Estación de Canfranc: la historia de la impresionante estación de trenes

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Es uno de los grandes mitos de nuestra historia ferroviaria, una obra maestra arquitectónica y de ingeniería en uno de los lugares más bonitos del Pirineo aragonés: hablamos, por supuesto, de la Estación Internacional de Canfranc con casi un siglo de historia habiendo vivido todo tipo de “aventuras” durante este tiempo, del oro y el wolframio de los nazis a los refugiados de la Guerra Civil, del Doctor Zhivago al controvertido hotel de 5 estrellas.  

Viajamos al norte de la Jacetania en Huesca para conocer la historia y la actualidad de la estación de Canfranc que ofreció durante décadas un paso ferroviario entre España y Francia aprovechando el túnel ferroviario de Somport cuya reapertura después de 50 años puede estar más cerca gracias a la financiación de la Unión Europea. 

La Estación de Canfranc, un emblema del Pirineo aragonés 

Estación de Canfranc - Fuente: Depositphotos
Estación de Canfranc – Fuente: Depositphotos

El valle del río Aragón y el puerto de Somport han sido durante siglos una de las principales vías de comunicación entre el norte y el sur de los Pirineos: cartagineses, celtas y romanos ya pasaron por aquí para llegar a la península ibérica siendo, además, la vía usada por los germanos del norte para poner fin al Imperio romano también a este lado de los Pirineos. 

Así pues, la idea de conectar por vía férrea Huesca y Aquitania era una consecuencia natural de los avances en ingeniería y trazado ferroviario: no había mejor lugar que Canfranc para el proyecto aprovechando la línea que conectaba Tardienta con Huesca y esta con Jaca, capital comarcal ubicada a 20 kilómetros al sur de Canfranc. 

El proyecto 

Estación de Canfranc - Fuente: Depositphotos
Estación de Canfranc antes de la rehabilitación – Fuente: Depositphotos

A mediados del siglo XIX se ponen las bases del ferrocarril del norte por Zaragoza y Canfranc en el texto Los aragoneses a la nación española que ofrece razones de peso para llevar a cabo el proyecto que, no obstante, precisaría de varias décadas más para ponerse en marcha. Y es que se trataba de un proyecto transnacional y eso siempre retrasa las cosas, como vemos también en la actualidad. 

Entre 1909 y 1910 las compañías Midi Francés y Norte de España presentan el proyecto que tiene como principal escollo la apertura del túnel de Somport que se finalizaría en 1914. Justo al año siguiente se pone la primera piedra de la estación que finaliza en 1925.  

La inauguración de la Estación Internacional de Canfranc es todo un acontecimiento en las relaciones diplomáticas francoespañolas. El 18 de julio de 1928, entra en servicio con la presencia de Alfonso XIII y el presidente francés Gaston Doumergue. 

El apogeo de Canfranc 

Estación de Canfranc - Fuente: Wikipedia
Estación de Canfranc y sus edificios aledaños – Fuente: Wikimedia

Solo hay que echar un vistazo a la demografía del pueblo de Canfranc (ubicado a seis kilómetros al sur de la estación) para comprender la importancia que tuvo la apertura de la línea férrea de conexión con Francia: pasó de poco menos de 800 habitantes en 1900 a casi 1.500 en 1910.  

Y es que la estación del pueblo oscense era mucho más que un apeadero: un grupo de edificios que sumaban 240 metros de longitud, destacando el edificio principal que ejercía de recepción de pasajeros y que contaba con 75 puertas en cada uno de sus lados.  

El primer piso del edificio principal está cubierto por una marquesina con columnas y pilares metálicos, mientras que en el segundo piso se abren vanos de medio punto en los cuerpos adelantados y vanos adintelados en los retranqueados, los cuales cuentan además con mansardas. Las cubiertas de pizarra terminan por dar empaque monumental al exterior de la estación, las cuales se coronan con cuatro pináculos apiramidados dispuestos en sus flancos. 

El estilo arquitectónico es inconfundible: se inspira en la arquitectura palacial francesa decimonónica lo que llama aún más la atención en el lado sur de los Pirineos. Además, en el interior se aprecian detalles de virtuosismo déco y una impresionante cúpula de fundición en el vestíbulo central. 

Pero la arquitectura no solo debía cumplir funciones estéticas y representativas, también era una estación de tren por lo que contaba con hangares, muelles, cocherón de carruajes, almacenes, dormitorios de maquinistas, puestos aduaneros, cantina, restaurante, comisaría de policía, correos y un hotel internacional que inspira el actual. Además, se disponían dos pasos subterráneos para cruzar las vías. 

