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FAES recibió más de 26 millones en subvenciones en los últimos diez años

Al desvincularse ahora del PP y renunciar a ellas, podrá aceptar donaciones anónimas y no tendrá que informar al Tribunal de Cuentas de las superiores a 25.000 euros.

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, en un acto de FAES. EFE

VICENTE CLAVERO
@vicente_clavero

MADRID.-  FAES, la fundación presidida por José María Aznar que esta misma semana ha decidido desvincularse formalmente del PP, recibió del Estado más de 26 millones de euros sólo entre 2006 y 2015. Esa separación le impedirá seguir accediendo a las subvenciones dedicadas por los ministerios de Cultura y de Asuntos Exteriores y Cooperación a las fundaciones pertenecientes a partidos políticos. FAES, a cambio, podrá aceptar donaciones anónimas y no estará obligada a informar al Tribunal de Cuentas de todas aquellas que superen los 25.000 euros.

Dichas restricciones le compensaban cuando obtenía mayores sumas de dinero público, antes del estallido de la crisis y de la puesta en marcha de la política de recortes presupuestarios aplicada en España desde mayo de 2010.

De hecho, tanto en 2007, como en 2008 y 2009 FAES obtuvo del Gobierno más de 3,7 millones de euros anuales, que servían para enjugar una parte muy importantes del coste de sus actividades. Sin embargo, a partir de entonces, el importe de las subvenciones fue descendiendo hasta los 1,2 millones de 2015, cifra similar a la esperada para el presente ejercicio.

Ese descenso, añadido a los límites de las donaciones anónimas, ha obligado a la fundación presidida por Aznar a apretarse el cinturón y renunciar a algunas tradiciones, como el Campus FAES, un foro de debate ultraliberal, que en 2016 ha quedado diluido en los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid. La caída de la financiación pública ha corrido paralela, además, a una pérdida de influencia en el PP, que no es ajena al progresivo distanciamiento entre Aznar y Mariano Rajoy, el hombre a quien él mismo señaló para que le sucediera en la Moncloa.

Incluso en los momentos más duros del ajuste presupuestario, FAES sostuvo que eran necesarios mayores esfuerzos aun para reducir drásticamente el déficit público, y lleva años reclamando una nueva vuelta de tuerca a la normativa laboral y una reforma fiscal que reduzca los impuestos. Sus posiciones le han llevado a chocar contra algunas políticas gubernamentales, como la energética impulsada desde el Ministerio de Industria por José Manuel Soria, con la que FAES lanzó duras críticas.

Fuera ya del ámbito económico, la fundación y su presidente se han mostrado muy beligerantes con la “sinrazón” nacionalistas y contra el populismo de izquierdas que, en su opinión, busca la ruptura y la división y quiere deslegitimar el sistema constitucional. De las intervenciones públicas de Aznar y de algunos de sus colaboradores en FAES es fácil deducir, a lo largo de los últimos años, una clara insatisfacción por la forma supuestamente tibia con la que Rajoy ha tratado a unos y a otros.

En el patronato de FAES figura un nutrido grupo de antiguos dirigentes populares, la mayoría de ellos muy conservadores y cuya falta de sintonía con el actual presidente del PP es pública y notoria: Esperanza Aguirre, Jaime Mayor Oreja, Alberto Ruiz-Gallardón, María San Gil, Cayetana Álvarez de Toledo. Estos se mezclan con personas próximas a Rajoy (María Dolores de Cospedal, Ana Pastor, Pablo Casado), cuya continuidad después de que se materialice la desvinculación de FAES del partido está en el aire.

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