El amarillo es el color de la vigilancia. Por este motivo, ha sido el elegido por la Plataforma per lEnsenyament Públic en el País Valencià para denunciar 'el estado de alerta en el que vive la comunidad educativa ante las políticas del Gobierno valenciano'. Ayer, día de Sant Jordi, varios representantes de la Plataforma se dirigieron hasta la Conselleria de Educación para entregarle a su máximo responsable, Alejandro Font de Mora, una rosa amarilla, un manifiesto con 13 reivindicaciones y un ramo de flores de papel del mismo color, cada una de ellas con una de estas peticiones escritas.

Los manifestantes llegaron a la Conselleria ataviados con camisetas amarillas en las que se leía 'Per una escola de qualitat' ('Por una escuela de calidad') y pegatinas que recordaban la próxima huelga, convocada para el próximo martes. Una vez allí, pidieron ser recibidos por Font de Mora, sin éxito.

La portavoz de la Plataforma, Gemma Piqué, explicó que el objetivo de su visita era recordar al conseller los motivos de un paro que está apoyado por la mayoría de los centros educativos. 'Lo único que podría frenar la huelga sería la dimisión de Font de Mora y que el presidente Camps rectificara su política educativa', afirmó Piqué.

Entre las reivindicaciones de la Plataforma, está la constitución de una red pública de guarderías para los niños hasta los tres años, la negociación de un nuevo mapa escolar que responda a las necesidades de escolarización y adecuar las plantillas a las necesidades educativas. Además, por todo el País Valenciano se celebraron ayer acciones como concentraciones o la colocación en las fachadas de pancartas reivindicativas. Y siempre con el indicativo amarillo para recordar que el sistema educativo está en peligro, en estado de alerta.

A la huelga en la enseñanza pública prevista para el martes, están convocados un total de 1.600 centros de enseñanza. El pasado mes de diciembre, ya se produjo una gran manifestación en Valencia a favor de la educación pública.