'O me pagas o te mato'. La amenaza era directa y clara, y la banda no se andaba con tonterías: el empresario que no cediera al chantaje recibía una paliza o se jugaba que le destrozaran su negocio.

Así actuaba la organización desarticulada ayer por la Policía Nacional en Burriana (Castellón). La Operación Sarmale concluyó con 24 detenidos, todos de nacionalidad rumana, como presuntos autores de delitos de extorsión, asociación ilícita, amenazas y tentativa de homicidio.

Los delincuentes, extremadamente violentos, cayeron a la entrada de una discoteca, cuyo dueño se había negado a pagar. El grupo, armado, llegó hasta el local con intención de arrasarlo. Iban a actuar a primera hora de la noche, cuando aún no había clientes. La idea era destrozar la discoteca, golpear a los empleados, amenazar al propietario e incluso disparar si no pagaba.

Sin contemplaciones

Ya habían actuado así en otras ocasiones y nunca habían tenido problemas. Sus víctimas eran, casi siempre, empresarios de origen rumano afincados en la Comunidad Valenciana y con negocios muy diversos: salas de fiestas, clubes de alterne, carnicerías, constructoras... La banda les exigía dinero, alegando que la zona en la que estaban los locales se encontraban bajo su influencia. En caso contrario, recurrían a la violencia extrema.

Pero la Policía se enteró de las intenciones de los criminales y se adelantó a sus planes. Los agentes establecieron un dispositivo de más de 50 hombres y tendieron una trampa a la banda, que cayó al completo. Fue su última golpe. Entre los arrestados se encuentran los hermanos apodados Sarmale, considerados los máximos responsables de esta red delictiva.
La Policía, además, incautó una pistola de fuego real y otra simulada, navajas y catanas, defensas extensibles y tres bates de béisbol.