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Escritorio de un móvil que muestra aplicaciones de redes sociales - vertical
Apps de redes sociales. Fuente: pexels
Escritorio de un móvil que muestra aplicaciones de redes sociales - destacada
Apps de redes sociales. (Fuente: Pexels)

¿Por qué tus redes sociales se llenan de anuncios extraños? Así decide el algoritmo tu publicidad personalizada

Internet es un medio en el que los usuarios dejan un rastro que otras plataformas como las redes sociales pueden aprovechar para promocionar ciertos productos o servicios en función del perfil que tengamos.

Helena Celma

Las redes sociales son un espacio virtual en el que pasamos horas y horas, especialmente los jóvenes. De hecho, en 2022 la audiencia de Internet ha superado con creces a la televisión en España, ya que según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), la primera plataforma abarca el 86,3% de los usuarios, mientras que la segunda se queda en el 79,1%.

Este traspaso de audiencias entre la televisión e Internet ha provocado varios cambios en el campo publicitario. Uno de los más evidentes es la aparición de la figura de los ‘influencers’: personas populares de las redes sociales con quienes contactan las marcas para promocionar algún producto o servicio. De ahí su nombre, por la “influencia” que ejercen sobre sus seguidores. 

Pero sin duda alguna, uno de los cambios más destacados son los anuncios que aparecen en base a los algoritmos. Pongamos como ejemplo Instagram: ¿cuántas veces has ido deslizando tu timeline o has pasado los ‘stories’ de tus conocidos y te ha aparecido una publicidad de algo que no habías visto nunca? Es posible que más de una vez. Esto se debe al algoritmo: un conjunto de normas de programación que influyen en la visibilidad de tu red social, desde el tipo de persona a la que le aparecerá la publicidad hasta la frecuencia.

El algoritmo marca qué publicidad te aparece en las redes sociales.
El algoritmo es el culpable de que te aparezca un tipo de publicidad u otra. (Fuente: Pixabay)

Lo primero que debes saber es que Instagram es como una vecina cotilla. Imagina que eres muy aficionadx al fútbol: en cuanto esta red social detecte que interactúas mucho con esta temática, te pondrá anuncios relacionados con ella, como por ejemplo cuadros de tu jugador favorito. Esta “interacción” es uno de los factores que más tiene en cuenta Instagram a la hora de seleccionar el contenido que te enseña, porque detrás hay una empresa que ha pagado para aparecer a un cierto ‘target’ de personas. Las empresas pueden escoger el género que le interesa, el rango de edad al que se quiere dirigir, la ubicación en la que vive, etc. Y, ¡ojo! Si pinchas alguno de los anuncios será como abrir la caja de Pandora: te saldrá esa misma publicidad hasta debajo de las piedras. 

Como curiosidad, puedes descubrir por qué te aparece un tipo de publicidad u otra. Para saberlo, cuando te aparezca una publicación en esta red social, puedes hacer click en ‘…’, que se encuentra en la parte superior derecha del anuncio, y escoge la opción “Por qué ves este anuncio”. Allí te aparecerán los motivos por los que eres el potencial ‘target’ de esta empresa. 

Tu móvil es un cotilla.
Este es tu móvil cotilleando todo lo que buscas. (Fuente: Giphy / @llimoo)

Toda la actividad que demuestras en las redes sociales es una fuente de información para la plataforma y, en consecuencia, para los anunciantes. Por poner un ejemplo, imagina que eres un viajero habitual y sueles publicar ‘stories’ en diferentes países. Instagram detectará que sueles viajar bastante, por lo que te categorizará dentro de “Viajeros frecuentes”. ¿Adivinas cuál será entonces el tipo de publicidad que te aparecerá? Exacto, promociones de trenes, de aerolíneas, etc. 

Por lo tanto, piensa que tu sola presencia en las redes ya te convierte en un potencial cliente. Ya no miras la teletienda de las tantas de la noche o los anuncios de televisión, ahora tu medio para informarte de ofertas y nuevos productos es mayoritariamente Internet.

Las famosas ‘cookies’

Pero las redes sociales no son el único medio en el que aparecen los anuncios, también pueden aparecer en las páginas web. De hecho, este tipo de publicidad se nutre de las famosas cookies, y no nos referimos a las galletas precisamente, sino a los datos que almacena tu navegador cada vez que visitas alguna página en concreto. Por ejemplo, si buscas unas bambas en concreto, es posible que en las próximas webs te aparezca publicidad de ella en los banners. 

Según la Directiva de Privacidad y Comunicaciones electrónicas europea ePrivacy, lo que se conoce más bajo el nombre de “Ley de cookies”, el navegador tan solo puede almacenar estas porciones de información si el usuario ha dado su consentimiento previo y de forma expresa Es por ello que, desde hace unos años, cada vez que visitas una página nueva te aparece el mensaje de “Esta página web utiliza cookies” y te obliga a escoger si das tu consentimiento a todas las cookies, tan solo a las necesarias o bien si no das tu aprobación. En cualquier caso, lo que debe quedar claro es que el usuario tiene que dar su consentimiento.

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Pensado desde el punto de vista del marketing, las cookies son un elemento ideal porque aquello que puedes haber visitado en un momento puntual, te aparece posteriormente y quizá acabas comprando aquello que al principio te tenía indeciso. Aunque también tiene su parte mala, y es que si buscas un regalo para tu pareja en el mismo ordenador conjunto, quizá le aparece a él o ella un banner de lo que será su futuro regalo. Malditas galletitas, en este caso. 

La cuestión general es que nuestra presencia en Internet deja una huella muy interesante para el comercio digital y nuestros gustos y búsquedas quedarán plasmados en posteriores anuncios.