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Asad masacra a 200 opositores antes de la visita de los observadores

La oposición asegura que negocia con dos países europeos una salida al régimen. Mañana llegan los observadores de la Liga Árabe

PÚBLICO.ES

A escasas horas de la llegada a Damasco de los observadores de la Liga Árabe, el régimen de Bachar al Asad parece decidido a cerrar algunos de los focos de oposición más importantes. El Observatorio sirio por los Derechos Humanos denunció esta mañana la muerte de al menos 121 personas en la provincia de Idlib, de los que 56 ya habrían sido identificados. El lunes, otro grupo opositor aseguraba que 84 más habían sido asesinadas por las fuerzas del régimen.

El principal punto de enfrentamientos está siendo Kafr Eid, localidad situada en dicha provincia de la frontera con Turquía.  Según el Observatorio, las fuerzas sirias cargaron contra civiles y activistas que habían escapado a las zonas rurales por miedo a ser detenidos.

Por su parte, el Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal grupo opositor, elevó la cifra de fallecidos desde el lunes a 250, claificando la actuación del régimen como 'masacres sangrientas' y llamando a la Liga Árabe y a Naciones Unidas a intervenir para proteger a los ciudadanos.

'El Consejo de Seguridad de la ONU debe reunirse de manera urgente para discutir las masacres del régimen de ASad en Jabal al-Zawiyah y Homs', reclamó en una nota. Esas dos zonas junto con Idlib, en su opinión, deberían ser declaradas áreas de desastre y recibir la ayuda inmediata de la Media Lunea Roja y otras ONG.

Por otra parte, Asad estaría negociando con dos países europeos el modo de salir del país. Así lo afirmó en una entrevista con la agencia EFE desde Túnez, el portavoz del CNS Ahmed Ramadán, quien no quiso desvelar qué Estados estarían hablando con el régimen.

'El Gobierno sirio ha rechazado todas las propuestas para resolver el conflicto de forma pacífica, pero Bachar al Asad está pactando ahora una salida al régimen en la que están actuando dos países europeos [...] Al Asad debe abandonar el poder y entregarlo a la oposición y al órgano que lo representa', dijo Ramadán.

'Nosotros proponemos a Al Asad y a Siria un periodo transitorio con un gobierno pluralista en el que estarán representados, incluso, actuales responsables que no estén implicados en la represión', aseguró.

La última ofensiva de Asad coincide con una oleada de deserciones en el Ejército -según el diario Haaretz, hasta 10.000 soldados habrían renunciado-, lo que dibuja un panorama cercano a la guerra civil y similar al escenario de Libia. Además, se produce un día antes de la llegada de los observadores de la Liga Árabe, a los que Damasco dio permiso para entrar en el país el pasado lunes.

Naciones Unidas ha denunciado el asesinato de 5.000 personas desde que comenzaran las revueltas populares en Siria el pasado mes de marzo.

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