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Los restos de dos soldados republicanos que lucharon en la batalla del Ebro son devueltos a sus familias en Catalunya

En Catalunya están identificadas unas 700 fosas de la Guerra Civil, de las que, por el momento, sólo se puede trabajar en 61.

El casco urbano de Corbera d’Ebre, en Tarragona, quedó completamente destruido por los enfrentamientos de la batalla del Ebro.
El casco urbano de Corbera d’Ebre, en Tarragona, quedó completamente destruido por los enfrentamientos de la batalla del Ebro.

Josep Sans Cabot y Anton Casanovas Castany son dos soldados republicanos que cayeron en combate durante la batalla del Ebro en 1938 y cuyos restos han sido devueltos a sus familiares este sábado en los municipios barceloneses de Sant Andreu de Llavaneres y Sabadell, respectivamente.

La consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, ha formalizado este sábado la entrega a las familias de los restos de los dos soldados republicanos, los últimos que han podido ser identificados este pasado verano, después de ser encontrados en fosas situadas en Corbera d'Ebre y en Miravet (Tarragona), escenarios de la sangrienta batalla del Ebro en la Guerra Civil.

Ciuró ha dicho a los periodistas que el acto de retorno de los restos, por una parte, es "de justicia y reparación para las familias, tras muchos años de espera", y también de "esperanza, para todas las familias que esperan" una futura identificación de sus familiares fallecidos durante la Guerra Civil.

La consellera ha animado a todas aquellas personas que creen o saben que tienen un familiar que podría haber fallecido en Catalunya durante la Guerra Civil que donen material genético para que los técnicos en identificación puedan cotejarlos con los restos que se van encontrando en las diversas fosas comunes.

En el caso de Josep Sans Cabot, su familia le inscribió en el censo de personas desaparecidas el 24 de octubre de 2010 y su hija Rosa dio la muestra genética en enero de 2017, lo que ha permitido ahora su identificación.

Nacido el año 1908 en Sant Andreu de Llavaneres, donde viven sus descendientes y en cuyo cementerio reposará finalmente, Josep Sans fue llamado a filas y se sumó al ejército republicano cuando su hija tenía 3 meses de edad.

Josep fue enviado al frente del Ebro en febrero de 1938 y desapareció en septiembre de aquel mismo año, cuando a su esposa se le retornó la última carta que le había enviado el 16 de septiembre.

Sus restos fueron encontrados en una intervención arqueológica entre 2009 y 2010, y el punto en el que se encontraron era un agujero causado por un proyectil.

Su familia ha agradecido este sábado al Memorial Democrático de Catalunya su trabajo y ha dedicado el acto a los desaparecidos en la Guerra Civil y a sus familias, "especialmente a las mujeres, que tanto tiempo tuvieron que luchar en la posguerra, con tanta tristeza enganchada en sus faldas, para criar a sus hijos".

Por su parte, Anton Casanovas Castany nació el 1907 en el Brull (Barcelona), y trabajaba en una vaquería de Castellterçol (Barcelona) desde que se casó.

Se incorporó a filas en el ejército republicano y desapareció en el frente del Ebro el 1938, aunque a la familia se le dijo que estaba herido y había sido evacuado a un hospital. Tenía una hija de cuatro años.

Los familiares inscribieron a Casanovas en el censo de personas desaparecidas en 2004 y fue su hija la que donó una muestra de ADN que ahora le ha podido identificar. A partir de hoy, sus restos descansarán en el cementerio municipal de Sabadell (Barcelona), por voluntad de su familia.

Casanovas ha sido la primera persona identificada de la fosa de Pernafeites, en Miravet (Tarragona), donde se han recuperado los restos de 94 personas y también presencia de instrumental y evidencias de tratamientos médicos, lo que ha puesto de manifiesto la existencia de un punto hospitalario republicano en la zona, sobre el que no había referencias.

Su familia le ha recibido hoy con un poema que escribió su hija hace muchos años sobre la añoranza y la pérdida del padre, y que ha leído uno de sus descendientes, presentes también en el acto de recuerdo.

En Catalunya están identificadas unas 700 fosas de la Guerra Civil, de las que, por el momento, sólo se puede trabajar en 61.

En total, son cuatro las personas que el pasado julio se pudieron identificar gracias al Programa de identificación genética de la Generalitat, fruto de la colaboración entre los departamentos de Justicia y Salud, a través del Hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, donde se hacen los análisis.

El cruce de las bases de datos de los perfiles genéticos de los familiares y la de los restos recuperados en las fosas ha permitido identificar a 16 personas desde 2016, según datos facilitados por Justicia.

Este programa tiene más de 2.600 muestras de familiares de desaparecidos. Algunas de las actuaciones que se han hecho en fosas en los últimos años han permitido la recuperación de cuerpos que aún no se han podido identificar.

Así, en la fosa d'El Soleràs hay 116 cuerpos pendientes de identificar, en la de Pernafeites, en Miravet, 98, y en la de Santa Magdalena, en Móra d'Ebre, se pudo recuperar 177 restos de soldados de la batalla del Ebro que se están analizando para poder encontrar a las familias, según datos de Justicia.

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