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El secuestro de Maracena

El juez deja ahora fuera del caso a los políticos a los que implicó a escasos días de las municipales y se centra exclusivamente en el secuestrador.

La exalcaldesa de Maracena, Berta Linares, atiende a los medios de tras el archivo de las actuaciones.
La exalcaldesa de Maracena, Berta Linares, atiende a los medios tras el archivo de las actuaciones. Álex Cámara / Europa Press

Hace un año, entre el 20 y 21 de enero de 2023, Pedro Gómez hizo unas consultas en Internet para hacerse con una pistola de fogueo. Ese mismo día compró "en la página web de Amazon un cuchillo de la marca Martínez Albainox" con hoja de "19 centímetros" y "de tipo militar" por 17,29 euros. Fue entregado en Rincón de la Victoria (Málaga) cuatro días después.

El 5 de febrero, Gómez trató de saber cómo se abría el capó de un Mercedes clase A y ese mismo día también pidió en el mismo comercio digital una pistola falsa de la marca Colt, de color negro, por importe de 36,99 euros. También fue enviado este encargo a Rincón de la Victoria.

En los días siguientes pintó con spray negro la pistola "para dotarla de mayor apariencia de autenticidad". Además, se hizo con unos guantes, con la idea "presuntamente" de "evitar dejar huellas", y también con bridas de plástico, papel de aluminio "para envolver móviles y evitar un posible posterior rastreo, cinta carrocera" y "otros efectos".

Estos datos están extraídos del auto judicial de este 9 de enero en que se ordena que prosiga la investigación contra Gómez, hoy en prisión preventiva, por cinco delitos –detención ilegal, dos de amenazas, lesiones y lesiones psíquicas– por haber presuntamente secuestrado el 21 de febrero de 2023 a Vanesa Romero, concejala del PSOE en Maracena (Granada).

Ese mismo día, a primera hora de la mañana, Gómez se desplazó en su vehículo desde Rincón de la Victoria hasta llegar a las inmediaciones del colegio al que Romero lleva a sus hijos. En una mochila, Gómez había guardado dos teléfonos móviles, además de la pistola, los guantes, las bridas, el papel de aluminio, la cinta carrocera y los demás efectos, siempre según el auto judicial.

Entonces, Gómez, una vez que la edil Romero deja a su familia, le hace señas y, cuando esta se acerca, le dice que se ha quedado sin gasolina y si lo puede llevar. Gómez y Romero se conocían porque este era pareja de la entonces alcaldesa de Maracena, Berta Linares, también del PSOE.

"Una vez dentro" del coche de Romero, un Mercedes clase A, según el auto, "tras un poco de charla trivial", Gómez, que llevaba "en todo momento" unos guantes de color gris en las palmas y verde fosforito en el dorso de las manos, "presuntamente saca la pistola negra del bolsillo derecho de su abrigo" y apunta a Romero. "Le indica que se dé la vuelta en cuanto pueda, que van a entrar en un pinar y que van a hablar", recoge el auto judicial.

El asunto, que contiene verdaderos elementos de película de serie B, sacudió la vida de Maracena, una localidad de 22.047 habitantes en el extrarradio de Granada, y, después, de manera muy sonada la campaña de las municipales en Andalucía.

Romero, la secuestrada, que según la documentación del caso recibe hoy tratamiento psiquiátrico, desde el primer momento atribuyó el asunto a un móvil político, por un tema urbanístico, una gasolinera. Romero y la entonces alcaldesa Linares, que era en efecto en aquel momento, el 21 de febrero, la pareja de Gómez, estaban enfrentadas políticamente.

La campaña de las municipales, sacudida

El rapto había dado ya algunos titulares, pero el 25 de mayo, a solo tres días de las pasadas elecciones municipales, por sorpresa, llegaba una auténtica bomba informativa: el juez Josep Sola, encargado del caso, implicaba en su investigación del secuestro, como posibles inductores, a Linares, candidata a la reelección, al concejal de Urbanismo, Antonio García Leyva, y también al número tres del PSOE andaluz, su secretario de Organización, Noel López. Estos negaron desde el minuto uno su implicación.

López era el anterior alcalde de Maracena y había sido sustituido por Linares.

Sola pedía al TSJA que "dedujera testimonio" contra ellos –es decir, que los investigara–: sostenía que había algunos indicios que, aunque no eran claros ni evidentes –el propio juez afirmaba que los indicios eran "escasamente concluyentes, pero tampoco excluyentes"–, eran suficientes para "no excluir la necesidad de esclarecer [...] la efectiva participación o no" como instigadores del rapto.

