El regreso de la banda neoyorquina The Strokes y del músico de Las Vegas Brandon Flowers, esta vez sin sus Killers, devuelven hoy el esplendor al Festival Internacional de Benicàssim (FIB) con una noche bañada por los dispares sonidos de la costa y del desierto estadounidenses.

Tras una primera jornada enfocada casi exclusivamente al público británico, con éxitos comerciales sin apenas trascendencia más allá de sus fronteras, el FIB recupera el camino de las grandes estrellas de la música independiente y atisba nuevos récords de asistencia a un recinto con un aspecto mucho más animado que en el "fallido" 2009.

La novedad de hoy traspasa las vistas por encima del escenario hacia un cielo de nubes que amenaza con irrumpir en la fiesta, predicción que preocupa más a la organización que a los "fibers", cuya disputa por las sombras de los árboles, desde donde escuchan los primeros conciertos de Jane Joyd y The 1945, es menos cruenta.

El universo FIB funciona ya a pleno rendimiento con sus habituales postales: las siestas para desprenderse de los excesos de la noche anterior, pieles tostadas por el sol, compras en el mercadillo de ropa, la euforia de los recién llegados y las colas ante una gigantesca atracción de feria que por momentos roba protagonismo a la música.

Aún suenan los ecos del mundial de fútbol de Sudáfrica con las vuvuzelas y las camisetas de la selección española, en un imaginario encuentro en el que el delantero Fernando Torres, jugador del Chelsea de Londres, gana el partido.

La ladera de la montaña donde se ubica este espacio se ha convertido además en improvisada pasarela para un desfile de disfraces, en la que se pueden ver tigres, castores, indios apaches y bailarinas masculinas de cabaré, como poco.

También es tiempo, antes de correr de un escenario a otro, de reponer fuerzas en las decenas de puestos de comida rápida de multitud de nacionalidades.

En el fondo de este collage persiste la música, que hoy se traslada desde el viejo al nuevo continente para sumergirse en el sonido de recuerdos rockeros de The Strokes, y en los arreglos "hollywoodienses" de Brandon Flowers.

La expectación que han generado estos dos cabezas de cartel es tan elevada que ya hay decenas de "fibers" disputándose las primeras filas del escenario Maravillas para no perderse detalle de unos conciertos que no llegarán hasta las diez la noche y la una de la madrugada, respectivamente.

Antes pasarán por esta plataforma principal Athom Rumba y los españoles Nudozurdo, entre otros, pero apenas les importa, su objetivo es defender un hueco en el espacio cercado que más les aproxima a sus artistas favoritos.

La primera gran estrella de la noche será Brandon Flowers, quien protagonizó con su banda, The Killers, el momento más álgido del FIB, en la famosa edición de 2009.

Ahora, embarcado en una aventura solitaria titulada "Flamingo", desvela su faceta más introspectiva evitando -se desconoce si voluntariamente- los grandes "hits" que caracterizan su trabajo colectivo.

Después llegan The Strokes, que someterán al test "fibero" las canciones de su nuevo trabajo, "Angles", publicado cinco años después del anterior, tiempo en el que varios miembros de la banda han emprendido carreras individuales.

Su vocalista, Julian Casablancas, se sube por tercera vez el escenario principal (un de ellas en solitario) con la intención de repetir el certero concierto de 2006, que elevó el misticismo sobre esta banda.

Además de estas megaestrellas alternativas, también tendrán su tiempo James Murphy -que a principios de este año finiquitó LCD Soundsystem-, Elbow, The Paris Riots o The Marzipan Pan. La fiesta continúa en el FIB.