Los edificios más feos del litoral español

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Una parte sustancial del litoral español está poblada por edificios que burlan la Ley de Costas, construcciones de más altura de la debida y/o demasiado cerca de la costa degradando de forma flagrante sus valores ambientales. Si a ello sumamos que algunos de estos edificios han sido diseñados con una estética singular, por decirlo eufemísticamente, tenemos como resultado un inquietante espectáculo de acero, hormigón y cristal que solo satisface a sus promotores urbanísticos. A continuación, seleccionamos los edificios más feos del litoral español. 

Hotel Algarrobico (Almería) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

El Hotel Algarrobico tiene el triste honor de haberse convertido en un símbolo de la especulación urbanística y el desatino constructivo de sus promotores, tanto privados como institucionales. No hace falta estudiarse la Ley de Costas para sospechar que ese mamotreto blanco no debería estar pegado a la arena entre las pardas laderas del siempre subyugante entorno del Cabo de Gata. Pero ahí sigue. 

Casi dos décadas después de que este hotel se empezase a construir, el galimatías judicial en el que se ha convertido su caso evita que sea demolido. Nuestras últimas noticias es que el recurso de Greenpeace para lograr el derribo del Algarrobico ha sido admitido por el Tribunal Supremo, el enésimo intento hacer olvidar este negro capítulo de la historia de nuestro maravilloso litoral

La Pirámide (Alicante) 

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Los edificios más feos del litoral español

Situado en la avenida Denia de la ciudad de Alicante, el edificio conocido popularmente como La Pirámide no se suele perder ninguna lista de los edificios más feos del litoral español. No cabe duda de que se trata de un edificio peculiar en cuanto a su estructura.  

Tal y como ha sucedido en otras muchas ciudades costeras, el arquitecto Alfonso Navarro Guzmán trató de emular el perfil de un barco para este edificio de viviendas, pero tal vez su perfil anguloso acabó por perjudicar la estética de esta construcción. No hay que olvidar, no obstante, que fue diseñado en la década de los 60, etapa del desarrollismo arquitectónico en numerosos lugares de la costa española: en aquellos años cualquier cosa era posible… con tal de seguir construyendo. 

Urbanización Castillo de Mar (La Manga, Murcia) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

Que nos perdonen nuestros queridos mangueños, pero se podría hacer una lista de los edificios más feos del litoral español sin tener que salir de la Manga del Mar Menor, uno de los ejemplos más grotescos de lo que pueden lograr la especulación inmobiliaria, la falta de regulación agrícola e industrial, el turismo más salvaje, la corrupción política y la negligencia ciudadana cuando se juntan para esquilmar un territorio.  

Poco queda ya en la Manga de aquel tesoro único en el litoral español: esa lengua de arena bañada por dos mares que ahora está poblada de edificios que no permiten si quiera un paseo admirando el mar. Y es que, en muchos tramos, ¡ni siquiera dejaron espacio para una acera pública! Sirva de ejemplo de este desastre la Urbanización Castillo de Mar, una suerte de construcción neomedieval que incluye hasta torres almenadas, como si de un castillo se tratara.  

Hotel Añaza (Tenerife) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

Nos vamos ahora a Canarias, un paraíso natural que también se ha visto afectado por la edificación de bloques hosteleros en pleno litoral, como el Hotel Añaza, un ejemplo de especulación inmobiliaria y construcción sin licencia al que, por suerte, parece que le queda poco tiempo en pie.  

Al parecer, una compañía alemana compró los terrenos a inicio de los años 70 y puso en pie un edificio de más de 20 plantas… sin contar con licencia urbanística. Más de medio siglo después, las autoridades apuran la burocracia para demoler este edificio. Como sucede en estos casos, nadie parece querer asumir la responsabilidad de la demolición, pero todo indica que en 2023 finalmente harán desparecer el Añaza del litoral tinerfeño. 

Asamblea Regional de Murcia (Cartagena) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

A este paso, los murcianos van a creer que les tenemos manía. Nada más lejos de la realidad, pero no cabe duda de que la estética del edificio de la Asamblea Regional de Murcia situada en el paseo Alfonso XIII de Cartagena es un tanto ecléctica.