En particular, la cuestión central era si había existido una reunión previa en la taberna del Ángel en la que Gómez –que hoy está en prisión preventiva, tras ser detenido ese mismo 21 de febrero de 2023 después de que Romero lograra escaparse– aseguró durante su interrogatorio que los políticos le habían insinuado que cometiera el delito.

Gómez, según recoge el auto de este 9 de enero pasado que da cuenta de un informe forense específico, no sufre "trastorno psiquiátrico alguno presentando presuntamente un patrón generalizado de falseamiento y exageración de síntomas psicopatológicos y neurocognitivos". 

El magistrado, así, se lanzó a pesar de que –ni entonces ni ahora tampoco– había pruebas sobre la verdadera existencia de este encuentro, sobre todo porque el testimonio del dueño del local era contundente desde el principio: este le dijo a la Policía que estaba "completamente seguro de que nunca [habían] estado los cuatro [López, Linares, García y Gómez] juntos".

Llovía sobre mojado e impedía la regeneración del PSOE tras la demoledora sentencia de los ERE

El asunto tuvo un efecto de lo más corrosivo en las filas socialistas, sobre todo porque López no es cualquiera en la estructura –lleva el día a día del partido en Andalucía y es uno de los más estrechos colaboradores del secretario general, Juan Espadas– y porque llovía sobre mojado e impedía la regeneración del PSOE tras la demoledora sentencia de los ERE, una herida por la que aún sangran los socialistas andaluces, y el resto de casos de corrupción.

Aunque el TSJA puntualizó ese mismo día con agilidad en un comunicado que López no estaba investigado, y aunque en el auto judicial no se aportaba entonces ningún indicio claro contra los tres políticos –no se había podido probar la existencia de esa reunión en la taberna del Ángel–, el testimonio de Gómez, al que el magistrado parecía dar credibilidad, aparecía en los medios de comunicación como demoledor. Los socialistas, en estado de shock, comunicaron que López se apartaba para defenderse y se prepararon para sufrir el golpe.

Sin pruebas y libres de cargos

Sin embargo, hoy, después de pesquisas que han incluido pruebas ya muy serias –"exhaustivas y minuciosas", las describe el magistrado–, incluida la revisión de los teléfonos móviles, en este momento, López, la exalcaldesa y el edil de Urbanismo están completamente libres de cargos. Gómez es ahora el único acusado por el secuestro.

Primero el TSJA, que excluyó directamente de la investigación a López por ser "prematura", y luego la Audiencia Provincial, que tachó de meras sospechas sin corroborar la supuesta corrupción urbanística que el magistrado intuía que estaba en el origen del caso –en el maletero de Romero fueron hallados documentos del ayuntamiento en relación con la gasolinera–, fueron desmontando las primeras hipótesis del juez y reconduciendo el asunto.

Así, ahora, el mismo magistrado que quiso enviar el caso al TSJA a tres días de votar, es el que ha excluido esta semana, en ese auto de 9 de enero, de la investigación a los políticos a los que implicó al principio en los términos más contundentes.

Espadas: "Una investigación judicial a dos días de unas elecciones sin duda alteró y quebró la confianza"

"Se constata la inexistencia absoluta de ningún elemento que refrende siquiera de forma indirecta, mínima o tangencial la existencia de esa reunión. [Este encuentro] constituye el núcleo esencial para la verificación de la participación en los hechos de Linares y García como inductores", escribe el juez. En otro punto, añade: "Se concluye la inexistencia de indicios [...] Solo consta en tal sentido la declaración del investigado Pedro Gómez".

El expediente de la gasolinera sí ha resultado contener alguna irregularidad, que, de momento, se sustancia por la vía administrativa. La Consejería de Industria pretende abrir un expediente sancionador porque "no consta comunicación alguna sobre instalación petrolífera, de modo que no se encontraría habilitada para el desarrollo de actividades de suministro a vehículos de productos petrolíferos líquidos", según recoge el auto.

Por el camino, tras el escándalo formado, se ha producido un cambio de gobierno en Maracena. El PSOE perdió la mayoría absoluta, Linares dimitió y ahora gobierna el PP en la localidad. También hubo vuelco en la Diputación de Granada.

