Galicia tiene 35, la Comunitat Valenciana 22 y Andalucía 14, así que ya iba siendo hora de que la Comunidad de Madrid lograse su primer sendero azul, la versión senderista de las banderas azules para las playas, caminos que han sido transformados en “un valioso recurso para la interpretación y la educación ambiental, así como para el disfrute de la naturaleza a través de la realización de actividades recreativas, deportivas y turísticas sostenibles”.
¿Y a dónde nos tenemos que ir para recorrer el primer sendero azul de Madrid? A la orilla del río Guadarrama… pero no a la sierra, sino al municipio de Las Rozas donde encontramos una ruta de poco más de dos kilómetros que se puede recorrer en poco menos de media hora y que arranca bajo el icónico Puente de Retamar.
Camino Viejo de Las Matas: el sendero azul de Madrid
Si vienes desde la capital, para llegar al inicio de este sendero debes tomar la A-6 y salir en Las Rozas por la Carretera de El Escorial o M-505 poniendo rumbo al Área Recreativa Puente de Retamar junto al puente homónimo: aquí hay un pequeño aparcamiento en el que podrás dejar tu coche.
Detrás del aparcamiento se ubica este puente que es uno de los más emblemáticos de la Comunidad de Madrid. Se construyó a finales del XVII cuando se hizo necesario disponer de un puente aguas abajo del de Herrera en Galapagar, a unos diez kilómetros al norte, para ir derecho de Madrid a San Lorenzo de El Escorial. No olvidemos que a finales del siglo anterior se había erigido en esta localidad el monasterio que se convirtió en palacio real de los Austrias.
Pero el proyecto se encontró con dificultades y no fue hasta 1727, ya en tiempo de los Borbones, cuando Pedro de Ribera —autor del Puente de Toledo o la ermita de la Virgen del Puerto, ambos en la capital, además del venerado “Escorial manchego” de Uclés en Cuenca— el que remató la obra con sus siete arcos de medio punto provistos de tajamares con sombreretes cónicos, lo más emblemático del conjunto.
Además de esta lección de historia que nos ofrece el puente, el área recreativa cuenta con una zona de mesas de piedra que puede ser aprovechada para hacer una buena merienda. Pero eso será después, a la vuelta, que aún no hemos caminado nada.
Siempre hacia el norte, por un buen sendero de tierra y guijarros, iniciamos el Camino Viejo de Las Matas que transcurre por la orilla oriental del Guadarrama, aspecto clave que ha permitido que este pequeño sendero reciba su distinción azul.
Tras pasar bajo la M-505, el sendero se torna un poco más sinuoso y pintoresco en torno al Arroyo de la Torre para después volver a la orilla del Guadarrama. Y es que no hay que olvidar que nos encontramos dentro del Parque Regional del curso medio del río Guadarrama, una larga y estrecha franja alrededor de las riberas del Guadarrama con unos 50 kilómetros de longitud. Tal vez te sorprenda encontrar tantos chalés en un entorno protegido, pero no olvidemos, tampoco, que esto es la Comunidad de Madrid…
El siguiente punto a destacar en el Camino Viejo de las Matas es el embalse del Molino de la Hoz de tan solo diez hectáreas que se encuentra ya entre el municipio de Galapagar y el de Las Rozas. En el extremo sur del embalse se ubica un mirador desde el que se tiene una panorámica del conjunto.
Pero el Camino Viejo de las Matas cubre su último tramo en dirección nororiental dejando a la derecha el embalse y adentrándose en territorio urbanizado. Y es que en esta zona se creó desde los años 60 la urbanización Molino de la Hoz. De hecho, el embalse tenía originalmente una función recreativa para los vecinos de la zona, pero finalmente ha ido siendo aprovechada por diversas aves migratorias que lo han convertido en su hábitat.
Pese a que el final del sendero azul esté marcado en el punto en el que la calle Cetrería conecta con la calle Gavilán, puedes seguir andando y dar la vuelta al embalse cruzando a la otra orilla del Guadarrama por el puente que se ubica al norte. El sendero pasa a tener unos 5 kilómetros en total, pero es circular y más entretenido que terminar “admirando” urbanizaciones.
¿Qué son los senderos azules?
Seguro que te suena lo de la bandera azul en las playas, que no es una información sobre el estado del mar, sino un galardón que entrega la Fundación de Educación Ambiental (FEE) formada por más de 100 ONGs de diversos países. Su rama española es ADEAC, la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor.
Pues bien, los senderos azules vienen a ser la versión senderista de la bandera azul, una enseña y galardón nacidos en 2011 y aplicados en primer lugar a una docena de senderos litorales vinculados a playas en los que ondeaba la bandera.
Desde 2022 el programa se ha abierto a la participación de cualquier municipio u órgano gestor que desee presentar la candidatura de un sendero, con independencia de su participación en el programa Bandera Azul para playas y puertos deportivos. Y es así como los senderos azules empiezan a llegar también al interior de España, razón por la cual, de momento, hay tan pocos (o ninguno) en comunidades como Extremadura, Castilla y León, o Castilla-La Mancha.
¿Y qué criterios debe tener un sendero para que se “pinte” de azul? Aquí puedes consultar las directrices que incluyen normas sobre información, señalética e infraestructuras, conservación y gestión del patrimonio cultural y natural y, por supuesto, uso público. Y si quieres conocer el listado completo de senderos para ver cuál es el que tienes más cerca, pincha aquí.