Efectivamente, el arquitecto Rafael Braquehais apostó en este edificio por el eclecticismo añadiendo elementos simbólicos que aluden a diferentes municipios murcianos. No cabe duda de que Braquehais muestra en este edificio su admiración por Gaudí y el modernismo mediterráneo, pese a que el resultado final haya despertado tantas críticas. 

Palacio de Festivales de Cantabria (Santander) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

Como si de una Babilonia moderna se tratara, el Palacio de Festivales de Cantabria es una de las construcciones más bizarras de todo el litoral español, una suerte de viaje en el tiempo a la arquitectura mesopotámica o a un planeta ubicado en una galaxia, muy, muy lejana.

Es más que probable que el siempre autocrítico Saénz de Oiza —por otro lado, uno de los más brillante arquitectos del siglo XX español— no quedara del todo satisfecho con el resultado de esta obra. Pero si hacen una tercera parte de Blade Runner, ya tienen decorado para la escena final.  

Hyatt Regency Barcelona Tower (Hospitalet de Llobregat) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

El popular arquitecto Richard Rogers, ganador del prestigioso Premio Pritzker —una suerte de Nobel de Arquitectura que han obtenido, entre otros, Zaha Hadid o Oscar Niemeyer— decidió en 2006 que al hotel que estaba diseñando para Hospitalet de Llobregat le vendría bien un platillo volante en su azotea.

A buen seguro que hubo cierta polémica en el estudio de Rogers, pero cuando el arquitecto apostó con ellos que al año siguiente de colocar el ovni en ese hotel le darían el Pritzker, nadie pudo negarse. Sin duda, uno de los ‘sujétame el cubata’ arquitectónicos más célebres de los últimos años.

Torre Miramar (Valencia) 

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Dicen que es la rotonda más cara de España, una torre convertida en monolito simbólico de la España del sobrecoste millonario. Con 45 metros de altura, la Torre Miramar puede albergar en su interior a más de 150 personas que, tal y como indica su nombre, podrían mirar al mar Mediterráneo desde las alturas.  

Pero nadie lo hace porque la Torre Miramar ha vivido desde su inauguración en 2009 un vía crucis que lo ha convertido en uno de los edificios más odiados de Valencia: una siniestra torre con forma de martillo de la que nadie quiere acordarse, pese a que las últimas noticias apuntan a una revaloración de la zona como espacio cultural para los más jóvenes. 

Intempo (Benidorm) 

Los edificios más feos del litoral español
Los edificios más feos del litoral español

Intempo no pudo encontrar peor momento para iniciar su ambiciosa construcción: año 2007, meses antes de que se desatara la peor crisis económica del siglo XXI en la que mucho tuvo que ver, justamente, la especulación inmobiliaria.  

Retrasada su construcción durante años, fue coronado en 2012 dimitiendo al año siguiente los estudios de arquitectura encargados de su mantenimiento cuando aún quedaba un 20% por terminar. Finalmente, tras la intervención de nuevos arquitectos y diversos cambios en el diseño final, Intempo abría sus puertas el pasado año. Con una estética kitsch más propia de países bañados en petrodólares, Intempo domina por fin el skyline de la siempre singular Benidorm

Walden 7 (Sant Just Desvern, Barcelona) 

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Los edificios más feos del litoral español

Y terminamos nuestra lista de los edificios más feos de España rompiendo una lanza a favor de la arquitectura y de sus responsables, que bien les hemos dado estopa en este texto. Desde luego que no siempre aciertan, pero también es verdad que un edificio no puede cambiar de jersey para adaptarse a los cambios estéticos de la moda. Y es que sucede a menudo con este tipo de listas que algunos edificios asumen de forma recurrente una etiqueta sin que nos paremos a pensar en sus características, objetivos y proceso constructivo. 

El Walden 7 de Ricardo Bofill no se pierde una lista de los edificios más feos de España y, sin embargo, su estética brutalista en el exterior y su estructura laberíntica en el interior es, como mínimo, original: un experimento de vivienda social que 50 años después sigue despertando interés entre los aficionados y estudiantes de arquitectura.

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