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Primarias del PSOE de Andalucía Seis claves de unas primarias decisivas para Susana Díaz, inquietantes para Sánchez y fundamentales para el PSOE

Ferraz da por hecho el triunfo de Espadas y, de no ser este domingo, dicen que está asegurado en una segunda vuelta. La victoria del alcalde de Sevilla le daría a Sánchez todo el poder orgánico en el PSOE de cara al 40º Congreso.

Susana Díaz (i), Juan Espadas (c) y Luis Ángel Hierro (d) posan antes del debate entre los tres candidatos de las primarias del PSOE-A a 08 de junio del 2021 en Sevilla, Andalucía.
Susana Díaz (i), Juan Espadas (c) y Luis Ángel Hierro (d) posan antes del debate entre los tres candidatos de las primarias del PSOE-A a 08 de junio del 2021 en Sevilla, Andalucía. María José López / Europa Press

Las primarias de este domingo en el PSOE de Andalucía para elegir a su candidato o candidata a la Presidencia de la Junta (cuando se convoquen elecciones) constituyen uno de esos acontecimientos cuyo resultado final tendrá más recorrido político que el de la persona que finalmente resulte elegida.

El PSOE andaluz es la columna vertebral del PSOE, su ‘poderío' en la región es fundamental para que los socialistas logren ser el partido más votado a nivel nacional, y cuya unidad interna es esencial para su propia supervivencia.
Por todo ello, está en juego este domingo más que un liderazgo territorial, y en Ferraz hay tanta expectación con el resultado como lo hubo en las últimas elecciones catalanas o madrileñas.

Las primarias en Andalucía, además de las claves e interpretaciones estatales, tienen particularidades localizadas en el territorio. Más allá de las ganas que tienen algunos dirigentes que hoy están en Ferraz de acabar con la carrera de Susana Díaz, la candidatura de Juan Espadas, quien le disputa la victoria a la expresidenta no puede explicarse sin los hechos andaluces. Entre ellos, destacan dos: Por un lado, la pérdida de la Junta de Andalucía y, por otro, el hartazgo de muchos cuadros y militantes del partido, una vez que Sánchez se ha asentado en el Gobierno, ante las peleas y conflictos internos. De hecho, la campaña de Espadas ha girado en torno a esos dos ejes –cambio
para volver a gobernar y unidad del partido en torno a esa idea de recuperar la Junta– junto a otro, los modos y maneras de mandar de Díaz que, según Espadas, han generado desafección en los aliados naturales del PSOE y generado desconcierto en dirigentes y cuadros.

La presencia de Luis Ángel Hierro, surgido del sanchismo de primer orden, con una candidatura "de las bases" añade además un elemento de incertidumbre y podría llevar la lucha a una segunda vuelta, que se dirimiría el domingo 20 de junio, entre los dos candidatos más votados, si ninguno supera el 50%. Estas son las seis claves políticas que podrían marcar este domingo los más de 46.000 afiliados del PSOE de Andalucía.

La decisión de Ferraz

Nadie duda, ni niega, que Ferraz lleva jugando meses para desbancar a Susana Díaz. La operación estaba siendo quirúrgica, sin prisas, buscando una victoria arrolladora. Pero, los acontecimientos de la moción fallida en Murcia, el fracaso electoral de Madrid y las previsiones de un adelanto electoral en Andalucía han precipitado los acontecimientos.

En el PSOE hay unanimidad en que María Jesús Montero, la ministra Portavoz y de Hacienda, hubiera sido una candidatura más potente. Pero la ministra siempre negó que fuese a dar el paso y tampoco consta que se lo pidieran. En estas circunstancias se amagó con Felipe Sicilia, pero pronto se supo que el diputado por Jaén tenía pocas posibilidades. Y, por ello, se tuvo que convencer al mayor valor político que tiene el PSOE en Andalucía, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

Cuentan las malas lenguas que el "no es no" de Espadas, el PSOE lo interpretó como sí. Entre otras cosas, porque la Secretaría de Organización del PSOE, en manos de José Luis Ábalos y conducida por Santos Cerdán, necesitaba una solución. El poder de Ferraz está en juego. Y el aparato orgánico cada vez más cuestionado.

En Ferraz, se da por hecho el triunfo de Juan Espadas. Incluso, apuntan, que será este mismo domingo. Pero, si hay que ir a segunda vuelta porque no alcanzara el 50% de los votos, aseguran que Díaz no tiene ninguna posibilidad de vencer en la segunda votación. No ocultan, en expresión andaluza, que "hay miedo en el cuerpo".

Sánchez en busca de todo el poder

Que Sánchez controle Andalucía, el único territorio donde no ganó en las primarias en ninguna de las provincias, convertiría a Pedro Sánchez en el todopoderoso secretario general del PSOE, y es lo que busca.

Susana Díaz, aunque tuvo una primera etapa contestataria tras la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General, en los últimos meses pacificó el nivel de discrepancia con la dirección federal del partido.

Sin embargo, Sánchez sabe que con ella al frente no ha tenido ni tiene en su mano al PSOE andaluz, pese las colocaciones de altos cargos e importantes dirigentes en puestos institucionales a nivel nacional, que han utilizado su influencia en el partido en Andalucía. Por ello, que Sánchez controle al PSOE de Andalucía le daría un poder aún mayor del que tiene en el partido a nivel orgánico y, sobre todo, de cara al 40º Congreso Federal de octubre. No es lo mismo contar con los delegados andaluces (que son los que más aportan al Congreso) a favor de los postulados de Ferraz, que encontrarse en el cónclave socialista con resistencias internas a sus propuestas.

