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De UCD a Ciudadanos, así naufraga el 
"centro" político en España

Cuatro formaciones nacieron con el objetivo de ser partidos bisagra. UCD, CDS y UPyD fracasaron, y Cs afronta un proceso de refundación. Todos "han acabado devorados por el PP", dicen los analistas.

Albert Rivera con Rosa Díez./ EFE
Albert Rivera con Rosa Díez./ EFE.

El centro es el espacio político más anhelado y en el que normalmente se logran las mayorías electorales para gobernar. Las dos formaciones del bipartidismo, PSOE y PP, luchan por él y saltan las alarmas en Ferraz y Génova (sedes de ambas formaciones) cuando hay síntomas de escoramiento a izquierda o derecha. La imagen de centralidad es un activo y no hay más que escuchar al nuevo equipo del PP para darse cuenta de esta pugna activa por el centro político. "El PP debe tener siempre un pie en el centro y con el otro pivotar a derecha e izquierda", dijo su coordinador general, Elías Bendodo, esta semana.

Esa misma estrategia, la de anclar un pie al centro y moverse con el otro, es la que trataron de seguir la UCD, el CDS, UPyD y, los últimos en intentarlo, Ciudadanos. Las tres primeras fracasaron y acabaron disolviéndose y Cs iniciará un proceso de refundación para tratar de sobrevivir después de la debacle en Andalucía. Su último desastre electoral tras dos años en caída libre. 

Lo que continúa es un breve repaso por la historia de estas cuatro formaciones que quisieron ser partidos bisagra, y un análisis de las causas de su fiasco.

La UCD (Unión de Centro Democrático)

La Unión de Centro Democrático (UCD) nació de una coalición de partidos socialdemócratas, democristianos y liberales creada para presentarse a las primeras elecciones democráticas en España tras el fin de la dictadura franquista. Se llamó Centro Democrático y el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, aceptó presentarse a la presidencia coaligado con ellos como independiente bajo el nombre de Unión de Centro Democrático. Se registró como partido político en agosto de 1977.

Ganaron las elecciones ese año y volvieron a hacerlo en 1979, pero en 1982 el PSOE se hizo con la mayoría absoluta y UCD solo consiguió 11 diputados. Suárez había dimitido un año antes. La formación se disolvió en 1983, solo siete años después de su creación.

Centro Democrático y Social

Adolfo Suárez insistió, a pesar del fracaso de la UCD. Tras dimitir como presidente del Gobierno fundó junto a otros ex miembros de la Unión de Centro Democrático otra formación de nombre similar: Centro Democrático y Social. En las elecciones de 1982 en las que los socialistas ganaron por mayoría absoluta y la UCD obtuvo 11 escaños, ellos se quedaron con 2. 

Suárez resistía y en 1986 logró 19 diputados con su nueva formación. Hasta que evidenció un giro claro a la derecha que penalizó al partido a nivel interno y que fue castigado también por los electores. Adolfo Suárez dimitió en 1991, y en 2005 el partido se integró casi en su totalidad en el PP.

La UPyD de Rosa Díez

Dos años después de que CDS se fundiese con el Partido Popular, una exsocialista, Rosa Díez, emergió liderando una nueva formación política que se definía también centrista. Tercer intento de ocupar este espacio. La de Unión Progreso y Democracia (UPyD) fue una historia no muy exitosa: logró un escaño en el Congreso de los Diputados en el año 2007, y cinco en 2011. Luego apareció Ciudadanos, y el  partido de Rosa Díez cayó en la irrelevancia. Su disolución llegó en 2020 por orden judicial porque no tenían solvencia para afrontar una deuda con una extrabajadora. La justicia decretó su liquidación y no recurrieron.

Ciudadanos

En una Catalunya que ya advertía de la deriva más nacionalista de CiU —y entre críticas a la tibieza del PSC, que gobernaba con ERC —, un grupo de 'intelectuales' impulsó Ciutadans: personas con perfiles ideológicos diversos, conservadores, liberales y socialdemócratas. Concurrieron a las autonómicas catalanas de 2006 sin una ideología clara (pretendía ubicarse fuera del "esquema clásico derecha-izquierda") y el eje central de su programa proponía "superar la obsesión identitaria que ahoga el dinamismo de la sociedad catalana".

Tras un intento fallido de dar el salto a la política nacional en el año 2008, Cs experimentó un crecimiento considerable en las elecciones catalanas de 2012, en las que pasó de 3 a 9 escaños, y en las europeas de 2014, donde obtuvo 2 diputados. Ahí empezó una racha de buenos resultados que llegó a su culmen en las elecciones generales del 28 de abril de 2019: lograron 57 escaños y se convirtieron en la tercera fuerza política de España. Pero ya habían abandonado el centro político y se habían significado de forma clara con la derecha y con la extrema derecha de Vox. Ciudadanos ya no ambicionaba el centro sino sustituir al PP como el partido hegemónico en el centro-derecha.

Ahí comenzó la tragedia del partido: dimisiones, conflictos internos y, sobre todo, resultados electorales cada vez peores. Ciudadanos ya solo es relevante en el Ayuntamiento de Madrid, donde ocupa la vicealcaldía. La desaparición del Parlamento andaluz ha acelerado un proceso de refundación que liderará Inés Arrimadas.

Cs, el último en ser devorado por el PP

Tres historias (y media) de fracaso que llevan a preguntarse si no hay espacio para partidos centristas en España. "No es que no haya espacio sino que no han sabido consolidarlo", señala el politólogo Eduardo Bayón.

Bayón apunta que, en el caso de UPyD y Ciudadanos  "los factores ambientales les han condicionado tanto que les ha llevado a competir en espacios políticos que no eran el suyo. Eso les ha desdibujado y han acabado devorados por el PP". "Al CDS le pasó lo mismo", continúa. En noviembre de 2005 el CDS formalizó su ingreso en el Partido Popular.

Aún así, el politólogo insiste en que "aunque los dos partidos (PP y PSOE) pueden hacerte un sándwich, sí que hay espacio para un partido relativamente pequeño que pueda estar entre el 5% y el 10% con un discurso liberal demócrata" que le permita jugar en los dos bloques, izquierda y derecha. Aunque todos los que surgieron en España acabaron jugando en la derecha.

En el caso más reciente, el de Ciudadanos, Bayón define de forma concreta como "un preludio de su tumba" política la estrategia de abril de 2019 de acercarse más a la derecha. Eso le permitió obtener entonces unos buenos resultados pero su electorado, como ha demostrado Andalucía el pasado domingo, ha tardado una legislatura en irse al PP.

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