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Yunclillos o la España olvidada cuatro días después de la DANA

El municipio toledano de Yunclillos se ha convertido en la zona cero del temporal. Las calles siguen bañadas en barro y los vecinos se organizan para limpiar comercios y casas mientras esperan la llegada de ayuda gubernamental.

Los vecinos limpian las calles y las casas de Yunclillos, Toledo, uno de los pueblos más afectados por la DANA de septiembre de 2023.
Los vecinos limpian las calles y las casas de Yunclillos, Toledo, uno de los pueblos más afectados por la DANA de septiembre de 2023. Alejandro Tena

Han pasado cuatro días desde que la DANA descargó su rabia sobre el centro de España y el caos sigue gobernando en Yunclillos, un pequeño municipio toledano engullido por el lodo. El pueblo, de menos de 900 habitantes, se ha convertido en la zona cero del temporal; un epicentro catastrófico en el que no hay rastro de asfalto ni ladrillo, solo barro. La fuerza del agua ha arrasado la avenida principal por donde circula el desbordado arroyo de las Calderuelas. En cada esquina hay una cuadrilla de vecinos que trabaja sin descanso para sacar fango y agua de casas y negocios, mientras algunos voluntarios, subidos a tractores y maquinaria pesada, tratan de limpiar las calles intransitables.

En la plaza principal se erige la fachada de un Ayuntamiento, que tampoco ha podido sortear el temporal. Trabajadores y voluntarios achican agua del interior con escobas y barreños, pero los daños que asoman son mayores. Muebles rotos se amontonan en la puerta y las paredes de la primera planta, que se pueden ver desde fuera del edificio, marcan cerca del techo el nivel hasta donde llegó el agua. Manuel Zamarreño, alcalde de Yunclillos, lleva las botas embarradas y apenas tiene palabras para definir lo que ha ocurrido. "Con una foto creo que está todo dicho", cuenta a Público. "El balance de daños es incalculable. El primer día me aventuré y dije que rondaría los dos millones de euros, pero lo va a sobrepasar por mucho", añade el político.

"Hemos solicitado a la Delegación del Gobierno la ayuda de la UME, pero aún estamos esperando una respuesta", reclama Zamarreño. Mientras tanto, tras tres días del temporal, el municipio sigue sin luz y se debe a la astucia de un vecino que, gracias a sus conocimientos de electricidad, trabaja en los cuadros públicos ubicados frente al Consistorio para recuperar la corriente en el pueblo. Buena parte de los hogares y comercios afectados han quedado también sin acceso a agua potable y este miércoles han llegado los primeros palés con garrafas.

Alcalde de Yunclillos: "Hemos solicitado la ayuda de la UME, pero aún estamos esperando una respuesta"

El alcalde espera que en las próximas horas lleguen medios que agilicen el trabajo para devolver las calles a la normalidad y confía en que la Junta de Castilla-La Mancha solicite al Gobierno la declaración de zona catastrófica para que el municipio pueda hacer frente a las cuantiosas pérdidas que ha dejado el temporal.

De momento, la situación de abandono se compensa con la ayuda mutua. Los que viven en las calles más elevadas, aquellos que tuvieron la suerte de salvar sus hogares de la riada, bajan a la zona cero para contribuir a las labores de limpieza. "Vengo de hacer fotos y vídeos de casa de una amiga, pero el seguro no les va a dar nada", explica una mujer. "Llevamos tres días sin descansar, con bocadillos y sacando agua y agua. Es horroroso. Aquí no ha aparecido nadie en tres días. Hoy han llegado los primeros camiones y grúas, pero no han mandado nada de ayuda, es horrible", lamenta. "¿De dónde van a sacar el dinero para reparar todo? La farmacia hundida, los mesones, el restaurante... ¿Qué hace esta gente ahora?".

La DANA arrasa el interior de una casa en Yunclillos, Toledo.
El agua ha arrasado el interior de las casas que, días después de la DANA, siguen embarradas. Alejandro Tena

Cerca de allí, un joven muestra el interior de su casa mientras contiene las lágrimas. No quiere que le graben, pero sí quiere mostrar cómo ha quedado lo que antes era su hogar. "No tenemos nada. Las joyas, los muebles; lo ha arrasado todo. Sólo nos quedan las camas de la planta de arriba, y ya", narra. En el interior de su vivienda, ubicada frente al Consistorio, sólo hay barro y una línea oscura de lodo que rompe en dos mitades cuadros espejos y lámparas.  "Teníamos dos coches y un tractor en la puerta y el agua se los ha llevado", relata. Su historia es la de muchos otros. No sólo ha perdido su casa, los campos de cultivo de los que vive se han echador a perder por completo. 

Crisis climática... Y planificación urbana

Las DANAS y temporales de gotas frías se han convertido en una amenaza cada vez más letal en España. Aunque estos episodios meteorológicos no son una novedad, la crisis climática ha provocado que sean cada vez más virulentos, impredecibles y recurrentes. Pero este no es el único factor que explica la magnitud de los daños. La planificación urbana y las construcciones en zonas de riesgo de inundación también contribuyen a escenarios como el de Yunclillos.

Un vecino de Yunclillos. "He visto entrar agua en las casas antes, pero no como ahora"

Jacinto, un vecino del pueblo de 85 años, ha visto en su larga vida numerosos temporales, pero ninguna tan letal. "No discuto que esta pueda ser la más grande, pero creo que las construcciones que se han ido poniendo importan. Los antiguos eran muy sabios y aquí antes no había nada, no se había canalizado el arroyo ni se habían puesto tantos estorbos. Yo he visto entrar agua en las casas antes, pero no como ahora, porque si tu pones cosas en medio del agua lo que haces es que estas tormentas sean más destructivas", reflexiona.

El anciano se refiere la forma en la que se ha canalizado el arroyo que vertebra Yunclillos. El agua trascurre encerrada por una especie de tubo de hormigón que va soterrado bajo tierra. Con la crecida fruto del temporal, la presión del agua ha estallado el suelo de cemento y ha descubierto el cauce natural del riachuelo que, en momentos normales, apenas lleva agua.

La DANA, en pocas horas, hizo que un fino río que durante años circulaba bajo tierra estallase como una tromba devastadora. Por suerte, dicen los vecinos, nadie ha perdido la vida. Ahora, tras sacar carretas de lodo, queda luchar por recuperar la normalidad.

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