Las siete maravillas del mundo antiguo

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A lo largo de la historia las civilizaciones han creado obras arquitectónicas de gran belleza y grandilocuencia que constituyen auténticos tesoros del patrimonio mundial. De todos ellas, siete fueron las más impactantes y las más abrumadoras para la humanidad. Desafortunadamente la mayoría han desaparecido, pero llegan a nosotros a través de las leyendas, de la historia y de las narraciones realizadas por los cronistas de aquellas épocas, especialmente griegos. Emprendemos un viaje alrededor de las siete maravillas del mundo antiguo.

Pirámide de Guiza

Pirámide de Guiza
Fuente: Flickr

También conocida como la pirámide de Keops, se levanta en el corazón de Egipto y es la única la única de las siete maravillas que ha resistido el devenir del tiempo. Construida en el 2570 a. C., está integrada por más de dos millones de bloques repartidos en 139 metros de altura, los cuales le confieren un aspecto magnánimo. Recorrer sus galerías y sus cámaras subterráneas o admirar la esfinge de Gizeh, la guardiana del desierto, constituye una experiencia mágica.

Faro de Alejandría

Faro de Alejandría
Fuente: Flickr.

Ubicado en la isla egipcia de Pharos (Alejandría), ejerció durante mil quinientos años de fiel vigía del Mediterráneo hasta que un terremoto lo despojó de sus funciones. Estaba construido con grandes bloques de mármol y vidrio y tenía una altura de 134 metros, lo que la convirtió en un de las estructuras más altas de la época.

El Coloso de Rodas

Coloso de Rodas
Fuente: Wikipedia.

El Coloso decoró durante sesenta y seis años la isla griega de Rodas hasta que un terremoto lo destruyó. Sin embargo, esta proeza escultórica, construida a comienzos del siglo III a. C., permanece en el ideario universal. Consagrada al dios Helios, medía casi 50 metros y además contaba con una base de mármol que medía 15 metros. Estas medidas lo dotaban de una magnificencia única e inolvidable.

Los Jardines Colgantes de Babilonia

Jardines de Babilonia
Fuente: Wikipedia.

Es la única de las siete maravillas cuyo emplazamiento concreto no se sabe con certeza, pues lamentablemente no quedan vestigios en pie. Aunque hay muchas teorías y  conjeturas sin resolver acerca de este impresionante paraíso vegetal, la versión más aceptada es la que sostiene que se construyeron en el siglo VI a. C., durante el reinado de Nabucodonosor II. Sea como fuere, esta joya vegetal, ubicada en la ciudad de Babilonia (Irak) y de cara a la ribera del río Eúfrates, obnubilaba a cuantos la admiraban. Compresible, pues dichos jardines estaban construidos sobre terrazas de 25 metros altura de las que pendían bonitas plantas exóticas de todos los colores.

Estatua de Zeus en Olimpia

Zeus
Fuente: Wikipedia

Este tesoro escultórico, esculpido por Fidias en el 430 a. C., custodiaba el templo de de Zeus en la ciudad griega de Olimpia. Estaba cincelado en marfil, lucía detalles en oro macizo, medía unos doce metros de alto y además tenía un impresionante ancho que ocupaba todo el pasillo del templo que ocupaba. Mostraba a Zeus, dios del cielo y el trueno, sentado y con el torso despojado. Los romanos la destruyeron ochocientos años después con el objetivo de erradicar la práctica de cultos que ellos consideraban paganos.

Templo de Artemisa

Templo de Artemisa
Fuente: Wikipedia.

Esta hazaña arquitectónica se levantó por orden del rey Creso en Éfeso (Turquía) para honrar a Artemisa, la diosa de la caza y de la luna. Esta titánica construcción estaba hecha en mármol, medía 114 metros de largo y se sustentaba sobre más de un centenar de impresionantes columnas jónicas decoradas con innumerables escenas escultóricas en bajorrelieve.

En su interior, guardaba la imagen de Artemisa y de otras diosas populares y muy veneradas como Cibeles. En el 356 a. C. un incendio lo destruyó por completo. Tiempo después, Alejandro Magno ordenó levantar el templo de nuevo, pero los godos lo volvieron a destruir. Hoy solo se conservan algunas ruinas, que sin embargo constituyen un valioso vestigio de lo cuan grandilocuente que fue esta construcción.

Mausoleo de Halicarnaso

Mausoleo de Halicarnaso.
Fuente: Wikipedia

Esta maravilla se levantó, como su nombre sugiere, en la ciudad de Halicarnaso (Turquía) para albergar los restos mortales del rey persa Mausolo. Estaba formado por cuatro plantas, las cuales lucían adornos escultóricos y bonitos columnas que le imprimían belleza y singularidad. En la época se consideró un triunfo estético, pues auguraba una nueva tendencia arquitectónica, y fue objeto de admiración. Sin embargo, Alejandro Magno ordenó destruirlo tras tomar la ciudad, dieciséis años después.

Sonia Fernández

Historiadora y redactora zamorana. Comencé a escribir por casualidad hace siete años y hoy, quién me lo iba a decir, se ha convertido en una de mis grandes pasiones. Esto me ha enseñado que lo importante no es recorrer el camino, sino disfrutar de lo que la vida te brinda en el trayecto.

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