En octubre del 2020 las pasajeras del vuelo de la compañía Qatar Aiways Doha-Sídney fueron evacuadas del avión a punta de pistola por las autoridades del país. Los agentes, que buscaban a la madre que había abandonado a un recién nacido en el Aeropuerto Internacional de Hamad, llegaron incluso a someter a algunas de las pasajeras a exámenes médicos forzosos. Ahora, cinco de esas mujeres, de nacionalidad australiana, demandan a la aerolínea y a las Autoridades de Aviación Civil del país por los abusos físicos y emocionales sufridos. 

En total, las mujeres de diez vuelos del nuevo aeropuerto de Doha fueron trasladas sin explicación alguna a las ambulancias que se habían situado en la pista de aterrizaje. "Pensaba que nos estaban secuestrando", ha asegurado una de las pasajeras en una entrevista a la BBC. Ahí, las autoridades las obligaron a quitarse la ropa interior y a muchas de ellas, incluso se les forzó a someterse a pruebas médicas para comprobar si habían dado a luz recientemente. El objetivo era comprobar si entre ellas se encontraba la madre del bebé abandonado en una bolsa de plástico a la salida del aeropuerto. 

Tres de las cinco demandantes han afirmado ante un juzgado australiano haber sufrido "contacto físico ilegal". "Fui asaltada y violada por el gobierno de Qatar", ha asegurado otra de las víctimas al medio británico. Todas ellas aseguran haber sufrido ataques de ansiedad, pánico y estrés postraumático tras el suceso. Además, exigen a la aerolínea una compensación económica por los gastos médicos y el impacto que su actual estado de salud mental ha podido tener en su vida laboral.

Cuando el caso salió a la luz generó un fuerte revuelo. En su momento, el primer ministro del país, el jeque Khalid bin Khalifa bin Abdulaziz Al Thani, aseguraba en un tuit: "Lo ocurrido no representa las leyes ni los valores de Qatar. Tomaremos todas las medidas necesarias para que jamás vuelva a ocurrir".

Después de lo ocurrido se abrió un expediente y uno de los oficiales del aeropuerto fue despedido, sin embargo, a pesar de la promesa, después de dos años del incidente ninguna de las mujeres han tenido noticia por parte de las autoridades del país. "Si  lo dejamos pasar, el mensaje que mandamos es que son intocables. La comunidad internacional debe impedir a toda costa que esto vuelva a ocurrir", declaran las demandantes. 

La situación que viven las mujeres en este país ha sido denunciada en múltiples ocasiones. Amnistía Internacional apunta que Qatar es una monarquía musulmana ultraconservadora donde el sexo fuera del matrimonio es ilegal y está castigado con pena de cárcel. Además, todavía se ejerce la tutela masculina y existen numerosas trabas legales para optar al divorcio. De cara al mundial de fútbol, que arrancará en el país el próximo mes, Qatar está llevando a cabo una lavado de cara respecto a la defensa de las mujeres.