En suma, una monumental obra arquitectónica y de ingeniería ferroviaria que se justificaba por las necesidades de un paso internacional de la época que debía contar con oficinas de ambas operadoras del servicio, Caminos de Hierro del Norte de España y Chemins de Fer du Midi. De hecho, aunque la estación estaba en territorio español, funcionaba de facto como frontera entre Francia y España

Este carácter internacional tenía también su complejidad a nivel de transporte ya que el ancho de vía de ambos países era diferente lo que obligaba a hacer trasbordo a los pasajeros y a las mercancías, otra razón más para justificar una estación tan extensa.  

Nazis, refugiados ¿y ‘Doctor Zhivago’? en Canfranc 

Túnel de Somport - Fuente: Wikipedia
Túnel de Somport – Fuente: Wikipedia

Pero el embrollo del tablero político europeo de mediados de siglo no tardó en afectar a una estación que basaba su funcionamiento en las buenas relaciones bilaterales francoespañolas. Con el estallido de la Guerra Civil, el Ejército nacional pasa a controlar la zona y tapia el túnel de Somport para evitar huidas (y entradas) desde el otro lado de la frontera.  

Comienza así una etapa tumultuosa de la estación que reabre en 1939, para poco después caer bajo dominio nazi, una vez que los alemanes se hacen con el control de Francia. Es entonces cuando Canfranc se convierte en un eje logístico de importancia fundamental para el desarrollo de la guerra: el wolframio español —buena parte de él llegado de Galicia— era clave para reforzar el acero de los tanques germanos. A cambio, el gobierno de Franco ingresaba oro llegado de Suiza. 

Tras la expulsión de los nazis de Francia, la estación volvió a operar por un breve espacio de tiempo, pero un nuevo conflicto supuso la ruptura de las relaciones diplomáticas y el nuevo cierre de la línea férrea que conectaba Canfranc con Urdos.

Fue la detención y fusilamiento del guerrillero antifranquista y miembro de la resistencia francesa Cristino García Granda en 1946. Seis días después del asesinato de García Granda, Francia cierra sus fronteras con España: la estación de Canfranc deja de ser internacional hasta marzo de 1948. 

Mientras se recupera la normalidad en los años siguientes, un nuevo episodio marca la historia de la estación oscense, aunque en este caso está teñido de fantasía: supuestamente, en 1964, David Lean y compañía se pasan por Canfranc para rodar algunas escenas de Doctor Zhivago. Pero esta historia alimentada en los últimos años desde foros digitales no tiene ninguna prueba documental.  

En Canfranc se han rodado varias películas y hasta vimos al calvo de la Lotería pasearse por aquí para filmar uno de sus anuncios más recordados. Pero no hay ningún dato concluyente sobre Doctor Zhivago que, por el contrario, sí estuvo presente en Soria. 

Rehabilitación y futuro de la estación de Canfranc 

Estación de Canfranc - Fuente: Depositphotos
Estación de Canfranc tras la rehabilitación – Fuente: Depositphotos

En 1970 se derrumba el puente de L’Estanguet descarrilando un tren en lado francés lo que provoca una reducción del tráfico ferroviario entrando la estación de Canfranc en decadencia durante las siguientes tres décadas. Habrá que esperar a 2002 para que se inicie una paulatina recuperación del complejo arquitectónico con la declaración de Bien de Interés Cultural. 

Desde entonces se inicia un proceso de rehabilitación que ha vivido un momento de esplendor en los últimos años con la reapertura de buena parte de los edificios originales completamente restaurados tratando de mantener la estética del proyecto inicial, incluyendo la colocación de 152 puertas y 424 ventanas 

Así, además de los edificios originales como el pabellón de entrada, el vestíbulo, los hangares o los dormitorios de maquinistas españoles y franceses, los responsables de la rehabilitación han creado una serie de hitos y espacios que homenajean este emblema de la historia ferroviaria española incluyendo detalles de la playa de vías, antiguos vagones, un homenaje el túnel de Somport, así como un reloj de sol y un anfiteatro. 

Más polémica es la apertura de un hotel de cinco estrellas en buena parte del edificio principal que ya no puede visitarse, aunque existen visitas guiadas por el resto del complejo.  

¿Y cuál es el futuro de la estación? El 15 de abril de 2021 se inauguraba la nueva estación ferroviaria de Canfranc acondicionada para ser la nueva futura estación internacional que debe contar con la colaboración de las autoridades francesas para llegar a buen puerto.  

A mediados del año pasado se conocía una inversión de nueve millones de euros de los fondos europeos para la reapertura que está pendiente de que al otro lado de la frontera el Gobierno francés declare de Utilidad Pública el proyecto que sería llevado a cabo por la región de Nueva Aquitania. Así pues, a pesar de las buenas perspectivas habrá que esperar a que la estación vuelva a ser internacional. ¿Tal vez para celebrar su siglo de historia en 2028? 

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