La crisis climática, la protección de la biodiversidad y el enfoque en la sostenibilidad no deberían de ser temas sujetos a debates partidistas, sino aceptados por lo que son: una realidad compartida a la que nos tenemos que enfrentar todos por igual. Ese es el mensaje de Greenpeace, que trabaja para exponer los problemas del medio ambiente y crear conciencia sobre sus inminentes consecuencias.

En línea con su mensaje, la organización se ha unido a otras como Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF para publicar un documento extenso con 118 propuestas legislativas que tienen como objetivo impulsar la transición ecológica durante la próxima legislatura.

Los 23 ejes de acción contienen 118 propuestas para poner en marcha la transición ecológica. El documento se divide en cuatro bloques importantes: la conservación y protección de la naturaleza, la lucha contra el cambio climático, el fomento de una economía más democrática y sostenible y el impulso a una vida saludable.

Cada uno de los bloques contiene ejes principales que suman 23 en total, así como propuestas legislativas para cada tema. Las propuestas están diseñadas para confrontar los retos más urgentes y también establecer una base sólida para enfrentar el futuro de manera sostenible. 

Los cambios en el clima a los que nos enfrentamos están intrínsecamente atados a los problemas sociales que vivimos: pandemias, migraciones forzadas a causa de guerras, pérdidas de cosechas o pérdidas de empleo, entre otras. Por lo tanto, aliviar la situación en la que se encuentra el medio ambiente va de la mano con corregir persistentes problemas sociales cuyas ramificaciones se extienden más allá de las personas.

En la sección Economía democrática y sostenible, resaltan la relación directa que tiene la escasez de recursos naturales con la pérdida de empleos, y proponen establecer un cierre de las actividades con mayor impacto ecológico para garantizar la seguridad de empleos a largo plazo. 

Las propuestas incluidas en el documento de Greenpeace son conscientes de esta conexión entre los humanos y el medio ambiente, y plantean soluciones que parten desde lo social para poner la naturaleza al centro.

Cuidar de la naturaleza es justicia social, tal y como afirma Blanca Ruibal, de Amigos por la Tierra: "Proponer una economía más democrática y ecológica obliga a afrontar muchas asignaturas pendientes relacionadas con la justicia social. Es necesario abordar un cambio en el modelo productivo velando por los derechos de las personas trabajadoras, el medio ambiente y su salud. Necesitamos una transición ecológica justa que no deje a nadie atrás".

Todas las propuestas que tiene Greenpeace en su documento han sido formuladas por científicos expertos en el tema, así como la participación de organizaciones ecologistas que han aportado su amplio conocimiento y años de experiencia.

El tiempo para actuar es ahora

España, debido a su singular posición geográfica, queda particularmente vulnerable ante los efectos que trae consigo la crisis climática. Ya se han vivido las primeras de muchas consecuencias ambientales que le esperan al país en el futuro si no se actúa ya: olas de calor asfixiantes, incendios devastadores, sequías extendidas y la erosión del suelo que afecta la productividad de la tierra.

Los peligros son claros: "Ir en contra de las políticas ambientales es querer que este país se convierta en un desierto con toda la precariedad que eso implica en el campo y en la ciudad. Necesitamos que los ciudadanos conozcan esta realidad y voten en consecuencia", comenta Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

El inicio del nuevo ciclo político presenta una oportunidad para que España implemente cambios para un futuro más justo, donde la protección del medio ambiente no sea un tema sujeto a debates, sino uno que nos incluye a todos y requiere de nuestra cooperación. La propuesta Un programa por la Tierra que comparte Greenpeace asegura que los cambios se hagan hacia la dirección correcta, encaminándonos hacia un futuro más justo y ambientalista.