Las grandes petroleras de Estados Unidos estuvieron casi ausentes de una subasta iraquí de contratos petroleros, que fueron adjudicados a firmas rusas, chinas y de otros países.

las terceras mayores del mundo - estuvieron libres de injerencia política extranjera.

El Ministerio de Petróleo finalizó el sábado su segunda licitación de contratos tras otorgar siete de los yacimientos petroleros ofrecidos para su desarrollo, sumándose a los acuerdos de una primera subasta en junio que en su conjunto podrían llevar a Irak a una capacidad de bombeo de 12 millones de barriles por día.

"Para nosotros en Irak, demuestra que el Gobierno está totalmente libre de influencia extranjera. Ni Rusia ni Estados Unidos podrían presionar a alguien en Irak, es una competencia puramente comercial y transparente", dijo el portavoz del Gobierno Ali al-Dabbagh.

"Nadie, ni Estados Unidos, puede robar el petróleo, sea lo que sea lo que piensa la gente", agregó.

La rusa Lukoil pactó el sábado un acuerdo para desarrollar el gigantesco yacimiento West Qurna Fase Dos de Irak, aunque sólo después de intentar evitar la subasta y revivir un viejo acuerdo de la era de Sadam Husein.

Durante una visita a Bagdad esta semana, ejecutivos de Lukoil habían invitado a la prensa a una conferencia de prensa donde esperaban anunciar la renovación del acuerdo, que finalmente fracasó.

Después de una breve intervención, se fueron con las manos vacías y visiblemente enfadados.

Sólo hubo una firma estadounidense para los campos ofrecidos en la segunda ronda, y de los cuatro campos ofertados por firmas estadounidenses en la primera ronda, sólo Exxon Mobil ganó un premio mayor, liderando un grupo que acordó un pacto para el gigantesco campo West Qurna Fase Uno.

La también estadounidense Occidental se apartó de un consorcio que ganó un contrato por el gran campo Zubair.

Al contrario, las empresas estatales chineas estuvieron envueltas en todas las licitaciones de la primera ronda e hicieron una fuerte apuesta en la segunda.