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Primera huelga general en Grecia contra los recortes de Papadimos

Los sindicatos griegos convocan a 20.000 manifestantes contra las medidas de austeridad del nuevo Gobierno

YIANNIS MANTÁS

Grecia se volvió a paralizar hoy debido a la huelga general de 24 horas convocada por las confederaciones generales de los empleados en los sectores público y privado. Miles de personas 14.000, según las estimaciones de la Policía, aunque algunos medios elevaron la participación hasta los 20.000 manifestantes llenaron las calles principales de la capital. Protestaban contra las medidas de austeridad impuestas tanto por el Gobierno anterior, encabezado por Yorgos Papandreu, como por el actual Ejecutivo de Lukas Papadimos.

Aunque la participación no se puede comparar con las manifestaciones de los últimos meses esta es la séptima huelga general del año, destaca su carácter pacífico, que esta vez no fue deslumbrado por disturbios y enfrentamientos con la Policía.

Las organizaciones obreras comunistas lideran la protesta en las calles de Atenas

En la marcha de los sindicatos Gsee y Adedy tomaron parte unas 5.000 personas, aunque los dirigentes sindicales aseguraron que la participación alcanzó el 90% en sectores donde la afiliación es alta. Más masiva fue la protesta del sindicato comunista Pame, que reunió a unos 13.000 manifestantes, a los que habría que sumar a centenares de personas que no pertenecen a ninguna organización obrera o grupo político. Miles de ciudadanos protestaron también en Tesalónica y otras grandes ciudades de Grecia.

Aunque las fuerzas de seguridad estaban presentes delante del Parlamento heleno y decidieron cerrar provisionalmente las estaciones de metro de Syntagma y Panepistimio, la protesta se desarrolló con tranquilidad. El único incidente fue protagonizado por un grupo de jóvenes que lanzó cócteles molotov a la Policía muy cerca de la sede del partido socialista Pasok.

Los antidisturbios les hicieron frente y sólo resultaron dañados algunos coches que estaban aparcados. Aparte de este incidente aislado, no hubo nada que recordase los enfrentamientos de anteriores protestas en Atenas.

Apenas se registran incidentes, con una participación menor que en otras marchas

El motivo de la manifestacion, la primera contra el recién nombrado Gobierno del tecnócrata Papadimos, fue su política de austeridad y ahorro presupuestario, así como la polémica medida del pase a la reserva de los funcionarios, el recorte de salarios y pensiones, las nuevas reformas fiscales y salariales, los despidos, la destrucción de los convenios colectivos, el creciente paro y las nulas perspectivas laborales para los griegos.

Los dirigentes sindicales subrayan la oposición a la política gubernamental y lo injusto de las medidas que afectan a las clases económicas y sociales más desfavorecidas.

'Es otro Ejecutivo, pero con las mismas políticas', declara un dirigente sindical

'Otro Ejecutivo, pero las mismas políticas declaró el dirigente de la confederación Gseé, Yiannis Panagopulos. Estamos ante un presupuesto de austeridad salvaje y una ola de impuestos que destruye las ayudas sociales y condena a los trabajadores a la miseria'.

Kostas Tsikrikas, responsable de Adedy, el sindicato de los funcionarios públicos, destacó que 'las bárbaras medidas que toma el Gobierno son injustas y van contra el desarrollo social. En realidad, lo que está haciendo es demoler los servicios públicos y mandar los trabajadores al paro, colapsando el Estado de bienestar y cancelando por completo el desarrollo'.

Tanto el partido conservador Nueva Democracia como la formación de extrema derecha Laos no se sumaron a la protesta, tal y como se esperaba, ya que ambos forman parte del actual Gobierno de coalición, bajo el mando de Lukas Papadimos.

Solamente el ministro ultraderechista Makis Voridis hizo una declaración no a favor de los manifestantes sino en contra de algunos aspectos del pase a la reserva de los funcionarios que se aplican en áreas de las que es responsable.

No obstante, los líderes de los dos mayores partidos de izquierda, el comunista KKE y la coalición Syriza, no faltaron y lanzaron sus críticas hacia la política gubernamental.

'El pueblo debe asumir ya la responsabilidad dijo la responsable del KKE, Aleka Papariga. Si no lo hace, los próximos años serán verdaderamente trágicos'. Por su parte, el dirigente de Syriza, Alexis Tsipras, subrayó: 'Estamos frente a un colapso social sin precedentes'.

'El desempleo está alcanzando dimensiones nunca vistas y la pobreza también, mientras que la peligrosa convivencia del tripartito continúa con su política insensible', añadió Tsipras. 'Se cortan pensiones, salarios y subsidios al mismo tiempo que se mantienen o se aumentan los regalos a los contratistas, los empresarios y los banqueros'.

Grecia atraviesa hoy un estado de incertidumbre. La entrega del sexto tramo de ayuda (8.000 millones de euros, que Atenas lleva esperando desde hace más de un mes) parece que se hará efectiva durante esta semana. Algo que aliviará las arcas públicas, que sólo tienen fondos suficientes hasta mediados de mes. A la espera de la llegada de la troika, el 12 de diciembre, los sindicatos ya están planeando sus próximos movimientos. El panorama político griego se prevé bastante caliente.

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