De 'Lost' a 'Juego de Tronos': los finales de serie más odiados por los espectadores
Una buena serie acompaña a los espectadores durante varios años de su vida, por lo que es importante darle un final satisfactorio; aunque no siempre es así.

Zaragoza-
¿Puede un mal final arruinar una buena serie? ¿Lo importante es el desenlace o se trata del camino recorrido? El debate está abierto y no hay consenso al respecto. De lo que no hay duda es que la conclusión es un momento crítico en la vida de toda serie. Llega la hora de cerrar todas las tramas y poner el punto y final. Con una peculiaridad: a diferencia de lo que sucede en una película o un libro, la inversión emocional en una serie es mucho mayor. No en vano, se trata de un producto que ha acompañado al espectador durante años y conseguir un cierre satisfactorio es más complicado.
Especialmente en aquellas series que se prolongan durante temporadas y temporadas debido a su éxito. En muchas ocasiones, incluso, superando la duración que estaba ideada al principio. Las expectativas se elevan por las nubes, el seguidor espera mucho y, a veces, el desenlace no consigue estar a la altura. Son varios los finales de series míticas que lograron enfadar a la audiencia. Eso no quiere decir que sean malos finales per se, ni mucho menos malas series. Alerta: el artículo incluye varios spoilers.
'Juego de Tronos'
Juego de Tronos es una de las series que más ruido ha hecho en la historia. Quizá por ello su final causó semejante estruendo entre los aficionados. Para mal, en este caso, pues casi nadie quedó satisfecho con la conclusión dada por HBO al reino de Poniente. Probablemente más por el cómo que por el qué. Porque el final de Juego de Tronos estuvo profundamente marcado por el contexto y, más concretamente, por los apenas seis capítulos que tuvo su temporada final. Demasiado pocos para una historia tan ambiciosa y con tantos flancos abiertos.
Todos los arcos importantes se cerraron de manera precipitada. En muchas ocasiones sin la justificación que un argumento tan hilvanado en sus primeras temporadas merecía. Se sabe que la serie siguió las notas de George R. R. Martin para sus próximas novelas, por lo que llegó allí donde el escritor quería llegar. Sin embargo, no lo hizo con fineza, ni mucho menos.
El ejemplo más claro es el arco de Daenerys Targaryen, la gran protagonista. En una serie caracterizada por sus giros de guión imprevisibles, su viaje personal es brillante sobre el papel. El espectador la acompaña durante todo momento para descubrir, horrorizado, que no es la heroína, sino una villana más de la historia. Un concepto muy potente, pero cuya ejecución dejó que desear por falta de tiempo. No es la única, no obstante. Decisiones importantes como que Bran Stark terminase en el trono de hierro no tienen el desarrollo necesario.
'Perdidos'
Perdidos es la serie. Así, en singular. Sobre todo porque cambió para siempre el paradigma de cómo se consume el audiovisual de manera mundial. Es el enlace perfecto entre las antiguas series de televisión y las nuevas. Comenzó en 2004 con una temporada de 25 episodios, algo que entonces era lo habitual y actualmente se ve como una locura, y terminó en 2010, con 18 episodios y un final que fue emitido de manera simultánea en varios países, incluido España.
Pero sobre todo, el gran punto a favor de Perdidos es que logró la involucración total de sus seguidores. Los espectadores dejaron de ser un sujeto pasivo para convertirse en un consumidor activo. No solo veían los episodios, sino que acto seguido corrían a Internet para compartir sus teorías sobre qué estaba pasando y hacia dónde podría ir la serie. Algo que, según se ha sabido, llegó a afectar la escritura de guión por parte de J.J. Abrams y Damon Lindeloff, siempre deseosos de sorprender a la audiencia con nuevos giros imposibles.
Tanto que muchos de ellos no encontraron respuesta ni justificación. Además, la expectación creada por desenmarañar qué narices pasaba en la isla generó un hype al que no pudo sobrevivir el capítulo final. Varias tramas quedaron sin cerrarse y el desenlace, en el que se mostraba una especie de purgatorio colectivo de todos aquellos que estuvieron involucrados en el accidente, no satisfizo a muchos de los que lo vieron en directo.
'Dexter'
Dexter fue una serie rompedora pues, en esencia, el protagonista era un villano. Poner al espectador de parte de un asesino en serie fue un high concept rompedor y, desde luego, enganchó a la audiencia. De hecho duró ocho temporadas de 12 episodios cada una. Comenzó en 2006 y terminó en 2013, los años en los que se produjo el boom de las series entre el público.
El final de Dexter tiene un acierto, que la última persona a la que mate sea su hermana Debra y lo haga por compasión. Sin embargo, los puntos para llegar hasta allí son un error tras otro. Desde la introducción del personaje de la doctora Vogel hasta, y sobre todo, la decisión de Dexter de no matar al villano de la temporada, Daniel Vogel, en el penúltimo episodio. Algo que va en contra de la naturaleza psicopática del personaje y que no se explica en ningún momento. El desenlace, en el que el protagonista finge su propio suicidio para exiliarse al bosque tampoco está bien ejecutado y ha quedado como ejemplo de un mal final de serie, hasta el punto que se llegó a rodar una secuela, Dexter: new blood, con la intención de apañar el desaguisado.
'Expediente X'
Solemos creer que la fiebre de las series comenzó con Lost, aunque lo cierto es que hubo muchos fenómenos previos. Una de ellas fue Expediente X, que en los 90 causó furor siguiendo las aventuras de los agentes Mulder y Scully. Era una televisión muy diferente, sin embargo Expediente X compaginaba la emisión de episodios procedimentales, cuya trama se iniciaba y resolvía en el propio capítulo, con un misterio mayor y transversal como lo era la abducción de la hermana de Mulder y la conspiración extraterrestre.
