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El CSU abre una nueva era política con Seehofer, tras el fiasco electoral y financiero

EFE

La conservadora Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se embarcó hoy en una nueva era política de la mano de su nuevo presidente, Horst Seehofer, enfrentado a la hercúlea tarea de reflotar el partido tras la debacle electoral y la crisis financiera del banco regional BayernLB del último mes.

El ministro de Agricultura del gobierno de la canciller, Angela Merkel, deberá devolver la credibilidad perdida a su formación que, tras mantener la mayoría absoluta en Baviera durante casi medio siglo, bajó en las últimas elecciones hasta el 43,3 por ciento de los votos y se ha visto abocada a pactar con los liberales del FDP.

En un congreso extraordinario celebrado en Múnich (sureste de Alemania) la CSU cerró filas entorno a su nuevo líder que salió elegido con el 90,3 por ciento de los votos y que el próximo lunes presentará en el parlamento bávaro su candidatura a jefe de gobierno de Baviera.

Seehofer, de 59 años, que ya fue ministro de Sanidad en el gobierno de Helmut Kohl, liderará así a la CSU por partida doble, en sustitución de la anterior cúpula bicéfala de la CSU, compuesta por Günther Beckstein y Erwin Huber, primer ministro y presidente, respectivamente.

El nuevo líder socialcristiano instó hoy a sus correligionarios a reencontrar la fuerza de tiempos pasados y expresó su confianza en poder recuperar la mayoría absoluta en los próximos comicios, con lo que devolvería a Baviera su tradicional cariz de feudo conservador.

"Debemos luchar a partir de hoy para que tras las próximas elecciones no haya una nueva coalición", sostuvo.

Seehofer coincidió con Huber en la necesidad de que la CSU emprenda un nuevo curso político distanciado de su partido hermano a escala federal, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, que fue blanco de las críticas de los socialcristianos.

Huber criticó las "señales políticas erróneas" lanzadas por la CDU durante la campaña electoral en Baviera, que podrían haber afectado negativamente al electorado, mientras que Seehofer insistió en que la coalición federal entre CDU-CSU y los socialdemócratas la componen "tres partidos y no dos".

Huber lamentó que la CDU rechazara por "poco realistas" los planes de reducción de impuestos de los socialcristianos durante la campaña electoral bávara, lo que considera que les costó votos.

Seehofer hizo gala de espíritu combativo y aseguró que pese a que su nuevo puesto de trabajo se ubicará en Múnich, su campo de lucha se extenderá hasta Berlín, donde hará todo lo posible para que se atiendan los intereses de los socialcristianos.

El líder bávaro deberá mudar la actual situación de crisis en una oportunidad de renovación, que las bases reclaman desde la dimisión de Edmund Stoiber -sucesor de Huber- el año pasado y reconducir el curso político de la CSU de cara a un año complicado, en que se celebrarán elecciones europeas y nacionales en Alemania.

Seehofer pidió a sus correligionarios un nuevo acercamiento a su electorado que les permita reconquistar la confianza de sus votantes para los próximos comicios.

Los delegados socialcristianos aprobaron también en Múnich el acuerdo de coalición que la CSU suscribió ayer con Partido Liberal alemán (FDP) para la gobernar en coalición, un extremo al que se ha visto obligado el partido tras perder la mayoría absoluta en Baviera después de 46 años.

El acuerdo de coalición, que aún debe ser aprobado mañana en el congreso regional de los liberales, contempla que el que fuera el feudo conservador por excelencia de Alemania, tenga dos ministros liberales durante esta legislatura en las carteras de Economía y Ciencia.

Las negociaciones de gobierno entre conservadores y liberales estuvieron lastradas por la crisis del banco regional BayernLB, el primer banco público alemán en recurrir al paquete de rescate aprobado por el Gobierno de Merkel, del que solicitó 6.400 millones de euros.

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