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"Yo plantearía como lehendakari que Sortu no es lo mismo que ETA"

Presidente del PNV. Reclama al Gobierno y al PP un discurso unitario con 'altura de miras' para lograr la paz

 

GUILLERMO MALAINA

El PNV planteó su acuerdo presupuestario de 2011 con el Gobierno en clave de estabilidad para favorecer también la paz y la normalización política en Euskadi. Su presidente, Iñigo Urkullu, defiende que ha llegado el momento de que Rodríguez Zapatero dé pasos.

¿Cuándo se reunirá de nuevo con Zapatero?

Está en su mano. Me he ofrecido a contrastar la información y hacer un análisis.

¿Qué le pedirá al Gobierno?

'Que Eguiguren funciona por libre... No me lo creo. ¡Es el presidente del PSE!'

Debería ser más audaz de lo que ha demostrado. Ha dado la impresión de lavarse las manos en el proceso de Sortu para dejárselo a los tribunales. Ni siquiera he visto un planteamiento claro del Gobierno. Debería tener un discurso claro y decir que se ha dado un paso importante y que todos debemos tener altura de miras.

Pero, ¿qué medidas concretas le pedirá?

Un ámbito concreto de actuación ahora debe ser la política penitenciaria.

'Es necesario que PSOE y PP digan a la sociedad que esto es una oportunidad'

¿Romperá el PNV el pacto si el Gobierno no da pasos?

No. El acuerdo entre el PNV y el Gobierno español es tasado y sobre las bases de las transferencias pendientes del Estatuto, proyectos estratégicos y enmiendas parciales a los Presupuestos Generales del Estado.

También desea reunirse con Rajoy. ¿Hay fecha, qué le pedirá al presidente del PP?

'Si Sortu es legal en mayo, las elecciones autonómicas se deben adelantar'

Esa reunión está en manos de Rajoy. Diferenciando el ámbito de responsabilidad institucional, le plantearía lo mismo que a Zapatero: es importante la pedagogía en el discurso político. Si hay una evolución en la autodenominada izquierda abertzale, es necesario que PSOE y PP tengan un discurso ante la sociedad diciendo: 'Estamos en otro tiempo y otro contexto, aprovechemos la oportunidad'.

El lehendakari acaba de cerrar su ronda con los partidos. ¿Qué conclusión ha sacado el PNV?

Hay una ambigüedad calculada del lehendakari López en su planteamiento y una dependencia total y absoluta con el PSOE y el Gobierno español.

'No está muy claro que todo el mundo de ETA llegue unido hasta el final'

¿Y tiene margen de actuación el lehendakari?

Sí, como Jesús Eguiguren. Por mucho que se me diga que Eguiguren funciona por libre, yo no lo creo. ¡Es el presidente del PSE! Estoy cargado de razón para sospechar que se juega con un doble discurso. El lehendakari puede tener su propio análisis y decir: 'Mire, en Madrid puede ser que se vean las cosas sesgadas por el contexto, pero donde padecemos el problema es en Euskadi y lo tenemos que resolver así'.

¿Qué haría un Gobierno vasco del PNV?

'Tengo cierta desazón por la forma de proceder de Arzalluz y Zarraoa'

Yo plantearía como lehendakari que ETA no es lo mismo que Sortu o Sortu no es lo mismo que ETA. Intentaría hacer pedagogía ante el Gobierno español y trasladar a la sociedad vasca un mensaje proactivo, de cautela y esperanza.

¿Cuál es su hoja de ruta para avanzar hacia la paz y la normalización política?

Una cosa es la pacificación y otra la normalización política. Si hablamos de pacificación, debe haber un cese definitivo de ETA. A partir de ahí, todos los pasos de un proceso de pacificación: política penitenciaria, víctimas del terrorismo... Eso es la pacificación y, como tal, va a ser larga en el tiempo. Por otra parte, tenemos el proceso de normalización política, que parte de lo que sea la representación de la sociedad vasca de manera completa en las instituciones. En pos de esa normalización política, si Sortu fuera legal, sería necesaria su presencia en el Parlamento vasco para habilitar una mesa de partidos y debatir sobre la normalización política: grado de pertenencia, la naturaleza jurídica del pueblo vasco, la relación con el Estado... Yo ya he planteado un adelanto de las elecciones autonómicas si la legalización de Sortu se da antes de los comicios de mayo.

Entonces, ¿piensa mantener esa demanda?

Sí, pero no porque, como ha dicho el consejero vasco de Interior, pensemos que el Gobierno vasco sea ilegítimo. Nadie ha dicho eso.

¿Comparte el temor del Gobierno español sobre una escisión de ETA?

Sí, pero no porque sea un elemento nuevo en mi análisis. Yo analizo el último comunicado de ETA, donde no plantea un alto el fuego irreversible y, en la última línea y media, mantiene el papel de agente vigilante. La capacidad operativa, la mayor debilidad, la acción judicial, la acción policial, el paso dado por la izquierda abertzale, las tensiones que esto haya podido generar... pueden hacer pensar en una correlación de fuerzas en ETA. Y, por tanto, esa correlación de fuerzas puede invitar a decir que no está claro que todo ese mundo llegue unido hasta el final. Hay que actuar con cautela.

