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Clásicas y Modernas Ayuntamientos y teatros por la paridad en los escenarios

Zaragoza y Segovia se suman a una pionera campaña de Clásicas y Modernas que pretende alcanzar la igualdad de género en la programación de las artes escénicas y en la gobernanza de teatros y centros escénicos.

La presencia de la mujer en los escenarios apenas supera el 20% de los elencos / Clásicas y modernas

¿Qué espacio ocupa la mujer en las programaciones de artes escénicas? Uno muy reducido, apenas un rincón del escenario que sólo supera la quinta parte de los elencos para no llegar a la cuarta en el caso de las direcciones artísticas (22%), que se queda por debajo de ese nivel en las direcciones musicales (6%) y las composiciones (6%), que no lo alcanza entre las autoras teatrales (18%) ni entre las versionistas, adaptadoras y dramaturgas (17%) y que solo se sitúa por encima cuando se trata de coreógrafas (44%). La situación es similar en los puestos directivos, los que se encargan de la programación de los locales, entre los que no llegan al 21%.

Los datos, de la temporada 2015-2016, corresponden al estudio ¿Dónde están las mujeres?, realizado por Clásicas y Modernas, una asociación que lleva ocho años trabajando por la igualdad de género en la cultura y que ha puesto en marcha la campaña "Temporadas de igualdad", a la que han comenzado a sumarse ayuntamientos como los de Zaragoza y Segovia (mientras otros como los de Madrid y Huesca valoran hacerlo) y locales como el Teatro Español y el Centro Dramático Nacional, y que consiste en comprometerse, tanto desde el ámbito público como desde el privado y suscribiendo la "Carta de la igualdad hombre-mujer en las artes escénicas", a tender a la paridad tanto en la presencia de las mujeres en las programaciones como en los equipos directivos.

"La idea es ir haciendo visible la labor de las mujeres en el campo de la cultura, y que su presencia en las programaciones pase a ser algo natural", explica Cristina Yáñez, directora del Teatro de la Estación de Zaragoza y única mujer que ocupa un puesto de ese tipo en la comunidad aragonesa.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha sido el último en sumarse a la campaña, en este caso con un compromiso de tres años cuyas líneas de trabajo resume gráficamente su concejal de Cultura, Fernando Rivarés: "Son tres medidas. Una, de compromiso para que la producción de las creadoras, las dramaturgas o las directoras de orquesta y las productoras esté presente en la programación de los espacios públicos y acordados de la ciudad. Otra consiste en desarrollar una política de comunicación encaminada a que se visibilice el trabajo de las creadoras, y la tercera, en alcanzar la paridad también en los órganos directivos y en los tribunales de selección".

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y los concejales de Igualdad y de Cultura. Arantza Grazia y Fernando Rivarés, con las representantes de la asociación Clásicas y Populares

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y los concejales de Igualdad y de Cultura. Arantza Grazia y Fernando Rivarés, con las representantes de la asociación Clásicas y Populares

"Partimos de cifras tan bajas…"

La iniciativa nació hace unos años en Francia, impulsada por el Ministerio de Cultura y que está comenzando a tener efectos, tras detectar un estudio la baja presencia de la mujer tanto en los escenarios como en los despachos desde los que se decide quién actúa en las tablas. "Clásicas y Modernas decidió coger el testigo en España, con grupos promotores en casi todas las comunidades autónomas", explica la directora.

Antes de lanzarla elaboraron los estudios, que en el caso de Aragón  arrojó datos similares a los estatales: apenas superan el 20% en algún segmento del teatro y sólo pasan del 40% en algunos apartados de la danza, cuando su presencia es netamente superior en los conservatorios y las escuelas de teatro. Eso ocurre en la tierra de Luisa Gavasa y de Soledad Puértolas, la misma que vio nacer a Pilar Bayona, Pilar Lorengar y Raquel Meller.

"Hay temáticas que se caen de las obras, que no aparecen, porque son femeninas"

"La idea era preparar una carta de compromiso para que los ayuntamientos y las comunidades autónomas se comprometieran a aumentar la igualdad en la programación. El objetivo es la paridad, per partimos de cifras tan bajas…", señala Yáñez.

En el caso de Zaragoza, el compromiso incluye el reparto de las subvenciones. "Es una rueda que hay que intentar romper", explica la directora, que apunta que "hay más presencia femenina en la programación de teatros dirigidos por mujeres, donde eso es algo que sale solo".

En este sentido, destaca la importancia de llevar la paridad al ámbito de la gobernanza. "No hablamos solo de la presencia de actores y actrices, sino de los que toman las decisiones", anota. Esa distribución de los puestos de gobernanza, apunta, acaba afectando a otros ámbitos: "Hay temáticas que se caen de las obras, que no aparecen, porque son femeninas".

“Alcanzar de forma progresiva la paridad”

El acuerdo de la capital aragonesa compromete al consistorio "expresamente a alcanzar de forma progresiva la igualdad entre hombres y mujeres" en campos como el "equilibrio entre textos dramáticos escritos por mujeres y hombres, la programación de obras dirigidas y/o producidas o las residencias artísticas" en los escenarios y programas municipales. Y también contempla "el compromiso de aplicar criterios de igualdad en los equipos técnicos y administrativos, de velar por la paridad salarial o por el reparto de responsabilidades en los jurados, comités de valoración u órganos de dirección y gestión".

La baja presencia de la mujer es "una situación que debemos revertir todos"

Para el alcalde, Pedro Santisteve, esa baja presencia de la mujer en los escenarios es "una situación que debemos revertir entre todos", por lo que "tenemos que hacer un esfuerzo en estos tres años para tender a la paridad". "Necesitamos mujeres como referentes, necesitamos visibilizarlas y ese es un trabajo que hacemos encantadas", añade la concejal de Igualdad, Arantza Grazia.

"Los ciudadanos tenemos nuestra responsabilidad para cambiar las cosas, es un trabajo colectivo", sostiene la presidente de Clásicas y Modernas, la escritora, crítica y profesora universitaria Anna Caballé, para quien uno de los principales problemas que se encuentra la entidad "es que cuesta mucho que las instituciones, que tienen que liderar el cambio social y dar ejemplo de una estructura social que sea más paritaria, son las que generalmente se muestran más reacias a dar ese ejemplo y a liderar ese cambio".

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