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"El capitán se fue en un bote": las llamadas previas al naufragio contradicen a Grecia

Guardacostas griegos afirman que no intervinieron pese al evidente peligro porque los migrantes rechazaron asistencia. Hay nueve supervivientes detenidos y varios testimonios hablan de decenas de niños en la bodega del pesquero.

Una imagen del pesquero poco antes de naufragar en aguas del mar Jónico y publicada por la radio griega KRT.
Una imagen del pesquero poco antes de naufragar en aguas del mar Jónico y publicada por la radio griega KRT. Guardia Costera griega / KRT

La información sobre los momentos previos al naufragio del pesquero frente a las costas de Grecia, en el que han muerto al menos 78 migrantes y hay incontables desaparecidos, sigue siendo fragmentada y confusa. Lo que sí se da por cierto es que en el barco viajaban entre 500 y 750 personas y que en la tarde del martes se pidió auxilio a los activistas de Alarm Phone, una red de voluntarios que recibe avisos de embarcaciones de migrantes en aguas europeas que están en apuros.

Según Alarm Phone, a las 17.20 hora peninsular española, los migrantes pidieron ayuda e informaron de que el barco no se movía: "El capitán se fue en un bote pequeño. Por favor, una solución", reclamaron los afectados, que pedían comida y agua después de varios días de navegación desde la costa oriental libia.

Esto contradice la versión oficial de la Guardia Costera griega, que asegura que no efectuó el rescate porque los propios migrantes rechazaron la asistencia.

Mujeres y niños en la bodega

Varios testimonios de los 104 supervivientes que fueron rescatados y trasladados a la ciudad griega de Kalamata, a 250 kilómetros al suroeste de Atenas, apuntan que la cifra de migrantes a bordo rondaba los 750 y, lo que es peor, que en la bodega del barco se hacinaban mujeres y alrededor de un centenar de niños, según varios medios griegos y fuentes oficiales.

"Según los primeros informes, la estimación de 700-750 personas a bordo es correcta, incluidos al menos 40 niños. De confirmarse estas cifras, sería el segundo naufragio más grave del Mediterráneo", ha asegurado este jueves Flavio di Giacomo, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el Mediterráneo.

Lo más probable es que nunca se conozca el número exacto de víctimas. El naufragio tuvo lugar en la llamada Fosa de Calipso, la mayor depresión del Mediterráneo, con más de 4.000 metros de profundidad, lo que hace muy difícil recuperar el navío y los cadáveres.

Varios supervivientes del naufragio del miércoles frente a las costas griegas de Pilos, en una almacén de la ciudad de Kalamata.
Varios supervivientes del naufragio del miércoles frente a las costas griegas de Pilos, en una almacén de la ciudad de Kalamata. Angelos Tzortzinis / EFE/EPA

Sin intervención de los guardacostas

Alarm Phone se ha mostrado muy crítica desde el principio con la versión oficial de la Guardia Costera griega, que ha asegurado en un comunicado que se aproximó a la embarcación en varias ocasiones para ofrecer asistencia y que envió varios buques privados que navegaban cerca, pero que los migrantes la rechazaron la ayuda para continuar rumbo a Italia.

ACNUR: "Este barco no estaba en condiciones de navegar"

Esta disculpa no convence ni a las ONG que asisten a los migrantes ni al enviado especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para el Mediterráneo occidental y central, Vincent Cochetel.

"Ese barco no estaba en condiciones de navegar y no importa lo que hayan dicho algunas personas a bordo. La noción de peligro no es discutible", señaló tras hacerse pública la imagen del barco con la cubierta abarrotada de migrantes y que tomó un helicóptero de la Guardia Costera griega.

Alarm Phone contactó por primera vez con los náufragos pasadas las 14.00 horas del martes. A bordo ya se temían que la embarcación no aguantaría navegando toda la noche. Pasadas las 16.00 horas, los migrantes enviaban a Alarm Phone su posición GPS, que los ubicaba en aguas internacionales, pero de responsabilidad griega en cuanto a búsqueda y rescate. Poco después, los activistas lanzaban una alerta a las autoridades de Grecia, Malta e Italia. 

Mantuvieron contacto intermitente con los náufragos hasta pasada la medianoche del martes. Horas después, ya bajo vigilancia de la Guardia Costera griega, el barco zozobró y se hundió en pocos minutos en aguas del mar Jónico. Fue entonces cuando comenzó una operación de rescate.

Las autoridades griegas aseguran que no están autorizadas a intervenir si los migrantes rechazan la asistencia

Tanto el portavoz de los guardacostas, Nikolaos Alexiou, como el viceministro de Protección Civil, Evangelos Tournas, han insistido en que los guardacostas no están autorizados a intervenir en aguas internacionales en una situación así, ante una embarcación que no lo autoriza y que va sobrecargada. 

Añaden que existe el peligro de que pueda volcar si se produjeran  desplazamientos rápidos de los ocupantes, que es lo que acabó ocurriendo a pesar de que no se intervino. "Nos mantuvimos cerca por si nos necesitaban para salvarlos y eso es lo que hicimos", ha asegurado Alexiou en televisión.

Diversas ONG consideran que es normal que los migrantes rechazaran la asistencia de los guardacostas porque hay numerosos casos documentados de detenciones y devoluciones en caliente ilegales a Turquía o a Libia, así como de brutalidad y agresiones.

Sin más supervivientes

Pese al gran operativo de búsqueda y rescate desplegado por Grecia durante la pasada noche, no se han encontrado ni más cuerpos ni más supervivientes. Las posibilidades de localizar a alguien más con vida son ya remotas.

Todos los supervivientes eran varones jóvenes, con edades cercanas a los 20 años y nacionales de Egipto, Siria, Pakistán y Palestina. Eran los que se encontraban en la cubierta del pesquero cuando volcó. El resto quedó atrapado en el interior del barco, que se hundió en pocos minutos, según ha informado la Guardia Costera Griega.

Los 104 rescatados fueron trasladados a un almacén de Kalamata, donde son custodiados por las fuerzas de seguridad tras recibir asistencia médica. Treinta de ellos han pasado por centros hospitalarios, aunque sin afecciones graves.

Las autoridades helenas detuvieron el jueves a nueve de los supervivientes, de nacionalidad egipcia, como sospechosos de formar parte de la red de contrabandistas que organizó el viaje mortal.

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