Justo después del 5-0 encajado en el Camp Nou por el Madrid, alguien tenía que relativizar el varapalo sufrido por los madridistas. 'Ni erais tan buenos, ni ahora sois tan malos', le dijo a Xabi Alonso su padre, Periko, en su día jugador del Barcelona y ahora seguidor del Madrid. 'Sí, lógicamente lo vives de otra manera. Está él metido ahí y quieres que a tu hijo le vayan bien las cosas, por supuesto', reconoce. Aunque no acaba de concretar si, efectivamente, antes apoyaba al Barcelona y desde que su hijo juega en el Madrid eso ha cambiado, lo deja claro espetando: '¿Qué quieres que te diga?'.

La mayoría de esta serie de clásicos los va a seguir Periko en casa con su mujer. 'Antes iba más', explica. Y reconoce que en las cuatro derrotas de su hijo en los clásicos, lo ha pasado mal. 'Te pones en el lugar de tu hijo y es duro, duro sufrir en tu piel experiencias como el 5-0. Pero, bueno, también le hacen más fuerte'.

Y eso que, en otros tiempos, un tanto al Madrid era lo mejor que le podía pasar a Periko: 'El mejor recuerdo que tengo de los clásicos que jugué es un 2-1 que vencimos en el Camp Nou, con Maradona de azulgrana, y uno de los goles fue mío'.

'Lo bueno de ver a Xavi por la tele es que, si pierde, cambias de canal y ya está' 

Muy diferente se viven las cosas en casa del otro Xavi, Hernández, donde el barcelonismo ha sido y es un sentimiento innegociable de toda la familia y desde siempre. 'Con 7 u 8 años, ya habíamos ido a ver algún clásico con él al Camp Nou', recuerda su padre Joaquim.

'Como barcelonista, el hecho de tener un hermano en el campo hace que durante el encuentro sufras más, que no disfrutes. Pero después, si se gana, la satisfacción también se multiplica', explica Óscar, hermano del centrocampista, que recuerda la reacción de Xavi cuando lo vio después del 5-0 en el Camp Nou: '¡Daba unos gritos tremendos!'.

'La verdad es que a mí me gusta mucho analizar los partidos y en un encuentro como el clásico y con mi hermano en el campo se me hace imposible analizar el fútbol', completa el hermano, que tiene previsto seguir el maratón de clásicos en casa para cuidar a su hijo de cuatro meses. 'Lo bueno de ver los partidos por la tele es que, si pierden, cambias de canal y ya está'.

Su padre, en cambio, sí que está intentando asistir a todos los enfrentamientos en el mismo estadio. '¿Quieres que te diga una cosa? Después de tantos clásicos, finales y partidos importantes, uno puede ver estos choques con mucha tranquilidad', explica.

'Si juega Raúl, mi mujer no lo ve; pone una lavadora y va de un lado para otro'

Al principio, claro está, era diferente: 'Recuerdo el primer clásico que jugó, hace unos 13 años: allí sí que pasamos más nervios'. O un 2-1 en el Bernabéu tras el cual, según Joaquim, Xavi 'casi lloraba del disgusto'. Quien no se relaja por muchos años que Xavi lleve en el primer equipo es su madre. 'Ella sí lo vive con mucha pasión, siempre se pone nerviosa', relata Óscar.

No llega a los extremos de la madre de Albiol, en el otro bando. 'Si juega nuestro hijo, mi mujer no ve el encuentro: pone una lavadora, va para un lado, para el otro. Cuando Raúl está en el banquillo, ella lo vive más tranquila', reconoce Miguel, padre del central, que no acostumbra a ir a los partidos porque tiene que trabajar en la administración de lotería que tiene en casa. O sea, hoy, con Albiol baja por sanción, estará tranquila.

También lo tiene complicado para asistir a los encuentros otro Miguel, hijo, hermano mayor de Raúl, también futbolista en el Murcia. De hecho, una de las pocas veces que pudo ver en el estadio a su hermano fue para enfrentarse con él en Copa. 'Cuando jugábamos un Barça-Madrid en la videoconsola de pequeños, nunca pudimos imaginar que Raúl estaría allí. Es alucinante', rememora Miguel. Reconoce que tantos clásicos seguido suponen '15 días de nerviosismo'. El maratón de tensión se maximiza cuando quien vive los clásicos son las familias de los jugadores, ampliadas últimamente con musas mediáticas como Sara Carbonero o Shakira.