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Una travesía a España rodeado de cadáveres

Un pesquero rescata al único superviviente de un cayuco que partió con 57 personas

RAMIRO VAREA

Las aguas del océano Atlántico se volvieron a teñir ayer de sangre y desolación. Ocurrió, de nuevo, a bordo de un cayuco que intentaba llegar de forma ilegal a las Islas Canarias. La embarcación, que salió de puerto con 57 personas, llevaba 20 días a la deriva. Los tripulantes del pesquero español Tiburón III encontraron el bote perdido en alta mar y se acercaron hasta él con la idea de rescatarlo.

No había ruidos. No había señales de vida. Aparentemente estaba vacío. Cuando los marineros se asomaron al interior del casco, contemplaron una escena que no olvidarán fácilmente. Siete cadáveres flotaban sobre el agua y se pudrían al sol. Llevaban una semana fallecidos y se encontraban en avanzado estado de descomposición.

De repente, en medio de un hedor insoportable, rodeado de muertos, agazapado en una esquina, alguien levantó el brazo. Era el único superviviente de una travesía que comenzó hace tres semanas en Noudibú, en las costas de Mauritania.

Sin rumbo, sin provisiones y sin mapas de navegación, 'la gente fue muriendo y tuvieron que echarlos por la borda', explicó el patrón del Tiburón III, José María Abreu. Al final, sólo quedaron siete personas. Sin fuerzas, sin agua y sin alimentos, fueron cayendo uno a uno. Se salvó sólo el patrón del cayuco.

'No pesaría más de 40 kilos, no podía moverse, estaba deshidratado y tenía alguna pérdida de consciencia', relató Abreu con la voz entrecortada. Lo primero que hizo, junto a su tripulación, fue dar comida caliente y asear al hombre. 'No lo podremos olvidar, psicológicamente estamos bastante dañados porque son seres humanos. No importan el color o la raza, han muerto 56 personas', relató Abreu. 'Estamos francamente mal, yo por lo menos me siento hundido', sentenció.

Tras dar la voz de alerta a Salvamento Marítimo, el buque hospital Esperanza del Mar se acercó hasta el lugar del suceso para atender al superviviente de la tragedia y recoger los cadáveres. El Tiburón III, mientras, continuó rumbo al puerto de Vigo, donde llegará a principios de noviembre tras cuatro meses faenando.

Otros 116 inmigrantes

Mientras, un cayuco con 116 inmigrantes arribó ayer al Puerto de Los Cristianos, entre los que podían encontrarse seis posibles menores. La barcaza fue avistada a una milla de la costa. Sus ocupantes se encuentran en aparente buen estado de salud.

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