¿Cree en la letra de los nuevos estatutos de la izquierda abertzale?

Más que creer hago un análisis, que me lleva a una conclusión. En el planteamiento explicitado por Iñigo Iruin y Rufi Etxeberria ha habido una deslegitimación de la práctica de la violencia con supuestos fines políticos por parte de ETA, y también una advertencia de que si hubiera en el futuro atentados, habría un posicionamiento claro de condena o rechazo. Es un paso significativo y están cargados de razón para reivindicar la legalización. Además, si todo esto no es verdad, el riesgo es para el conjunto de la izquierda abertzale.

¿Qué opina de los informes de la Policía y la Guardia Civil sobre Sortu?

No se corresponden con el tiempo actual, y no me parece que pueda sostenerse jurídicamente un proceso de ilegalización en base a un informe policial que diga que las personas son las mismas y que, por lo tanto, hay una sucesión. Precisamente, donde yo veo el valor es que son las mismas personas las que han dicho lo que han dicho. Si fueran otras diferentes, alguien podría dudar y decir: 'Estos sí, pero los de antes estarán por detrás'.

¿Por que el PNV no apoyó la manifestación del sábado con el lema Hacia la paz, legalización'?

Nos hemos manifestado en entrevistas e intervenciones públicas a favor de la legalización. Nadie puede reprochar nada al PNV en este sentido. Y lo seguiremos haciendo en un plano discreto. La primera razón de tal decisión es que no era una convocatoria para partidos, pese a que luego se fueron sumando. La segunda razón es que se ha pretendido capitalizar esa convocatoria desde la izquierda abertzale invitando al PNV a sumarse. La tercera es que el manifiesto hacía una asociación de causa-efecto delicada entre paz y legalización. Dicho esto, hay una razón principal: la propia izquierda abertzale nos ha indicado desde un principio que esto era un proceso unilateral. No puede estar en el juego de que no quiere gestionar con el PNV determinadas cosas y nos critique públicamente para, después, buscar un paraguas en el PNV. No es bueno que lleguemos en el PNV a la interpretación de que hay un intento por enredarnos, porque en el futuro tendremos que pensarnos otras muchas cosas.

¿Le molestó que entre los convocantes estuvieran Xabier Arzalluz e Iñaki Zarraoa?

Son afiliados al PNV y no unos militantes cualquiera. Debe haber un juego de lealtad con el partido al que se es afiliado. No se han dirigido a mí para nada. No puedo dejar de manifestar una cierta desazón por esa forma de proceder, pero como no es la primera vez no me pilla por sorpresa.

¿Colaborará el PNV con el Grupo Internacional de Contacto de Brian Currin?

Sí, colaboramos con quienes tengan una disposición a favorecer y facilitar un proceso de paz. Lo que ocurre aquí es que en el PNV siempre hemos defendido que la verificabilidad del proceso corresponda a los partidos políticos con una habilitación parlamentaria.

Entonces, ¿qué papel puede jugar este Grupo de Currin?

El Grupo Internacional de Contacto puede hacer una labor de mediación entre la izquierda abertzale y ETA. Le concedo también un papel relevante para que en el ámbito internacional se pueda tener conocimiento de la evolución del proceso. En todo caso, siempre he entendido la labor de este tipo de grupos desde la discreción. Me llama mucho la atención su publicitación y participación en ruedas de prensa.

¿Entiende el rechazo sin paliativos de los gobiernos español y vasco a Currin?

Dar un aval a este Grupo podría situar al Estado ante otros gobiernos en el disparadero de que en el Estado español se vive una situación que no es la que parece. Pero, de ahí a un menosprecio tan radical me parece un exceso.

¿Qué le parece la protesta convocada por las víctimas contra la legalización?

Entiendo el dolor de las víctimas, y no se les puede exigir nada, pero tampoco me gusta que sean utilizadas por colectivos o bajo ese paraguas en el que se da la impresión de que todas las víctimas piensan lo mismo. Cada víctima, como persona que es, tiene su opinión.

Este martes se cumplen dos años de las elecciones vascas. ¿Ha logrado el PNV el propósito de resituarse en la oposición?

Sí, el acuerdo presupuestario alcanzado con el Gobierno español es lo más gráfico. El PNV ha conseguido un acuerdo escrito, tasado, para el desarrollo, esperamos definitivo, del Estatuto de Gernika del año 1979. No ha sido el Gobierno vasco, no ha sido el lehendakari López. Y no será porque no han tenido oportunidad de haberlo hecho.

¿Por qué se ha roto Nafarroa Bai?

Pues, por una decisión estratégica de EA por el polo soberanista. En NaBai se vive con retraso lo ya vivido en el País Vasco. EA adoptó un camino en 2008 hasta el punto de no concurrir con el PNV en las elecciones autonómicas. EA ha querido enredar en NaBai con la entrada de la izquierda abertzale, cuando NaBai es su bestia negra. Aquí ha habido un juego de EA utilizado por la izquierda abertzale hábilmente. El PNV ha venido advirtiendo de esto a Aralar y los independientes desde hace tiempo.

¿Y ve el PNV en Aralar un socio preferente también para el País Vasco?

No, en absoluto. Primero, las elecciones, después los resultados, y luego ya veremos.

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