Y hay quien sostiene, tanto en el PSOE como en el PP, que los efectos de aquella implicación tuvieron consecuencias más allá de Maracena y que la onda expansiva del secuestro pudo haber sido un factor más, al causar de nuevo la desazón en las filas socialistas, para decantar otras alcaldías hacia la derecha en aquellas municipales.

Espadas dijo esta semana: "Una investigación judicial a dos días de unas elecciones que sin duda alteró y quebró la confianza del electorado. ¿Quién resarce ahora la honorabilidad dañada con horas de televisión y radios, artículos? Exigimos algo más que disculpas a los que se saltan un principio básico del Estado de derecho, como es la presunción de inocencia. Pedimos más rigor y respeto. Es lo justo", agregó en su cuenta de X el secretario general del PSOE andaluz.

López manifestó hace unos días: "El daño ya es irreparable, pero, al menos, hemos demostrado una vez más que nunca hemos mentido, ni en nuestra gestión ni en nuestra actuación".

La edil se libera

La víctima, que es la edil Romero, logró liberarse de Gómez por sus propios medios.

Una vez en el pinar, según describe el auto como "indicios", este saca de la mochila las bridas y se las pone en las muñecas a Romero. Le da otras dos y le pide que se las ponga en los tobillos. Sin embargo, ella le pide que se las afloje "porque le hacen daño" y él "las rompe" con un cuchillo, que el auto llama "machete".

Después, Gómez pretende que Romero escriba un mensaje al arquitecto municipal de Maracena. "Si bien, por los nervios, no pudo completarlo" y es Gómez el que lo envía. En él dice: "Ven a esta ubicación para hablar", pero el presunto secuestrador no manda ninguna ubicación y el arquitecto municipal contesta que a "qué ubicación se refería".

No obtuvo respuesta porque Gómez, siempre según los indicios que recoge el auto, envuelve el teléfono con el papel de aluminio. Después, se produce un forcejeo porque Gómez pretende que Romero se meta en el maletero. Pero, finalmente, "le dice que la va a sentar en el asiento de atrás y le quita el cinturón del vestido y con dicho cinturón une las bridas de los pies y las manos para inmovilizarla quedando montada tras el conductor".

Gómez conduce entonces para salir a la carretera, pero vuelve al mismo sitio. Ahí la insulta, le habla de las malas relaciones personales que tiene en el Ayuntamiento con Linares e incluso con López, y Romero se echa a llorar, según recoge el auto.

Después, "la amordaza con una especie de rollo de vendaje y le envuelve la cabeza con una especie de cinta de carrocera". Gómez entonces se desplaza en dirección a Granada. Ella está amordazada, "no puede decir nada" y "no sabe a dónde van". Luego, Romero "logra arrancarse la mordaza y le dice que hará lo que quiera. El auto recoge también que en un momento del trayecto presuntamente Gómez le dice que "en el fondo no le cae mal que no le parece mala persona".

Gómez, entonces, después de una parada y de reforzar las bridas, y de vendarle los ojos y amordazarla de nuevo, lleva el coche a un garaje y lo mete marcha atrás. Allí, el acusado insiste a Romero para que se introduzca en el maletero. Ella se resiste y se produce un nuevo forcejeo "hasta que él coge una especie de barra metálica con una base, la esgrime y le dice que o se mete sola o le mete con un porrazo. Ella llora y suplica preguntando si la va a matar y él le responde que si le ve a él con cara de hacer daño a alguien y le indica que se meta en el maletero que tiene que hacer dos llamadas".

A golpes, Romero logra que venzan los asientos abatibles traseros y consigue salir del coche y liberarse

Tras quitarle la chaqueta, la mete en el maletero, le empuja la cabeza para cerrar el portón, pone el aire acondicionado y cuadra el vehículo dentro de la misma cochera. Romero se queda entonces sola. A golpes sin los tacones para hacer más fuerza logra que venzan los asientos abatibles traseros y consigue salir del vehículo y del local. Eran más o menos las 11.30 horas.

Gómez fue arrestado después de ir a Maracena, de pasar por una ferretería, "donde compra un cuchillo y un rollo de cinta americana negra" y de mantener un misterioso encuentro con su entonces pareja, Linares. Al regresar al local y "comprobar la existencia de un coche policial, esconde la mochila en el trastero de un portal y vuelve a tomar el metro en dirección a Maracena, donde tras llegar es finalmente detenido".

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