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Personas sin hogar La acampada de los sin techo de Barcelona se desplaza a Arco del Triunfo

Después de ser desalojado de Plaza Catalunya, el colectivo de personas sin techo Acampada X drets se ha desplazado al céntrico Arco del Triunfo. Los impulsores de la acampada aseguran que, además de reivindicar el derecho a una vivienda digna, su objetivo es construir un lugar seguro para aquellos que no tienen hogar.

El colectivo de personas sin techo agrupadas en la iniciativa Acampada x Drets se ha desplazado desde Plaza Catalunya a un un solar equivalente a medio campo de fútbol en Arco del Triunfo. FOTO: Jorge García López

Jorge García López

Javier trabajará esta noche. El viernes fue sin duda un buen día para él: primero consiguió que le dieran plaza en un albergue; después recibió una llamada: "¿Estás interesado en hacer de guardia de seguridad en el Puerto de Barcelona durante ocho noches?".

Javier aclara: “Parece que estos dos golpes de suerte no tienen nada que ver entre sí pero es justo al contrario: sin un techo, es muy difícil trabajar, y más aún de noche”. ¿Y cómo es eso? Responde: “Hay algo que la gente no sabe de aquellos que vivimos en la calle. En la mayor parte de los casos, si la gente sin hogar se pasa el día adormecida, tumbada en cualquier postura, es porque en la calle es imposible descansar. El agotamiento es el estado natural del sin techo. Uno se encuentra indefenso, uno debe vigilar todo el rato. Trabajar muchas horas seguidas y vivir en la calle son dos cosas prácticamente incompatibles”.

Por este motivo, Javier se sumó hace unas semanas a la Acampada X drets en Plaza Catalunya. En ella se juntaron no menos de cincuenta personas sin techo de Barcelona que reclamaban el derecho a una vivienda digna. Denuncian que vivir en la calle vulnera derechos constitucionales tales como el derecho a la intimidad o el derecho a la integridad física y moral. La cercanía de la festividad de San Jordi fue decisiva para que el Ayuntamiento desalojara esta acampada. Muchos de sus integrantes se dispersaron por la ciudad; otros, en cambio, decidieron continuar su reivindicación y para ello se asentaron el pasado jueves en otro punto céntrico de la ciudad: el Arco del Triunfo.

Un refugio

Rara vez se ve gente caminando sola por Arco del Triunfo. Alguien ensimismado podría, de pronto, verse engullido por un grupo cualquiera de turistas. Por no hablar del cuidado que se ha de tener con los patinetes, bicis y tuk-tuk por los que uno se ve permanentemente rodeado. El ecosistema de pequeños negocios del Borne, el barrio más próximo a este monumento, está siendo gradualmente sustituido por restaurantes sofisticados, tiendas de productos de lujo dirigidos al moderno urbanita. Y eso en el mejor de los casos. Uno de los últimos videoclubs de la ciudad se ha convertido recientemente en una tienda donde venden camisetas de Messi, postales, gorros mexicanos.

¿Qué supone la llegada al barrio de estos nuevos 'vecinos'? No se puede decir que el colectivo Acampada X drets haya escogido un lugar donde pasar desapercibidos. Se han instalado en un solar del tamaño de medio campo de fútbol que está situado junto a la boca del metro. Este espacio, separado de la calle por una valla y que, según aseguran, es de propiedad pública, queda a la vista, no solo de los viandantes -es prácticamente imposible visitar Arco del Triunfo sin reparar en él-, sino también de varios bloques de viviendas que, parcialmente, lo envuelven.

La sensación es la de estar expuesto y, al mismo tiempo protegido: “Barcelona no es una ciudad especialmente peligrosa, pero sí hay riesgos para la gente que duerme en la calle. La idea de este proyecto, además de luchar por los derechos de la gente de la calle, es la de crear un espacio donde estar protegidos. Un refugio”.

Quien habla es Miqui, la cara visible de Acampada X drets. Este sevillano, que ronda los treinta años, tiene claro que no se trata “solo” de una acampada de gente sin techo. “Aquí hay unas normas de convivencia. Aquí queremos repartirnos las tareas, crear un orden. Primero, cuidar el espacio, y segundo, cuidarnos los unos a los otros, poder dormir tranquilos, descansar”. No existe derecho de admisión pero aquel que no cumpla con las normas, aquel que ponga en riesgo la convivencia, será invitado a marcharse, tal y como ocurrió en el anterior campamento de Plaza Catalunya, donde tuvieron que lidiar con algún que otro caso de robo.

Ahora mismo hay unas veinte personas -que viven en un número casi igual de tiendas de campaña-, pero se espera que lleguen bastantes más. Espacio, desde luego, no falta.

Este heterogéneo grupo de sin techo incluye no menos de siete nacionalidades, sus miembros tienen edades comprendidas entre los apenas veinte años y los casi cincuenta y vienen de mundos muy distintos. Entre ellos está María, que ha trabajado durante muchos años como auxiliar de enfermería hasta que se quedó sin trabajo y no pudo encontrar uno nuevo. Tiene un hijo que vive con su padre y que, por supuesto, no conoce su situación (“el orgullo es lo que nos queda”, asegura).

También Jens y Katrina, dos jóvenes austriacos que vinieron a España en octubre de vacaciones y decidieron quedarse a vivir. Sufrieron un robo y ahora tratan de salir adelante. Y Janik, que tiene un proyecto de trabajo en España pero antes debe volver a la República Checa y sacarse el pasaporte que le permite emplearse en nuestro país.

Fondo de solidaridad

Es mediodía y varios se congregan en torno a una mesa que han colocado en el único rincón del solar en el que, a estas horas, da la sombra. Javier, que acampó con ellos en Plaza Catalunya, les cuenta en qué consiste su nuevo trabajo. Miqui se acerca continuamente a la verja para abrirla y cerrarla a aquellos sin techo que llegan o se van. Allí, rara es la vez que no acaba hablando con algún vecino que se interesa por el proyecto. "De momento, todo han sido muestras de apoyo. Varias organizaciones del barrio quieren ayudar a que se nos visibilice" (hace referencia a Ateneu Popular El Rec, centro okupado en una antigua sucursal de Bankia).

Algunos quieren colaborar con ropa o con dinero. En mitad de la charla, alguien, sin apenas detenerse, tira unas monedas a través de la verja. Esta acción molesta a más de uno. Es lo que ellos llaman una acción de caridad mal entendida. Para evitarlas, Acampada X drets abrirá próximamente un fondo de solidaridad para que, aquellos que quieran colaborar, lo hagan a través de trasferencia bancaria o pago por paypal. Se trata de tener un dinero con el que comprar comida o bebida pero también tiendas de campaña para los nuevos sin techo que vayan llegando. Y es que su idea es quedarse todo el tiempo que haga falta, algo para lo que no parece que, de momento, el Ayuntamiento vaya a poner trabas.

Reivindicaciones

En Barcelona hay algo más de mil personas sin techo. Los albergues no tienen capacidad ni de lejos para cubrir las necesidades de tanta gente. Acampada X drets reclama que se pongan a disposición todas las plazas posibles, algunas de las cuales solo se abren en momentos puntuales como las campañas del frío.

Asimismo, exige mayor facilidad para que se pueda acceder a los comedores sociales y a las duchas públicas, proponiendo en este caso el uso de aquellas que están en polideportivos y gimnasios municipales. También que se subvencione una tarjeta de transporte, habida cuenta de los desplazamientos que la gente sin hogar ha de hacer para poder asearse, comer y dormir en un sitio seguro. Finalmente, aboga porque se intensifique la labor de seguimiento por parte de los servicios sociales.

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