Público
Público
Página12

Las tensiones entre Lula y Bolsonaro se acrecientan a una semana de las elecciones en Brasil

El país decidirá el próximo domingo si continúa por el camino del fascismo y la confrontación o retoma las políticas de inclusión y de respeto a las diversidades que componen su árbol genealógico.

10/9/22 Protestas contra el actual Gobierno de Jair Bolsonaro en Sao Paulo (Brasil), a 10 de septiembre de 2022.
Protestas contra el actual Gobierno de Jair Bolsonaro en Sao Paulo (Brasil), a 10 de septiembre de 2022. Cris Faga / Europa Press

Una mano en ele con el dedo índice hacia arriba y el pulgar recostado se replica en Brasil como gesto de apoyo a Lula da Silva. Otra mano en señal de disparo, como si fuera la mímica en el uso de una pistola, simboliza el culto a las armas que pregonó Jair Bolsonaro durante su Gobierno. La misma "L" tiene dos significados bien distintos. Reconocidos artistas apoyan al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) con un jingle pegadizo que invita a votarlo.

"Vira, vira voto, vira, vira, vira, vira o voto da María, o voto do João" cantan en un par de videos de casi dos minutos. En español quiere decir "cambia, cambia, el voto, cambia el voto de María, el voto de João". Con un ligero movimiento de la muñeca transforman en un segundo el ademán del militar ultraderechista en la consonante inofensiva que comunica el respaldo al expresidente Lula.

Los gestos de las manos expresan un país dividido, polarizado

Son dos significantes que expresan un país dividido, polarizado y en vilo por unas elecciones que definirán el futuro de esta potencia regional. Si continúa por el camino del fascismo y la confrontación o retoma las políticas de inclusión y de respeto a las diversidades que componen su árbol genealógico.

La campaña Vira voto busca evitar una segunda vuelta —prevista para el 30 de octubre— entre los dos candidatos con más oportunidades y darle la victoria a Lula el próximo domingo. Tuvo la participación de músicos, cantantes, actores y actrices en dos videos que circularon como un mantra en las redes sociales.

En una edición de imágenes sucesivas se los ve cantando, bailando y moviendo una mano para componer la "L" de Lula o negar con un movimiento de cabeza el arma parodiada con que Bolsonaro suele saludar. El gesto de identidad más difundido en su carrera electoral. Es tan abrumador el apoyo del ambiente artístico a Lula que el saludo con la "L" se extendió por las redes, multiplicado en chats de Whatsapp, hilos de Twitter y publicaciones de Instagram y Facebook.

El 17 de septiembre, adelantándose a todos, otro grupo de actores encabezados por Wagner Moura y Bruno Gagliasso cuestionó a Bolsonaro. El primero es el director y el segundo protagoniza la película Marighella, la historia de un guerrillero brasileño asesinado por la dictadura cuyo estreno no fue autorizado durante casi dos años por el Gobierno del militar ultraderechista. Moura y Gagliasso presentaron una canción-manifiesto con un numeroso grupo de intérpretes.

"Estoy a favor de la dictadura", dice. "Pero el régimen, más que haber torturado debió haber matado a treinta mil", continúa una de las estrofas que alude a Bolsonaro sin mencionarlo. En otra parte de la composición vuelven sobre el actual presidente: "Mi especialidad es matar, soy capitán del Ejército". También induce a los brasileños a armarse, que "todo el mundo, oye, tiene que comprar un fusil" porque "la gente armada no va a ser esclavizada en una cruzada por la muerte en el país".

Sem medo de ser feliz

El pueblo brasileño se expresa a través de la música en la campaña más polarizada de la que se tenga recuerdo. En el PT ya habían relanzado en mayo el jingle de campaña de 1989 Sem medo de ser feliz (Sin miedo a ser feliz) cuando la esposa de Lula, Rosângela da Silva, más conocida como Janja, lo presentó en un acto.