Una victoria de Susana Díaz, además, sería un toque de atención a su liderazgo y, aunque no peligrase en modo alguno su relección en el 40º Congreso, sí supondría un claro signo de debilidad interna.

Susana Díaz: todo  o nada

La expresidenta de la Junta, que desde hace más de un lustro ha marcado, para bien o para mal, el devenir del PSOE, se juega a una carta, a todo o nada, su vida política en la primera línea. Si gana estas primarias, se habrá ganado a pulso el derecho a presentarse de nuevo a unas elecciones autonómicas y a disputarle la presidencia a Juanma Moreno. Si, por el contrario, las pierde, después de haber sucumbido frente a Sánchez en 2017 y en las autonómicas de finales de 2018, no tendrá más remedio, más tarde o más temprano, que entregar las armas, algo que sus rivales dudan que vaya a hacer. Ella, el domingo por la noche, gane o pierda, seguirá siendo la secretaria general del PSOE y el Congreso del partido está previsto a final de año.

Díaz ha rechazado cargos, presiones y cantos de sirena para que dejara vacante la Secretaría General del PSOE andaluz y en cuanto Ferraz ha impuesto un adelanto de las primarias, se ha lanzado a una campaña de piel, muy del estilo de la de Sánchez en 2017, como si no tuviera nada que perder, con las manos libres, en la que ha sacado el alma roja que se había quedado en el camino en los años de sus derrotas y en la que asegura haber aprendido de sus errores. Desde luego, en sus discursos emerge una Andalucía muy diferente de la que pintaba cuando era presidenta. Los problemas de la gente los ha hecho suyos y las soluciones que propone son radicales. Valga un ejemplo, la bajada de la ratio a 20 alumnos en la escuela.

Saber ganar, saber perder

En juego está la solidez del proyecto del PSOE en toda España. A Sánchez ya le salvó el PSOE andaluz una vez, entonces dirigido por Susana Díaz, en las elecciones de 2016, cuando los votos del sur evitaron el sorpasso de Podemos a los socialistas en el Estado. El presidente necesita de nuevo a la mayor federación del partido. En un contexto de desintegración de Ciudadanos y de recuperación de voto del PP tras las elecciones de Madrid, Sánchez necesita a un PSOE andaluz como el de los no tan lejanos viejos tiempos.

Él y los suyos creen que eso se lo puede dar Espadas y no Díaz, pero más allá de los nombres, hay una realidad, que se puede resumir en saber ganar y saber perder. Quienes pierdan, o asumen esa derrota o el partido puede quedar una vez más muy dañado si no se hacen las cosas bien. Una de las razones que explican la derrota, no solo de Susana Díaz, sino del PSOE –fue primera fuerza, pero no pudo gobernar–, en las autonómicas de 2018, fue justamente esa, las heridas abiertas tras las primarias de 2017 y el comité federal del 1 de octubre de 2016. El PSOE de Andalucía no se puede permitir ir otra vez dividido a unos comicios.

Una victoria de Espadas, quien ya ha dicho que quiere optar también, en el caso de que gane, a la secretaría general, daría paso a una bicefalia durante unos meses, salvo que Díaz dimita, hasta el Congreso de fin de año. ¿Cómo se gestionará esa situación?

El Ayuntamiento de Sevilla y las provincias

La candidatura de Juan Espadas, alcalde de Sevilla, ha abierto el melón del Ayuntamiento. Si gana, es evidente que ello facilita el camino de la sucesión. Si pierde, una vez más, todo tendrá que ver con saber ganar y saber perder. El resultado de estas primarias, así, influirá también en la candidatura al mayor ayuntamiento hoy en manos del PSOE, y Sánchez no se puede permitir perderlo.

La candidatura de Espadas, así, tiene también riesgos, en el caso de que pierda las primarias. No se trata, en su caso, de una apuesta a todo o nada, porque Espadas ya había anunciado que iba a dejar el ayuntamiento al final de la legislatura. Es decir, que de una u otra manera, salvo cambios de opinión, el asunto de la sucesión habrá que resolverlo. No será lo mismo abordarlo con Espadas como líder del partido que como mero alcalde.

Lo mismo se puede aplicar a las provincias, cuyas direcciones han optado por uno o por otro candidato. Después de estas primarias, viene el congreso regional y después los provinciales, cuyos líderes también se elegirán por primarias. El 39 Congreso ha cambiado el partido y ahora los liderazgos obedecen a otras lógicas. La militancia da razones y las quita, la militancia manda.

Andalucismo del PSOE

La candidatura de Susana Díaz ha puesto el foco en la relación entre Ferraz y San Vicente. También Luis Ángel Hierro ha querido lanzar un PSOE andaluz reivindicativo. Tradicionalmente, y así ha sucedido también hasta cierto punto en la última etapa de Díaz cuando cerró la tregua con Sánchez, San Vicente y Ferraz han mantenido relaciones de estrecha colaboración. Ese el modelo que busca Espadas, el que durante tantos años fue de éxito, sobre todo en los tiempos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Díaz, por su parte, vende que con ella nunca se producirá una sumisión y que su candidatura ha heredado el espíritu del 28-F, una Andalucía autónoma y leal con el PSOE federal.

Nota: Público ha cubierto la campaña de las primarias del PSOE-A y ha realizado entrevistas a dos de los tres candidatos, a Juan Espadas y a Luis Ángel Hierro. Susana Díaz no ha sido entrevistada por problemas de agenda de la candidata. La candidata Díaz se ha comprometido a conceder una entrevista a este medio en las próximas semanas.

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