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Brutal sacrificio de animales en una perrera de Cádiz

El dueño de una perrera de Puerto Real y tres de sus empleados se han convertido en objeto de la que presumiblemente es la primera investigación penal por maltrato animal abierta en España contra una residencia canina.

ALICIA GUTIÉRREZ

Tras una denuncia de la asociación El Refugio, con sede en Madrid y dedicada a la protección animal, la Guardia Civil ha concluido, y así se lo ha comunicado al juez, que hay indicios suficientes para sospechar que allí se ha sacrificado de forma brutal a perros y gatos mediante la administración de un paralizante muscular, Mioflex, que provoca una dolorosa muerte por asfixia precedida de una agonía de varios minutos durante la que el animal permanece en todo momento consciente.

La página web de la asociación muestra un estremecedor vídeo enviado 'de modo anónimo' a su sede y que supuestamente muestra cómo viven y mueren los perros en esas instalaciones. Ningún responsable de la perrera de Puerto Real atendió ayer las llamadas de este periódico. A esa 'residencia', que casualmente comparte nombre -El Refugio- con el de la asociación denunciante, van a parar perros y gatos abandonados de distintos pueblos de la bahía gaditana, donde se enclava Puerto Real.

Los proteccionistas aseguran que la perrera tiene en vigor un convenio con varios ayuntamientos, extremo que no pudo ser confirmado ayer ni por la Guardia Civil ni por ninguna otra fuente. Tras tomar declaración al dueño del establecimiento, a la directora, al veterinario y a un cuarto trabajador, la Guardia Civil les imputa un delito de maltrato animal y ya ha remitido las diligencias de investigación al juez de instrucción de Puerto Real. Un portavoz del Instituto Armado confirmó ayer que en las 'inspecciones' cursadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) tras la denuncia de El Refugio se localizaron en la perrera envases de Mioflex, un fármaco de uso humano empleado como relajante muscular.

La Guardia Civil ha requerido al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Andalucía, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y con sede en Sevilla, una necropsia de los cadáveres de varios canes que fueron hallados por los inspectores del Seprona en el interior de la perrera antes de ser incinerados.

Las diligencias remitidas al juez incluyen un informe pericial veterinario que afirma lo siguiente: 'El uso de paralizantes musculares como Mioflex y Anectine como única elección en la práctica de la eutanasia se debe considerar una brutalidad.

El paralizante muscular inyectado al animal por vía intramuscular provoca al cabo de unos minutos parálisis ascendente hasta interesar los músculos respiratorios pero no el corazón'. El animal, concluye el informe, permanece 'consciente hasta notar la angustia de no poder respirar'.

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