Con algunas encuestas electorales que ya anuncian la posibilidad de que el líder del PT se imponga en la primera vuelta, el clima de crispación en el oficialismo aumenta. Pero no cede el mensaje hacia la sociedad para que procure armarse ante distintas "amenazas" que alimentan los bulos del Gobierno de Bolsonaro.

El día que comenzó la primavera, en Santa Catarina —uno de los estados que más rechaza el PT— el empresario bolsonarista Luiz Henrique Crestani y su esposa Patricia difundieron en Instagram cómo practicaban tiro al blanco sobre una imagen de Lula. No hizo falta que realizaran con sus manos el gesto de un arma porque portaban ambos dos escopetas semiautomáticas. La Policía Federal abrió una investigación sobre el hecho y el tirador, propietario del Grupo Luke, de logística e ingeniería, borró el vídeo, pero no pudo impedir que se tornara viral.

Cuando se vio comprometido por su incitación a un crimen de odio político contra el expresidente, quiso maquillar su vídeo y declaró: "Si bien nuestra posición política es antagónica, ello no significa en ningún caso que incitemos a la práctica de actos que falten al respeto de los valores jurídicos establecidos en nuestro país" y se despidió con un poco creíble "que gane el mejor".

Los imitadores de Bolsonaro se esparcen por todo Brasil

Bolsonaro recoge lo que sembró. Sus imitadores se esparcen por todo el país, cuatro años de gobierno después. Cuando en 2018 hacía campaña para la presidencia que ganó en octubre frente al candidato del PT, Fernando Haddad, repitió por enésima vez la mímica del arma que dispara con su mano derecha. En aquella oportunidad, mientras visitaba Goiânia, cometió un sinsentido valiéndose de la inocencia de una pequeña niña a la que subió al escenario y le enseñó a hacer la imitación de una pistola que tira hacia un blanco imaginario.

La gestualidad belicista del presidente no es solo una postura para su electorado, una pose o el reforzamiento de su dialéctica de mano dura. Es además un negocio incipiente que ha importado desde Estados Unidos uno de sus hijos, Eduardo Bolsonaro.

El año pasado repitió el típico ademán de pistolero que hace su padre frente al monumento por la paz que se encuentra en Naciones Unidas desde 1988. Es una escultura creada por el artista sueco Carl Fredrik Reuterswärd que representa un revólver cuyo caño termina amarrado en un nudo. La concibió como un homenaje a John Lennon, asesinado de varios disparos el 8 de diciembre de 1980.

El hijo del presidente y además diputado federal por San Pablo convocó a principios de septiembre a los seguidores del clan familiar bajo una consigna: "¿Compraste un arma legal? ¿Tienes un club de armas o vas a uno? Entonces tienes que convertirte en un voluntario de Bolsonaro".

El portal de noticias Seeing Red, de Nebraska (EEUU) publicó el 15 de diciembre de 2021 que "Eduardo Bolsonaro fue presentado a la extrema derecha estadounidense y a la Asociación Nacional del Rifle a principios de 2016 por dos brasileños: Royce Gracie, exluchador y actual promotor de la industria armamentística estadounidense, y Tony Eduardo, dueño del club de tiro 38, en el sur de Brasil".

A dos semanas de asumir el Gobierno el 1 de enero de 2019, el hombre que quiere revalidar su mandato el 2 de octubre comenzó a suprimir una a una las restricciones para la compra y uso de armas en Brasil.

Cuando ingresó al Palacio del Planalto en Brasilia, estaba entre los invitados el presidente de la Asociación Nacional de la Industria de las Armas y Municiones (ANIAM) y dueño de la compañía Taurus, Salesio Nuhs. El empresario y Bolsonaro se tomaron una foto juntos. Fue un presagio de lo lejos que llegaría el lobby armamentístico que desde San Leopoldo, en Río Grande do Sul, exporta a más de un centenar de países. Es líder mundial en la fabricación de revólveres y la mayor vendedora de armas ligeras del mundo.

Página12

Esta información forma parte de un acuerdo entre Público y Página 12

Encuentra aquí la última hora sobre Argentina

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional