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España vive el espejismo de un "baby boom"

Reuters

Por Blanca Rodríguez

Las maternidades españolas llevanalrededor de una década viendo cómo su volumen de trabajo seincrementa año a año, después de registrar una drásticareducción de los nacimientos tras el "baby boom" de la décadade 1970.

Un domingo cualquiera es posible ver a decenas deembarazadas con vientres más o menos prominentes paseando porel madrileño parque del Retiro, y el Instituto Nacional deEstadística (INE) prevé que este año nacerán en España más de500.000 niños, un récord en 23 años.

Todo esto puede llevar a pensar inmediatamente en unarenovación demográfica, en un nuevo "baby boom" y en pensionesgarantizadas. Sin embargo, Ignacio Duque, director del estudiodel INE, niega el tema, y advierte sobre un rápidoenvejecimiento de la sociedad para los próximos años.

"Este segundo clímax es el hijo del anterior pico. A partirde ahora, ese efecto tiene un final", dijo Duque, subdirectorgeneral de Estadísticas de Población del INE, en una entrevistacon Reuters.

El máximo de nacimientos en España se dio en 1976, con677.456 y un promedio de 2,8 hijos por mujer. Veinte años mástarde, en 1996, los nacimientos se situaban en 362.626 y elpromedio era de 1,16 hijos por mujer.

La previsión para el 2009 es de 500.372 nacimientos y uníndice sintético de fecundidad de 1,4.

"Nosotros lo hacemos todo en plan extremista", explicó elexperto del INE.

La estadísticas del Hospital La Paz, que cuenta con lasegunda maternidad del mundo en número de nacimientos, ayudan aver la imagen de la fecundidad en España en los últimos 40años. Pasó de 70 a 80 partos diarios que se producían en ladécada de 1970 a asistir unos 18 al día en 1998. Actualmente,el promedio se sitúa en unos 29 nacimientos al día.

EL "MUMMY BOOM"

"Hay algo más de fecundidad, pero sobre todo hay másmujeres en edad fecunda o más cercanas a la maternidad (...)(Pero) en este momento, el crecimiento de esas generaciones demujeres en edad fecunda va a empezar a caer", explicó Duque.

Este efecto no se verá además compensado por la entrada deinmigrantes, que han sido el factor clave del crecimiento enlos últimos años.

La crisis hace prever que este componente sufra una "severacorrección" del 2009 al 2011, y pasarán de los 958.300 deinmigrantes registrados durante el 2007 a 442.800 el añopróximo.

Estos indicadores llevan a que el INE pronostique que hastael 2018, el mayor incremento por edades se produzca en el grupode mayores de 64 años, que crecerá un 19,2 por ciento en lapróxima década, lo que supone añadir 1,44 millones de personasde estas edades y elevar la tasa de dependencia del 47 a cercadel 53 por ciento.

Al margen de que España no se caracterice por ser unejemplo en políticas de fomento de la maternidad, frente apaíses como Francia, donde la fecundidad es mucho mayor, Duqueconsideró que el dilema de fondo era cómo se percibía lamaternidad en la sociedad.

Muchas mujeres se plantean no tener hijos de una formaabsolutamente normal, cuando esa decisión era una rareza haceuna generación, y la mayoría de las que se deciden a dar elpaso se quedan en el hijo único o en la pareja.

"Lo que está claro es que es un comportamiento muy asociadocon la actitud de las mujeres ante la fecundidad, la familia yel futuro profesional", declaró.

EMBARAZOS DE RIESGO

El perfil de las embarazadas ha cambiado tambiéndrásticamente con respecto a los años del "baby boom", y elpromedio de quienes van a La Paz son primerizas de 31 a 32 añosque no llegan a 2 hijos por pareja.

Los embarazos de riesgo y los niños prematuros son ademásmucho más habituales, ya que la edad de la mujer influye deforma determinante en muchos casos en el desarrollo depatologías como diabetes e hipertensión.

Sin embargo, en estos últimos 30 años, la obstetricia haevolucionado para disminuir los riesgos, con una direcciónmeticulosa de los embarazos y de asistencia a la salud fetal,lo que se tradujo en menores cifras de mortalidad, segúnexplicó a Reuters el doctor Antonio González, jefe del serviciode obstetricia y ginecología de La Paz.

El doctor González, con 43 años de experiencia, consideróque lo más problemático de esta época era el aumento de lascomplicaciones en los embarazos de mujeres de más 35 años, queesperan gemelos o trillizos tras someterse a técnicas dereproducción asistida.

"No hay forma de frenar este asunto. La demanda social delembarazo múltiple, de las técnicas de reproducción asistida, vapor encima de cualquier recomendación nuestra. El instintomaternal no es controlable", dijo.

En medio de un mar de hijos únicos, Rosa Corbí, de 37 añosy embarazada de su quinto bebé, es la excepción a la regla.

"La gente se echa las manos a la cabeza", dice entre risascuando explica la reacción de las personas al enterarse de sunuevo embarazo, después de tener un niño de 7 años, otro de 6,una niña de 3 y otro de año y miedo.

"Hasta el segundo se considera como una cosa normal, sitienes un niño a ver si buscas la niña, si tienes dos niños ytienes un tercero bueno, a ver si tienes la niña, pero yacuando tienes niño y niña pues ya (piensan que) es como unacosa demencial", comentó.

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