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El patinazo del pacto fiscal alarma al PSOE

El fiasco revela fallos de coordinación y diferencias de estrategia entre el Gobierno y el grupo parlamentario

GONZALO LÓPEZ ALBA

'Así no agotamos la legislatura'. Este comentario fatalista de un alto dirigente del PSOE resume el clima de máxima inquietud y alarma provocado en las filas gubernamentales por el sainete del giro a la izquierda en la política fiscal, ejecutado con tanta precipitación en el anuncio como rapidez en el aborto para evitar 'males mayores'.

Aunque la moción pactada con ICV e IU no comprometía más que una orientación, que además está en la línea de la reforma en la que trabaja el Ministerio de Economía con vista a los Presupuestos para 2010, la preocupación deriva de que se ha proyectado la imagen de un Gobierno 'errático y sin rumbo claro', que además 'regala' nuevas bazas de oposición a Mariano Rajoy.

El líder de la oposición no tuvo ayer más que empujar a la portería el balón que le pusieron en los pies para la sesión de control en el Pleno del Congreso: 'Lo único claro es que no hay un criterio claro en la política económica del Gobierno. No sabemos qué va a hacer usted en los temas esenciales. ¿Usted va a subir impuestos, como acordó a las 14.00 horas del día de ayer, o no va a hacerlo, como dijo a las 18.00 horas? Con usted todo es imprevisible y así es imposible generar confianza. Esto parece un circo y no tiene ninguna gracia porque estamos hablando de cuatro millones de parados. En una situación como ésta, lo peor que le puede pasar a nuestro país es tener un Gobierno sin un criterio claro en política económica, un Gobierno que da bandazos, que un día dice una cosa, otro día dice otra y sólo genera desconfianza e incertidumbre'.

La respuesta de Zapatero confirmó que prepara una reforma fiscal que permita incrementar la recaudación: 'Es claro que el objetivo del Gobierno es seguir manteniendo un equilibrio fiscal razonable para cumplir los objetivos de mantener la inversión productiva y la protección social, y recuperar el Pacto de Estabilidad déficit del 3% en 2012'.

El presidente remitió la concreción 'al momento de los próximos Presupuestos', pero de su orientación dio una pista el martes la vicepresidenta económica, Elena Salgado, cuando fue alertada de la ruptura del acuerdo con ICV e IU. Le restó importancia con el argumento de que las propuestas recogidas en la moción coinciden sustancialmente con las ideas que está manejando.

La desazón no proviene de que el grupo parlamentario adelantase a destiempo la orientación de una reforma que el Ejecutivo aún no ha concretado, sino de 'la imagen que hemos dado' y del trasfondo de descoordinación y diferencias de estrategia que revela.

Fuentes gubernamentales aseguran que antes de que negociara con ICV e IU el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, ya se había alcanzado desde Moncloa un acuerdo con el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, para la abstención de este grupo que garantizaba hoy la aprobación del techo de gasto presupuestario.

Sin embargo, desde la dirección parlamentaria se sostiene que CiU no había garantizado esa posición, por lo que Alonso intentó blindar la votación de hoy con ICV e IU y, de paso, 'engrasar' un acuerdo para los Presupuestos, convencido de que cuando llegue el momento de la verdad el PSOE no podrá contar con CiU para sacar adelante las cuentas.

Alonso ya se había asegurado el voto a favor de Coalición Canaria (2) y UPN (1), y negociaba también con BNG (2), lo que de haber pasado IU e ICV de la abstención al voto favorable como se les pidió a cambio de la moción, habría garantizado la mayoría absoluta con 176 votos, la votación que busca con ansiedad para los Presupuestos.

Lo ocurrido ha venido a confirmar, según se excusan en el Grupo Socialista, lo 'endiablado' del escenario parlamentario y la dificultad de pactar con interlocutores que, por distintos motivos, están interesados en hacer la pinza al Gobierno y que, en ocasiones, sólo se representan a sí mismos. Así, los socialistas destacan que si el portavoz de ICV, Joan Herrera, ha demostrado que es 'voluble', CiU no desperdicia ocasión de 'apuntarse medallas, aunque no sean suyas', y que lo que se negocia con Duran Lleida puede ser distinto de lo que se acuerda con Josep Sánchez Llibre, que no dejó pasar la oportunidad de atribuirse el mérito de frenar una reforma fiscal que no comparte. 'Es lo que tiene fiar a las negociaciones de pasillo una reforma de tanto calado como la fiscal', advierten parlamentarios veteranos.

Así, entre todos la mataron y ella sola se murió. La conclusión última es que, aunque Alonso participa los lunes en los maitines de Moncloa, es 'imprescindible y urgente' mejorar la coordinación. Y el pronóstico de los diputados socialistas: 'Vaya otoño que nos espera'.

Restricción de 400 euros. Una medida ya anunciada
Limitar la deducción de 400 euros a las rentas más bajas figuraba ya entre las medidas que el Gobierno había apuntado. Aunque fue la promesa estrella de Zapatero en las últimas elecciones generales, el escenario económico ha cambiado sustancialmente y ya entonces se planteó como una medida temporal para fomentar el consumo.

El ‘cheque bebé’. Cambio de concepto
La ayuda de 2.500 euros por nacimiento o adopción de un hijo fue concebida como un derecho universal, por lo que no cabe aplicarle sin más el principio de progresividad fiscal.

Las rentas más altas. El dinero está en el capital
El Gobierno reconoce que subir el tipo máximo del IRPF para los asalariados con ingresos más altos es una medida de impacto en la opinión pública, pero de escasa repercusión recaudatoria. El auténtico incremento provendría del impuesto de sociedades, pero el Gobierno lo ha bajado para ayudar a las empresas en el contexto de la crisis, y de los impuestos sobre el capital, pero existe el temor de que se produjera una fuga hacia otros países con una fiscalidad más favorable.

La ‘ley Beckham’. No residentes
Los profesionales extranjeros que vienen a trabajar a España tienen una fiscalidad beneficiosa en el IRPF durante los primeros años, con un tipo fijo del 24%. El cambio afectaría, por ejemplo, a los futbolistas, pero son también un número reducido, por lo que se trata de una medida que tendría sobre todo impacto mediático y “ejemplarizante” cuando hay cuatro millones de parados.

 

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