La serie cuenta con varios finales debido a las vicisitudes de la televisión en aquella época. Por ejemplo, al término de la séptima temporada los productores no estaban seguros si iban a renovar para una octava, así que decidieron darle un cierre que pudiera ser continuado en caso de que finalmente recibiesen luz verde. Al final sí una octava y una novena temporada, en la que se produjo el final que no gustó a casi nadie.
Dividido en dos episodios y titulado La Verdad, el episodio supuso el regreso de Mulder, quien llevaba fuera de la serie desde el final de la octava temporada. Algo que de por sí resultó bastante abrupto. La trama es intrincada y la mayor revelación que se produce es la fecha de la próxima invasión terrestre. Teóricamente también muere el principal antagonista, el fumador, aunque luego se demostraría que no es así. Los productores estaban pensando en trasladar la franquicia al cine, por lo que ofrecieron más preguntas que respuestas en el episodio. Algo que fue mal acogido por los fans. Finalmente la serie tuvo dos temporadas más en 2016 y 2019, 15 y 17 años más tarde, en los que se le ofreció una nueva conclusión, esta vez sí más satisfactoria.
'Cómo conocí a vuestra madre'
Cómo conocí a vuestra madre es una de las últimas grandes sitcoms de la historia. Sobre todo porque nació en la televisión lineal, cuando las audiencias no estaban tan fragmentadas como ahora con las plataformas. Tomó el testigo directo de Friends para convertirse en la serie generacional de los millenials, que crecieron viendo la historia de amor de Ted Mosby junto a sus amigos en Nueva York.
El último capítulo buscó un giro de guión que muchos no vieron venir. Una vez conocida la historia de la madre, la serie se guardó un último cambio de dirección en el que reveló al espectador que, lo que habían estado viendo todo el tiempo era, en realidad, la historia de amor de Ted y Robin. Los dos protagonistas tuvieron un cierre relativamente feliz, ya que terminaban juntos después de haber logrado parte de sus objetivos vitales: Ted, ahora viudo, había logrado formar una familia mientras que Robin tuvo una carrera profesional excelente.
Sin embargo, a muchos no les gustó el final de la madre, que fallece por enfermedad en la última temporada poco después de que conozcamos su identidad. Una búsqueda en la que muchos aficionados habían invertido emocionalmente y por lo que se sintieron decepcionados. No solo eso, el final tampoco dotaba a Barney de un cierre satisfactorio, algo que fue castigado. Su audacia por no apostar por un final arquetípico de sitcom, como por ejemplo el de Friends, generó como poco división, cuando no enfado.
'Los Soprano'
Los Soprano para muchos es la mejor serie de la historia. Al menos lo era cuando estaba en emisión. Esas eran las expectativas con las que tuvo que lidiar HBO a la hora de pensar un cierre para la familia mafiosa de Nueva Jersey. Pese a ello tomaron una decisión valiente… que mucha gente no entendió.
El final de Los Soprano es un fundido a negro que ya es historia de la televisión. En su último capítulo, en un momento aparentemente rutinario pero de máxima tensión, la emisión se cortó abruptamente. Fin. Un final abierto que muchos espectadores no supieron interpretar en su momento. Varios, de hecho, creyeron que había habido un problema en la señal de sus televisores. Tras la confusión inicial llegó el debate: ¿muere Tony?
No hay respuesta oficial, aunque todo parece indicar que sí. De hecho, años más tarde, el creador de la serie, David Chase confirmó años después en The Hollywood Reporter que su idea siempre fue que Tony muriese al final de la serie. Aunque en principio lo iba a hacer de otra manera, por lo que pudo cambiar de planes. No solo eso, cada vez que es preguntado por el asunto ha jugado con la máxima ambigüedad que ha podido. Por ello queda a elección del espectador lo que sucedió en aquel restaurante.
'Alf'
Alf era una sitcom familiar de los años 80, completamente blanca y procedimental. Sin embargo su final traumatizó a una generación de niños, pues quedó inconcluso para la audiencia. En el capítulo 24 de su cuarta temporada, el simpático extraterrestre recibe la llamada de sus amigos que le invitan a regresar a Melmac. Sin embargo, poco después Alf es capturado por el Gobierno de Estados Unidos. Fin.
La idea era que hubiese otra temporada más, pero la NBC canceló la serie. De esta manera, el final oficial de Alf es que es capturado y de él ya nada más se supo… hasta seis años después. Con la idea de solucionar el entuerto se creó la película para televisión Proyect Alf, que le otorgó por fin un final feliz. Aún así la no contó con apenas actores de la serie original, con ausencia de la familia Tanner al completo. Quedando como un colofón deslucido para una serie que había sido tan importante en el imaginario colectivo.
'Los Serrano'
La línea que separa la genialidad de la locura es muy fina. Tanto que es muy sencillo pasarse de frenada y caer en el disparate. Es lo que sucedió con el final de Los Serrano, cuando decidieron borrar todo lo sucedido durante la serie haciendo que fuese un sueño de Diego Serrano. La decisión les sirvió para borrar la deriva que había tomado la serie en su última temporada, en la que alcanzó unos tintes dramáticos que no conectaron con la audiencia.
El final, eso sí, es probablemente el más recordado de la televisión española. Por lo inesperado, sobre todo porque no se esperaba una solución así en una comedia costumbrista de tono familiar. También porque sucedió en un producto de gran éxito no solo a nivel español, sino que también fue un fenómeno en países como Serbia, Croacia, Finlandia o incluso Rusia.












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