vida marina para 2050 si se mitigan las diferentes presiones al medio marino y el cambio climático. Una meta alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de las Naciones Unidas (ODS14 o "vida bajo el agua") que pretende "conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible".

En este sentido, la economía azul, que engloba actividades como la pesca, la utilización del medio marino para producir energías renovables o el turismo y la biotecnología azul, está adquiriendo un elevado protagonismo. Según cifras de la Comisión Europea, publicadas en Report on the Blue Growth Strategy: Towards more sustainable growth and jobs in the blue economy, esta economía genera unos 5,4 millones de puestos de trabajo y un valor añadido bruto de 500.000 millones de euros al año a la producción económica. Unas cifras que podrían duplicarse para el año 2030.

En la segunda edición de Santander for the Seas, las organizaciones y proyectos seleccionados fueron Fundación Naturaleza y Hombre (FNyH) dedicada a la recuperación del entorno de la Bahía de Santander; Asociación Vellmarí y su protección de las poblaciones de gorgonias rojas en las reservas naturales de Ibiza); y la Cooordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (CEMMA) que trabaja en la conservación de la candorca, Orcinus Orca. Y en la primera convocatoria, los proyectos ganadores estuvieron destinados a la protección de la tortuga boba mediterránea; la conservación de los tiburones y las rayas del Mar de Alborán; y las salinas como motor de biodiversidad marina.

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