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La Copa deja resaca

El Atlético tarda 20 horas en despedir a Manzano y en confirmar que ha hecho una oferta a Simeone

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

El curso discurría sereno, que no tranquilo. A la fuerza, eso sí. Los dueños de los clubes, acuciados por las deudas, se guardaban las ganas de despedir a sus entrenadores por una mera cuestión económica. “Vendrán tiempos mejores”, vendían a los aficionados. Hasta que llegaron los dieciseisavos de Copa y un par de conjuntos que militan en Segunda B, el Albacete y el Mirandés, les dieron la coartada definitiva a los rectores de Atlético y de Villarreal respectivamente al eliminar con escandalosa rotundidad y ante sus aficiones a ambos equipos de la élite.

Sucedió el miércoles en el Vicente Calderón y en El Madrigal. Esa misma noche fue destituido Juan Carlos Garrido, técnico amarillo. La decisión, dolorosa, fue rápida y limpia, sin ningún espectáculo adicional innecesario. Todo lo contrario de lo que sucede desde hace años en cada actuación del Atlético.

El miércoles, recién humillados y apeados de la Copa por el Albacete, los jugadores rojiblancos abandonaron el Calderón como si tal cosa y con un abultado paquete en la mano. Ni ellos ni nadie del club creyeron conveniente dejar para mejor ocasión –o al menos hacerlo de forma más discreta– la recogida de la cesta o regalo navideño de rigor.

Horas después, Enrique Cerezo anunciaba en varias emisoras de radio la reunión de la Comisión Ejecutiva del club. Estaba cantado desde hace días el despido de Gregorio Mazano, pero el presidente rojiblanco prefirió seguir interpretando el sainete y declaró que sería esa Comisión la que decidiría.

Los directivos han pretendido forzar la dimisión del entrenador para ahorrarse así la indemnización correspondiente, pero Manzano aguantó el órdago. Por la mañana envió a negociar a su representante, Manuel García Quilón, y no fue hasta las 18:15 cuando el club emitió el comunicado oficial del despido.

No acabó ahí el esperpento. Minutos más tarde se encendieron los focos del estadio, Cerezo compareció sobre el césped ante la prensa y, en una sucinta alocución, exhibió lo mejor de su repertorio: “Las cosas pasan como pasan y la situación es la que es. A día de hoy es cuando ha sido la destitución del entrenador”. Y siguió contando su verdad, esta vez sobre el sustituto de Manzano, ya conocido hace días: Simeone. “Le hemos mandado una oferta”, reconoció.

Cerezo, cada vez más molesto, ironizó con los periodistas: “Nos os queráis comer todo de golpe, lo de Reyes, lo del nuevo entrenador, lo de Caminero. Esperad tranquilamente que para eso estáis, para que os vayamos dando noticias y os hacemos más larga la estancia en vuestras empresas”.

Mientras, el Villarreal anunció el nombre del nuevo entrenador mediante una sencilla nota en su página web: “El hasta ahora técnico del filial, José Francisco Molina, será el encargado de dirigir al primer equipo durante lo que resta de la temporada 2011-2012”. Paradojas del destino, el exportero, integrante junto a Simeone del Atlético del doblete, será presentado esta mañana como técnico amarillo. Es la resaca de la Copa.

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