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El Gobierno de Felipe González premió y ascendió al militar que se empeñó en reducir la cifra de víctimas de Gernika

El general Jesús María Larrazábal, fallecido en 2016, calificó el salvaje ataque como un "mito" y defendió que la villa vizcaína tenía un "valor militar múltiple". Este martes se cumplen 85 años del bombardeo.

Felipe González
El expresidente del Gobierno, Felipe González, durante un coloquio celebrado el pasado 18 de febrero en el Ateneo de Madrid. – Carlos Luján/europa press

Gernika se resiste al olvido. Este martes se cumplen 85 años del bombardeo que asoló esta localidad vizcaína, una salvaje acción contra la población civil que le valió al franquismo para tratar de crear una de sus primeras fake news. No solo la dictadura quiso rebajarle gravedad al horror: ya en democracia, ha habido voces que mantuvieron viva la llama del "reduccionismo". Uno de los defensores de esas teorías vestía uniforme y recibió distinciones en democracia.

El general Jesús Salas Larrazábal despierta aún pasiones entre los sectores que niegan o rebajan el salvajismo de los aviones de la Legión Cóndor alemana y de las fuerzas aéreas italianas que, actuando bajo las órdenes del ejército franquista sublevado, descargaron su furia sobre Gernika.

Cuando Salas murió en 2016, la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) le dedicó un obituario. Uno de los motivos centrales  de los franquistas para homenajearle se resumía en cuatro líneas: "El año 2012 (sic) se reeditó con nuevos datos su libro Guernica, de 1987, retitulado Guernica, el bombardeo. La historia frente al mito, donde demuestra con datos fehacientes y denuncia todas las mentiras y mitos construidos por los rojos sobre este tema", rememoraba la entidad franquista.

En efecto, este general nacido en 1925 provocaba las delicias de los franquistas, empeñados en asegurar que Gernika no era más que un "mito" republicano. Salas dedicó parte de su trayectoria como investigador a tratar de demostrar que el número de muertos por las bombas de la Legión Cóndor no superaban los 126.

"Bobadas"

En un video difundido en 2013 por Armada Producciones (una empresa afín a la ultraderecha franquista), el militar afirmó que "el mito siempre dio por sentado que no había ningún motivo militar para bombardearla", al tiempo que aseguró que "el valor militar" de Gernika "era múltiple", ya que "había tres fábricas de armamento".

"Cuando todas esas bobadas que se han dicho de que el bombardeo era para molestar a los vascos, insultarlos y tal, precisamente lo único que no ardió fue la parte alta donde está la Casa de Juntas y el famoso árbol", afirmó en esa entrevista.

"Si murieron 100, sobrevivieron 4.900. A esos los evacuaron la misma noche", dijo en otro momento de la grabación, en la que remarcó que, en cualquier caso, no restaba gravedad a ese centenar de muertes que, según él, se limitó a provocar el bombardeo. 

Ascenso y medallas

En 1987, el mismo año en el que Salas publicaba la primera edición de su libro sobre el bombardeo de Gernika, el Gobierno de Felipe González decretaba su ascenso a general. Dos años después, en 1989, fue premiado por el Ejecutivo del PSOE con la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico y con la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo.

En 2009, el jurado del Premio Marqués Santa Cruz de Marcenado que concede el Ministerio de Defensa lo galardonó por su "dedicación a la historia y la aeronáutica" y su "difusión de la cultura militar", compaginada con una "brillante carrera militar".

"Es una trampa"

Xabier Irujo es director del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, donde se desempeña como profesor de estudios de genocidio. "El tema que más me hiere como ser humano es el tema de los muertos", afirma en una entrevista publicada el pasado 7 de abril por el blog especializado Conversaciones sobre Historia, dirigido por Ricardo Robledo, investigador visitante de la Universidad Pompeu Fabra. 

"El hermano de Jesús Salas Larrazábal fue uno de los dos pilotos que bombardeó Otxandio"

En ese texto, Irujo advierte que los textos de Salas Larrazábal son "libros completamente dirigidos". "Es una trampa tras otra, y es especialmente grave lo que señala sobre el número de muertos. Hay que tener en cuenta la razón de ser de la mentira. El hermano de Jesús Salas Larrazábal fue piloto de la Legión Cóndor y uno de los dos pilotos que bombardeó Otxandio, por ejemplo", apunta el historiador de la Universidad de Nevada y autor del libro Gernika (Editorial Crítica).

"Podemos discutir sobre el número de aviones que hubo o sobre las toneladas de bombas que se lanzaron; está documentado, pero se puede tratar de un error historiográfico. Ahora, en el caso de los muertos, cuando tenemos documentados más de 2.000 muertos, que haya gente que se enroque en mantener que es una patraña soviética es éticamente reprobable. Estamos matando dos veces a las víctimas", afirma Irujo, quien estos días se encuentra en Euskadi para participar en unas jornadas sobre el 85 aniversario del bombardeo.

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